"Napoleón confía en el sometimiento por el miedo, yo en la conquista por la fuerza de la razón, la justicia y la conveniencia" (Vallejo Najera)
Uno empieza a darle vueltas al "caletre", viendo y oyendo los despropósitos, que tras las últimas elecciones se vienen sucediendo cada día, en todos los medios de comunicación, en donde la televisión se lleva la palma de la "Fanfarria" que tienen montada, tanto en debates, entrevistas, así como conexiones distintas, con los responsables de cada color político. Es tal el griterío en cada plató y en cada mesa, tanto por parte de los portavoces, analistas y periodistas, que la confusión, el desasosiego, la incertidumbre y el hastió está calando hasta los tuétanos de una ciudadanía, que,- es la culpable de haber votado, lo que su conciencia en libertad ha considerado oportuno.- Bien: pues parece ser que estos señores, electos diputados que nadie conoce, (se admiten excepciones) serán los representantes de esos millones de almas que hemos tenido a bien elegirlos.
Menuda "papeleta" les hemos metido. Ahora estos preparados para ser señorías ? y me da igual su color, yo no defiendo ninguna camiseta-, tengo la impresión de que no se han enterado de nada, que no saben leer aquello que ha decidido el pueblo soberano, no se han enterado tan siquiera de lo que han emitido sus votantes mismos, cuales son las necesidades, las medidas, y los cambios que se precisan, con verdad, rotundidad y consistencia, con el fin que este País llamado España, no quede rezagado, alejado y al pairo con los que forman potencialmente su mercado, su vecindad, su moneda.
El lamentable espectáculo que nos están ofreciendo, en los circos mediáticos,- cada minuto-, el desatino de sus palabras y mensajes, los pactos inventados,- o fuera de cobertura- la falta de seriedad y responsabilidad, los brindis al sol que más calienta y el desorden con que se está produciendo? Parece más un griterío de lonjas de mercado, que una educada, correcta y sosegada puesta en marcha de las ideas, del proyecto, del programa, del intercambio, de posiciones, de saber apuntalar y negociar sus posturas, de ceder en sus exigencias, y sobre todo de llamar y de generar confianza, de demostrar, validar y unificar criterios con creatividad, ingenio y gestión aportando lo mejor de cada uno de ellos. ? ¡Pues no hay manera-¡ ya lo ven y lo escuchan ustedes, más de lo mismo- por la mañana- por la tarde- por la noche y de madrugada. Y uno comienza a preguntarse si tenía razón (Machado), cuando decía que en (España de diez cabezas, nueve embisten y una piensa).
Y, ya son legiones los que dudan, de si por fin estos personajes van a ser capaces de enarbolar la bandera de la responsabilidad, y de instaurar un gobierno que sea capaz de dar continuidad a una democracia, aquella por la que luchamos los padres y los abuelos de los que hoy se sientan en las butacas del parlamento. Sería de agradecer un breve recuerdo en ese mismo hemiciclo,- después de cuarenta años- por aquellos que hicieron posible, con mucho menos ruido y egoísmo, que hoy se pueda dialogar, en defensa de la ley, el orden, la dignidad la paz, la libertad y la justicia social.
¿Cuánto mal han hecho muchos de aquellos que se consideran y considerábamos, personas respetables, ecuánimes, sinceros justos para salvaguardar los valores de la lealtad, la verdad y la democracia en representación de los españoles, todos los españoles? Ahora; tal soló deducir de los actos y se puede llegar a la conclusión. El número de corruptos se inició desde que el primer presidente salido de la democracia empezó a meter la mano en el seno del Consejo General del Poder Judicial, que ya estaría mal de por si en algunos o muchos aspectos, ya que personas que se consideran omnímodas y sin control la corrupción está servida a la carta, pues no bastó dejarlo cómo estaba sino que se violó el artículo 117.1 de la aprobada Constitución Española, para empeorarla en contra de la soberanía nacional, De aquellos polvos son estos lodos.
Y claro, con estas bases, la deshumanización, las desigualdades y los desmanes, se han hecho notar y; además retroceder en calidad, tanto en derechos como en Justicia Social; sobreviniendo este estado latente de corrupción, dotado de impunidad. Las leyes de estado en sanidad, en educación, en justicia, siempre debieron ser los pilares sobre lo que debía asentarse el poder y la necesidad del pueblo, al que le han arrebatado su soberanía, ahora manipulada y degradada por aquellos personajes, que hemos puesto al frente de las instituciones, y estos abusando, han eludido sus responsabilidades, se han olvidado de la ciudadanía, y han aprovechado su cargo para enriquecerse a su costa, creando desde tiempo atrás un caldo de cultivo de la corrupción, de la inseguridad jurídica y social dando lugar ahora mismo, en que no dejan de brotar repugnantes "personajes", a estos y a los que llegan de nuevo cuño son llamados "señorías" veremos si cuando tomen posesión y el bastón de mando no se contaminan, del egoísmo, la avaricia y la desidia, incluido su tanto %.
Uno ya tiene los años suficientes para contemplar desde es atalaya el declive al que asistimos, se han destruido todos los valores sociales y todas las virtudes humanas, donde se ha producido la epidemia del TODO VALE, el progresar con la MENTIRA y sobre todo el eufemismo, siempre hay un eufemismo para tergiversar la VERDAD, las personas en su gran mayoría de las instituciones, no han acatado, ni han hecho cumplir las normas, NO? Sólo les ha movido el mantener el cargo público, donde su lema no sólo era, todavía lo es, sin reforma parlamentaria, con listas cerradas a cal y canto; el fin justifica los medios y claro nos ha llevado donde estamos.
Tal es así que la soberanía nacional ciega y sorda a lo que la han acostumbrado, quedamos pocos que no sólo vemos y oímos, sino que también hacemos deducciones y tomamos decisiones de opinión, nos atrevemos a hacer público con determinación, para reclamar en nuestro corto margen, aquello que es clara y palpable demostración lo que nos está ocurriendo? Si no lo creen lean la Constitución? y miren la televisión? De pena?tu..
Fermín González salamancartvaldia.-
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