François Zumbiehl grita “libertad” para la fiesta en el pregón bolsinista

Una vez conocido el Triunfador de la 60ª Temporada del Bolsín Taurino, fue turno para escuchar el pregón bolsinista de este año, a cargo del catedrático francés François Zumbiehl, vicepresidente y director del Comité Científico del Observatorio Francés de las Culturas.

Esta parte del acto en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal fue abierta por el patriarca bolsinista, Miguel Cid Cebrián, quién recordó los orígenes del Bolsín en un año con efeméride redonda. En esta misma línea, habló del futuro, esperando que "dentro de 40 años", cuando la institución alcance su centenario, "estén los que hayan cogido el testigo con la misma ilusión". Miguel Cid cerró su intervención deseando que el Carnaval sea feliz para todos.

A continuación tomó la palabra el pregonero del año pasado, Alberto Estella, para presentar al pregonero de esta edición. Alberto Estella también evocó la primera edición bolsinista, en este caso relacionándola con una circunstancia personal del pregonero. Tras repasar el currículum de François Zumbiehl, realzó su "ingente experiencia taurina", también en lo referente al Carnaval, en el cual "ya no es un forastero".

En su intervención, Alberto Estella también quiso resaltar la tarea que están haciendo en Francia en defensa de la tauromaquia: "lleva años dándonos lecciones en materia taurina". Asimismo, el pregonero del año pasado remarcó que con el pregón de este año el Bolsín Taurino Mirobrigense "se hace internacional".

El pregonero recuerda el esfuerzo de los fundadores bolsinistas

François Zumbiehl hizo durante su pregón una amplia defensa de la tauromaquia, comenzando por mencionar la Asociación Taurina Parlamentaria fundada por Miguel Cid Cebrián, con la cual se refleja que "la defensa de los toros traspasa todas las fronteras políticas, porque la Fiesta sencillamente es del pueblo". A continuación, mostró su gratitud por el hecho de que le dejen pregonar pese a ser francés tras "el heroico y doloroso" momento por el que atravesaron Ciudad Rodrigo y sus habitantes durante la expedición napoleónica.

El pregonero se refirió a continuación al propio Bolsín Taurino, destacando la "afición y generosidad" de sus fundadores, que "tuvieron a bien enderezar esta situación precaria de los aspirantes a torero". Gracias al Bolsín, "muchos jóvenes desconocidos han adquirido de un día para otro un nombre y un sitio señalado", aunque ahora los tiempos son diferentes: "los jóvenes que compiten en el Bolsín ya no salen de la nada; salen de las escuelas taurinas". François Zumbiehl animó a los chavales a que cultiven "la virtud de la humildad".

La siguiente parte del pregón estuvo dedicada al toro, como "señor de la naturaleza", agradeciendo a los ganaderos que "han sabido perfeccionar su bravura, y que se adapte al toreo actual". Asimismo expresó que "no entiendo el prejuicio contra los toros de algunos autodenominados ecologistas; me parece el producto de la ignorancia y de un enorme malentendido. No hay nada más ecológico que una ganadería brava". Desde su punto de vista es "un extraño amor de los animales el querer eliminar de un plumazo, mandándola inmediatamente al matadero, toda la raza brava".

Exaltación del toro

Relacionando el toro con Ciudad Rodrigo, indicó que en los Carnavales "el toro se hace presente de múltiples maneras, y donde el pueblo mirobrigense es plenamente actor y no simple espectador". Para el pregonero, el Carnaval tiene las condiciones que "legitiman este tipo de fiesta: que un grupo humano o un pueblo se identifique con ella; que no se adulteren sus reglas por un exceso de masificación y de turismo incontrolado; y en cuanto al toro, que siempre se respete su condición de animal en lidia".

François Zumbiehhl reflexionó que el toro salvaje "ha existido en toda la cuenca mediterránea y en buena parte de Europa, pero resulta que tan sólo ha perdurado en España", por lo que se debe "preservar a toda costa ese patrimonio genético excepcional". Para el pregonero, la tauromaquia cumple "sobradamente" los criterios estipulados por la UNESCO para definir un patrimonio cultural inmaterial. Además añadió que es "una de las últimas ceremonias mediterráneas vigentes, tan importante como, en su momento, la tragedia griega y la ópera italiana".

El pregonero cerró su intervención con tres apuntes. El primero, que la primera vez que fue a una corrida de toros fue en el mismo año en que se fundó el Bolsín, 1956, expresando que le da "risa que algunos pretendan apartar a los niños de los toros para protegerles. ¡Más valdría protegerles de la violencia cotidiana de los telediarios!".

Posteriormente, alabó las tres columnas de Ciudad Rodrigo como "punto de unión de la civilización latina que compartimos", cerrando el pregón haciendo un llamamiento "a este pueblo de Ciudad Rodrigo, como a todos los pueblos de la afición en España, en Francia, en Portugal y en América" para luchar "contra todas las prohibiciones pendientes y contra todos los integrismos del exterior y del interior" para defender "la libertad de amar la Fiesta".