Africanos y americanos, los colectivos con mayor presencia de habitantes en la comunidad
La migración internacional ha crecido de manera notable desde el comienzo de este siglo y se calcula que en la actualidad unos 232 millones de personas buscan en países distintos al suyo nuevas oportunidades de mejorar su vida y desarrollar sus conocimientos. Alrededor de la mitad de ese colectivo son mujeres. «En el Día Internacional del Migrante ?que se celebra hoy?, debemos reafirmar nuestro compromiso de establecer sociedades diversas y abiertas que brinden oportunidades y aseguren una vida digna a todos los migrantes», es el mensaje Ban Ki-moon, secretario general de la ONU.
En Castilla y León, más de 52.000 personas han cumplido el sueño de establecerse en España y poder buscarse un futuro mejor. Tres de ellas se establecieron en Valladolid y aseguran que ya no volverán a sus países de origen al haberse quedado sin los vínculos familiares que les unían a su tierra.
El ecuatoriano Edmundo Hernández lleva catorce años en la comunidad. «Vine en principio directamente. Hubo una oferta de trabajo a través de la Embajada, así que yo vine con un contrato de trabajo, con papeles, con visado. Al principio no sabía que tenía que trabajar un año aquí en la comunidad donde te daban el permiso. Tuve que buscar otra opción y me fui al País Vasco, pero el Ministerio me comunicó que tenía que trabajar en Valladolid, no podía se en otro lugar».
Asegura que volvió, buscó y acabó en la ONG Red Acoge, «que me ayudó, me orientó y encontré un trabajo. Estuve durante casi trece años. Lamentablemente la empresa tuvo que reducir plantilla a lo mínimo debido a la crisis y a mi me afectó y me quedé en paro. Casi un año llevo intentando encontrar un trabajo».
Ha hecho un curso hace cuatro meses de atención al cliente, con prácticas en Carrefour y ahora «me han contratado por un mes, para esta temporada de Navidad. Por lo menos es algo que ayuda a seguir».
En Ecuador se dedicaba a dirigir una ONG «como esta que ayudaba a adolescentes, madres embarazadas y personas de la tercera edad. Teníamos fondos del extranjero, sobre todo de Estados Unidos y con eso podíamos dar atención a estos grupos humanos. Estuve durante diez años, pero se redujo notablemente en Estados Unidos por el atentado que hubo allí y me quedé sin trabajo. Y opté por venir a España».
Califica como «sueños cumplidos» haber tenido trabajo y la posibilidad de agrupar a su familia. «He podido traer a mis hijos aquí conmigo y los he podido sacar adelante. Soy separado y mis hijos han podido vivir conmigo y nos sentimos muy bien por la seguridad que nos han dado en España».
Afirma estar a gusto con los vecinos, el trabajo y la gente, «porque cuando uno no hace nada malo se porta bien, cumple con la normas que se establecen en cada lugar uno puede hacer una vida normal».
Asume que la diferencia de trato «se da en todos los sitios. Siempre hay alguna persona aisladamente que puede tratarte de forma diferente, pero la mayoría ha tenido muy buena aceptación conmigo, sobre todo cuando te conocen. Siempre se tiende un poco a generalizar y cuando salen noticias que dicen que un extranjero ha hecho algo malo, la gente piensa que todos los extranjeros son así. Eso es un poco como se orienta la información, pero cuando la gente va conociendo a cada persona, entonces cambia, porque la mayoría venimos a trabajar, a buscar un futuro mejor y a cuidar de nuestra familia».
Además de colaborar con Red Acoge, también colabora con Cruz Roja, ayudando a personas mayores y visitó a familias que no tienen familiares que los visiten habitualmente «y yo voy a verlos, los acompaño, charlo con ellos, porque muchos de ellos no pueden bajar por la edad que tienen y yo voy a sus casas. Cruz Roja organiza paseos solidarios y colaboro con ellos».
Tiene claro que su futuro está en Valladolid. «Ya voy teniendo una edad 'media' y al no tener trabajo, me preocupa un poco. Porque todavía tengo un hijo que vive conmigo y hay que cuidarlo. Ojalá se abran las puertas en Carrefour o en cualquier otra empresa. Porque yo soy de la idea de trabajar, mejor que recibir ayudas».
Antes iba a su país «porque estaba mi madre, pero falleció y ya ese vínculo familiar no te tira mucho a ir. Toda mi familia está aquí».
Y expresa un deseo: «Ojalá que la crisis económica se vaya acabando y que todos podamos tener un país como ha sido siempre, con trabajo, con solidaridad entre la gente y que mi familia esté bien».
La pareja formada por Malika y Mohamed dejaron su Marruecos natal para buscar una vida mejor y trabajo también. «Tenía una hermana que trabajaba aquí y una familia necesitaba una asistenta. Decidí venirme para aquí. Allí trabajaba en una fábrica, me gustaría trabajar en algo mejor, pero no está mal», asegura Malika, que no se queja del trato recibido «la verdad es que nunca hemos tenido discriminación». Hicieron cursos y para buscar una casa se informaron en varias ONG «y al final vinimos aquí a la Red Acoge y la verdad es que ha ido muy bien porque nos ayudaron a buscar un piso de alquiler».
«El futuro ?afirma Mohamed? lo veo mejor, hemos empezado una vida nueva y todo lo que tenemos está aquí, gracias a estas oficinas que nos ayudan a buscar trabajo. Casi no he trabajado, pero como mi mujer sí lo está, pues la vida más o menos está bien. Nunca nos ha faltado nada». Pese a la diferencia de costumbres, tiene claro que «prefiero vivir en España, porque nuestra niña mayor nació con problemas y aquí están protegidos por los servicios sanitarios».
Sus hijas Amal y Fátima han nacido España. La mayor con un problema ?espina bífida? «y necesita muchos cuidados y aquí tiene todas las atenciones. A nosotros solo nos importa el futuro de las niñas, que ellas estén bien y que su futuro esté aquí». Se sincera al afirmar que alguna vez «nos hemos planteado volver a Marruecos, pero el tema de la Sanidad aquí está mucho mejor». Con los problemas de la niña hemos sido muy bien atendidos». Su deseo para el año 2016 es tener «mucha salud, trabajo y dinero y que todo el mundo esté bien».
Fuente El Norte de Castilla