Afirma que los populares tendrán "posibilidades" de mejorar su resultado electoral en el futuro
Mariano Rajoy ha decidido retrasar su llamada al líder del PSOE hasta que Pedro Sánchez se reúna con Pablo Iglesias, una cita prevista para este miércoles. El presidente del Gobierno en funciones, que anunció hace un mes, tras la investidura fallida, su intención de intentar desbloquear la formación del próximo Ejecutivo, entiende que mientras el secretario general de los socialistas busque pactar con Podemos, "ahí el PP no pinta nada". "Yo voy a esperar a que se celebre esa reunión, pero mantengo la posición que vengo defendiendo, y que es la más sensata, desde el 21 de diciembre, y si el señor Sánchez no llega a ningún entendimiento, pues se la plantearé", ha explicado el jefe del Ejecutivo sin querer fijar la fecha para el contacto.
Su propuesta sigue siendo la misma, la necesidad de llegar a un acuerdo con el PSOE, al que podría sumarse Ciudadanos, para que los populares sigan gobernando una legislatura más. Y todas las esperanzas de Rajoy se fundamentan en la posibilidad de que los socialistas "rectifiquen" su rechazo a permitir un Ejecutivo del PP. Para conseguir el cambio de postura, el presidente dice contar con un "argumento muy bueno". "Que cada vez queda menos tiempo para que se convoquen automáticamente las elecciones, que él ya ha intentado formar Gobierno y que no lo ha conseguido", ha sentenciado en una entrevista en Onda Cero.
El presidente descarta además las críticas, incluso internas, que le acusan de no haber hecho lo suficiente en las negociaciones. "La gente dice hay que tomar la iniciativa, hay que hacer una cosa, hay que hacer la otra... Pero de lo que se trata es de ser pragmático y el PP necesita algún tipo de entendimiento con el PSOE", se justifica tras recordar que fue Sánchez quien se negó a dialogar con él.
En este contexto, el líder de los populares, tal y como se lo comunicó a sus colegas europeos, maneja la opción de la convocatoria de nuevos comicios, y mientras se sienta "útil" está convencido de que seguirá recabando el apoyo de su partido para seguir al frente del PP y como candidato.
Rajoy no ha querido, de hecho, hacer autocrítica por el retroceso constante en las urnas. No cree que ganara en 2011 por ser "el líder de la oposición más brillante de la historia de España", ni quiere ahora extraer la conclusión contraria. Sostiene que la pérdida de apoyos se debe a la toma de decisiones complicadas. "Después de todas las dificultades que ha vivido el país, el PP, que ha tenido un descenso evidente, pues aún se mantiene como la primera fuerza política española y creo que con posibilidades de mejorar en el futuro", ha pronosticado.