La nieve es melodía silenciosa, melodía callada. Es un heraldo que nos lleva hacia la memoria de la niñez, de lo primordial, de lo más querido, del mundo del origen. Ese territorio de misterio que nos pertenece y en el que está nuestra raíz: la montaña sagrada, los bosques primordiales, el sueño de los cielos. Signos todos de lo más esencial, de lo que más importa.
José Luis Puerto (texto) / Rosa Gómez (Fotografías)