La capital pierde cuatro vecinos al día y el alfoz no absorbe la sangría de población

Ya no es un problema exclusivo de natalidad, que también, sino más bien de huida. De migración silenciosa. Del efecto goteo que históricamente tanto azota a Castilla y León, y que en el caso de Salamanca tiene fiel reflejo en la capital con escasas excepciones en su provincia. Las cifras encienden la alarma y anuncian que, a este ritmo, Salamanca puede bajar hasta los 320.000 habitantes en los próximos diez años. No es una cifra aleatoria, sino extraída de un estudio realizado por el INE en el que cifra el censo de Salamanca en 320.783 vecinos en el año 2025 y en 313.315 en 2029.

Así está el futuro, porque de momento el presente dibuja un panorama más parecido a un decorado almeriense que al Festival de Woodstock. Los datos (refrendados por el Consejo de Ministros y publicados ayer por el Boletín Oficial del Estado y el INE) otorgan a Salamanca un padrón de 146.438 vecinos a 1 de enero de 2015. Son 1.604 menos que el año anterior, lo que supone una pérdida de cuatro salmantinos al día. La sangría anima a pensar que es el alfoz el destinatario de todo ese furgón de huidos, pero la realidad dibuja un panorama igual de desolador en la provincia. Si en su día, el 'boom' inmobiliario despejó vecinos a municipios como Santa Marta, Carbajosa, Doñinos o Aldeatejada, la estadística dice ahora que el alfoz tan solo ha recibido 181 vecinos de esos 1.604 que abandonaron la capital en un año.

La provincia, además, perdió un total de 3.064 personas en ese mismo periodo con casos especialmente significativos como Béjar (227 habitantes menos), Ciudad Rodrigo (157), Peñaranda de Bracamonte (115) o Guijuelo (108).

Los jóvenes que buscaban acomodo en el cinturón no solo son ya minoría sino que optan por emigrar lejos de la provincia en busca de oportunidades.

El reverso de este fenómeno tiene también ejemplos en positivo como los casos de Castellanos de Moriscos (93 vecinos más), Aldeatejada (51) o Cabrerizos (49).

Aún así, el saldo total de la provincia es de 3.064 habitantes menos para un total de 339.395 cuando en 2009 alcanzó un tope de 354.608. Hasta 228 municipios perdieron población en el último año.

¿A qué se debe este continuado descenso?

• Por un lado, y en gran medida, a la migración interior con datos que arrojan hasta 4.602 mudanzas de salmantinos a otras provincias, con Madrid (1.340) a la cabeza.
• Un segundo factor tiene que ver con un crecimiento vegetativo negativo. Mueren más personas de las que nacen, y este es un aspecto que se ha convertido en tendencia en los últimos años. El año pasado se registraron 1.588 defunciones en la capital por tan solo 1.140 alumbramientos. Un fenómeno que tiene mayor incidencia en los pueblos, donde existe una población cada vez más envejecida.
• Y un tercer factor, aunque de menor influencia, es el de la marcha de extranjeros con trescientos menos en los últimos cuatro años.

Fuente El Norte de Castilla