El cierre de una era en torno a San Blas hace de prólogo del Carnaval

A la hora de publicarse esta información -primera hora de la tarde del miércoles- cientos de mirobrigenses están de peregrinación hasta el Monasterio de La Caridad para comprar la gargantilla que les protegerá la garganta durante el inminente Carnaval del Toro. De hecho, para muchas personas -especialmente jóvenes- este año la festividad de San Blas es un prólogo en toda regla de lo que está por venir a partir de la noche del Jueves de Casetas.

La cercanía del Carnaval hace que este San Blas 2016 ya sea especial de por sí (las gargantillas sólo estarán una semana anudadas al cuello), pero es que además la cita de este año supone el cierre de toda una era en torno a esta festividad, tras la venta del Monasterio y sus terrenos aledaños.

Aunque los nuevos propietarios se han mostrado favorables a que San Blas pueda seguir celebrándose en el Monasterio como hasta ahora, queda la duda sobre el futuro, empezando por años venideros, cuando el Monasterio puede estar inmerso en obras de restauración. De momento, algunos mirobrigenses ya apuntaban en la mañana del miércoles que habían acudido con más ímpetu a recoger la gargantilla por si era el último año que podían hacerlo.

Evidentemente, la imposibilidad de hacer la festividad en el Monasterio no supondría la desaparición de la fiesta. El propio párroco de Sanjuanejo y capellán de la Cofradía de San Blas, Bernardino San Nicasio expresó al final de la solemne eucaristía en honor al Santo que, en caso de que en años venideros no se pueda usar el Monasterio, la celebración se realizaría en la Parroquia de Sanjuanejo, a donde sería llevada también la imagen del Santo.

En caso de que se siga realizando en el Monasterio, la festividad de este año también supone el cierre de una era, ya que el espacio sufrirá una reforma completa, con lo cual su imagen será muy diferente en años venideros.

Como es habitual, la celebración de la mañana del miércoles comenzó con la procesión de la imagen de San Blas desde el Monasterio hasta el agregado de Sanjuanejo, en la cual se estrenó el estandarte que han regalado a la Cofradía los mayordomos de este año: Verónica María Sastre, Luis María Sánchez, Leonarda Sastre Elvira, José Martín Sánchez y Manuel Jesús Sánchez Blanco.

Junto a los mayordomos, también tuvieron un protagonismo destacado dos tamborileros, José Ramón Cid Cebrián y Juan Antonio Muñoz, así como las autoridades religiosas, encabezadas por el Obispo de la Diócesis Raúl Berzosa, y varios miembros de la Corporación Municipal (hubo concejales de PSOE, Ciudadanos y PP).

De regreso al templo, se ofició la Solemne Eucaristía, a la que asistieron en el interior de la Capilla del Monasterio un buen número de usuarios de Asprodes. Como cierre de la misma, se produjo el relevo en la Mayordomía de San Blas, tomando las varas Borja Risueño, José Antonio Baz y Lourdes Baz.

A continuación, el Obispo procedió a la bendición de las gargantillas, que se pusieron a la venta al precio de 0,40? cada una, empezando el largo peregrinaje de mirobrigenses en busca de una, o de varias decenas, como llevaban en la mano algunas personas. Finalizada la parte eclesiástica, se pudo disfrutar de un convite bajo varias carpas instaladas en el patio del propio Monasterio de La Caridad.