En Navidad, muchas veces nos reunimos sin tener ningún ánimo de hacerlo y entramos al trapo en situaciones comprometidas
Navidad es para muchos sinónimo de paz y armonía, sobre todo para los más pequeños, que disfrutan de estas fechas como no lo hacen el resto del año y las viven con la ilusión propia de la edad.
Pero para los adultos no siempre es así, porque muchas veces nos complicamos Demasiado. Por esta razón, desde la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ofrecen unos consejos para que las Navidades no se te atraganten y las disfrutes al máximo sin dejarte llevar por las preocupaciones.
Expectativas más realistas: Aprende a tomarte los comentarios de los familiares con filosofía. No todo el mundo tiene las mismas circunstancias y los excesos pueden fomentar los enfrentamientos. No te alteres, cambia de tema y tira de sentido del humor para afrontar las situaciones complicadas con la familia. Disfruta, tu salud lo agradecerá. Y ante todo piensa en los niños, que no tienen la culpa de nada.
No es obligatorio reunirse: Si lo último que te apetece es reunirte con personas que pueden ocasionar conflictos, busca planes alternativos. Tú decides tu vida, también en Navidad. Trata de tener buen talante y respira hondo en los momentos de tensión. Y si no funciona, date una vuelta: ve al baño, a la cocina? huye de los conflictos. Y, ojo, no abuses del alcohol, porque suelta la lengua más de lo aconsejable.
Si van a tu casa, planifica y simplifica: Si vas a recibir a familiares en casa, planifica bien; haz la compra a tiempo, reparte tareas y no hagas ese día la receta más complicada, sino algo que domines. Por ejemplo, puedes encargar a cada comensal que lleve su plato a la mesa u organizar un amigo invisible para hacer más divertida la celebración.
Habla de todo o veta algunos temas: Escuchar y callar es mejor que entrar al trapo siempre. Si quieres expresar tus opiniones sobre determinados temas que pueden resultar polémicos, hazlo con un lenguaje correcto u evita tensiones; respeta a los demás y los turnos de palabra. Y con los familiares que sepas de antemano que no va a ser posible, cautela. Puedes evitar los temas más conflictivos, como política o religión. Propón juegos o cualquier cuestión divertida y atenuarás las tensiones.