Pertenece a la Universidad Pontificia de Salamanca y es una de las más antiguas y prestigiosas instituciones españolas de Oriente Medio
El vicerrector del Pontificio Colegio Español, Javier Malo Pérez, fue el encargado de inaugurar el acto académico y ha expresado su agradecimiento, por la asistencia al mismo, del Ministro Consejero de la Embajada ante la Santa Sede, Luis Fernando de Segovia y del rector de la Iglesia Nacional Española, Mariano Sanz. El vicerrector ha puesto de relieve la estrecha colaboración entre las tres instituciones: el Pontificio Colegio Español, la Iglesia Nacional Española y la Casa de Santiago de Jerusalén de la Universidad Pontificia de Salamanca. "Estas tres instituciones se sienten unidas por tres cuestiones fundamentales: la pertenencia eclesial, la voluntad de profundizar en el campo de la investigación y la importancia de la presencia española fuera de España", afirmó. Para Malo Pérez esta sinergia entre ellas es imprescindible mantenerla en el futuro.
Posteriormente, el catedrático de Nuevo Testamento de la Universidad Pontificia de Salamanca, Santiago Guijarro Oporto, presentó en clave personal sus vivencias de veinte años colaborando con la institución. Para Guijarro la historia de la Casa de Santiago se desarrolla en tres épocas, reflejo también de lo que ha ocurrido en España con los estudios bíblicos durante estos 60 años. "Una primera etapa -enmarcada desde la fundación de la Casa hasta su vinculación a la Universidad (1955-1975)- es la de los "exploradores": investigadores de estudios bíblicos y arqueólogos como Antonio González L
amadrid y Joaquín González Echegaray, respectivamente, "que ayudan a entender cuán importante ha sido esta Casa para el desarrollo de los estudios bíblicos en España". La segunda etapa (1975-1995) que destaca el catedrático es la de "los maestros" como Julio Trebolle, en el campo de la crítica textal del Antiguo Testamento; Florentino García, prestigioso investigador sobre Qumrán ó Rafael Aguirre, promotor de los estudios sobre los orígenes del cristianismo. "Una etapa en la que la Casa de Santiago contribuyó de forma decisiva al desarrollo de los estudios bíblicos, en la nueva época marcada por el Concilio Vaticano II y que ayudó a completarlo con el conocimiento geográfico, histórico y arqueológico que aportó la Casa", afirmó. La tercera etapa, la identifica Guijarro como la de "los herederos" (1995-actualidad). Una época más inestable, por las circustancias políticas, pero durante la que se han seguido fomentado los estudios bíblicos y arqueológicos, especialmente gracias a la contribución del antiguo rector de la Universidad, José Manuel Sánchez Caro.