La capea nocturna del Viernes recupera el sonido de las charangas locales un lustro después

Después de una jornada repleta de celebraciones, por fin en la noche del Viernes ?ya madrugada del Sábado- las calles mirobrigenses vieron los primeros toros, los dos astados de la ganadería de Luis Terrón protagonistas de la primera capea nocturna de este Carnaval.

Más allá de la actuación de los animales, la principal noticia que nos deja esta capea es la recuperación del sonido de las charangas mirobrigenses un lustro después. Hasta el año 2011, era tradicional que la Charanga Santa Ana entrara en el coso taurino en los minutos previos al arranque de la capea, para interpretar unas cuantas canciones, culminando con La Campana Gorda.

El conflicto entre Ayuntamiento y charangas locales de estos años había dejado también las capeas sin música de charangas, hasta que el año pasado la cita del Viernes contó con la charanga contratada por el Consistorio, los valencianos de A Riure, y la del Lunes, con la Charanga Manliao gracias a su contratación por parte de un grupo de jóvenes mirobrigenses.

En este 2016, arreglado el conflicto entre Ayuntamiento y charangas locales que las va a devolver a la calle, se pudo asistir a ese momento especial de que varios miembros de las tres charangas contratadas por el Ayuntamiento (Santa Ana, Manliao y Los Bemoles) entraran en el ágora para animar los minutos previos a la capea del Viernes, quizás el momento taurino más esperado (la Plaza estaba llena con mucha antelación como es habitual). Como se hacía 'antiguamente', la actuación en la Plaza concluyó con La Campana Gorda.

Una vez se marchó la charanga así como el público congregado en la arena, se procedió a realizar la tradicional cogida de barreras, donde los mozos marcan las barreras de la Plaza que ocuparán durante los próximos días. En estas barreras cada vez hay más jóvenes, pero todavía perduran reductos de veteranía.

En lo que respecta a la capea en sí, destacaron los numerosos recortes que se les hicieron a los astados, así como un par de saltos que fueron muy aplaudidos. Además, también hubo en la arena algún maletilla, recibiendo algunos silbidos como también es 'tradición' en la Plaza mirobrigense.

La capea dejó dos notables sustos, en el primer toro, sin que hubiera que lamentar consecuencias físicas. Por un lado, un hombre ya con cierta edad cayó delante del toro, pero éste hizo caso omiso a él. Por otro lado, hubo un chico que se encontró casi de frente al astado, pero que libró el choque.