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Obleas Pan de Ángel amplía su producción para cubrir la demanda del mercado exterior
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(PUBLIRREPORTAJE) REINO UNIDO, PRÓXIMO OBJETIVO

Obleas Pan de Ángel amplía su producción para cubrir la demanda del mercado exterior

Actualizado 26/11/2015
Miguel Corral

La instalación de una tercera línea de fabricación ha permitido a esta empresa familiar ubicada en Cipérez alcanzar las 16.000 obleas a la hora

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Las famosas obleas de Cipérez no encuentran frontera que las detenga. Tras copar el mercado peninsular, Obleas Pan de Ángel amplía su capacidad de producción para llegar ahora a todos los rincones de Europa, incluso Reino Unido. El montaje de una nueva línea de producción permite a la empresa de Fabián Martín pasar de 10.000 a 16.000 obleas a la hora, lo que le facilitará expandirse por los mercados de Centro Europa y las islas británicas.

La demanda de obleas Pan de Ángel en España y Portugal impedía hasta hace cuatro meses a sus productores atender los mercados de Francia, Alemania e Italia, principalmente, lo que obligó a la familia de Fabián Martín a emprender un nuevo proyecto de ampliación de sus instalaciones capaz de cubrir la demanda en mercados emergentes europeos de este producto.

Este gran paso ha requerido de una fuerte inversión y la obtención de los certificados correspondientes adaptados a las normas de calidad y seguridad alimentaria que rigen el comercio en Centro Europa y Reino Unido, lo que ha supuesto más de tres años de obras y trámites administrativos desde que esta familia de emprendedores decidiera dar un salto cualitativo y cuantitativo en su negocio de obleas.

Las nuevas instalaciones se ubican en el acceso a la localidad de Cipérez desde la CL-517, una nave cubierta en aluminio de 1.500 metros cuadrados y en cuyo interior se halla una línea completa de fabricación con capacidad para elaborar 6.000 obleas a la hora. Estas instalaciones, así como la cadena de producción, están adaptadas a la norma IFS sobre calidad y seguridad alimentaria por la que se rige el comercio en países como Francia, Alemania e Italia, además de la norma BRC para Reino Unido.

Ambas certificaciones se llevan a cabo mediante una empresa externa de auditores que controlan todo el proceso de elaboración, desde la entrada de las materias primas en la fábrica, con sus correspondientes certificados de trazabilidad, a la salida del producto en la zona de embarque. Esto obliga a seguir un exhaustivo control de cada lote de obleas mediante un registro diario en el que se reserva una muestra del producto como medida de seguridad alimentaria. A ello se suma la formación de sus empleados en materia de higiene, calidad y seguridad alimentaria y en el trabajo.

Una vez introducido este producto en los mercados de Alemania, Francia e Italia, y su expansión con esta nueva línea, que aumenta la producción de obleas en un 60 %, el objetivo próximo de Pan de Ángel será el mercado de las islas de Reino Unido, de ahí la obtención de la norma BRC, pues como señala Fabián Marín, "es la única forma de entrar en ese mercado".

Gran salto empresarial

[Img #488684]Sobre el éxito de las obleas Pan de Ángel en el extranjero, sus impulsores recuerdan que se trata de "un producto económico, natural, sin grasas saturadas y elaborado con materias primas totalmente naturales y de primerísima calidad. Aquí no se utilizan productos transgénicos", remarca Fabián Martín 'hijo'. A esto añade, el compromiso de esta empresa con la tierra a la que pertenece: "Todo lo que compramos intentamos que sea producido en Castilla y León. La harina ?subraya?, que es el producto principal, la compramos habitualmente en Palencia y en la zona de Arévalo, totalmente natural y con los certificados de trazabilidad que garantizan su procedencia, las técnicas de cultivo y elaboración empleadas".

Tras su depósito en tres grandes silos totalmente higienizados, la harina pasa mediante una serie de conductos herméticos a la planta mezcladora, donde se funde con el resto de ingredientes para dar origen a la masa. Esta se deposita en un gran recipiente que se traslada junto la línea de horneado para ser vertida después sobre planchas de hierro sometidas a una elevada temperatura, y que sirven de molde a cada oblea. A continuación, los operarios proceden a la retirada de la cinta transportadora de las obleas en perfecto estado y pasan a su envasado en bolsas de plástico para su posterior empaquetado en cajas de distintas unidades.

La implantación de esta tercera línea de fabricación ha supuesto también aumentar el número de empleados, que ha pasado de 14 a 20 trabajadores. A pleno rendimiento los tres turnos de trabajo en sus tres líneas de elaboración, Pan de Ángel puede llegar a producir 384.000 obleas en un solo día, aunque hasta ahora esta circunstancia únicamente se ha producido en momentos muy puntuales.

Con la actual, son ya cuatro las generaciones de la familia de Fabián Martín dedicadas a la elaboración de obleas, si bien como señala el abuelo, "la quinta viene empujando". La idea de esta familia de emprendedores es que, como comenta Fabián Martín 'hijo', "nuestras obleas estén en todas las mesas, en el desayuno, en las meriendas, en cualquier celebración, y que sean aceptadas como un producto de bienvenida allá donde lleguen". Por el momento, Fabián Martín asegura que no ha puesto límite a su empresa, por lo que, a buen seguro, las obleas Pan de Ángel, de Cipérez, seguirán dando mucho que hablar y durante mucho tiempo.

Pan de Ángel S. L., ejemplo empresarial

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Nacida bajo la tradición familiar, Pan de Ángel S. L. es un claro ejemplo de la diversidad y posibilidades empresariales que ofrece la provincia salmantina y, en especial, la comarca de Vitigudino. Desde hace varios años, se mantiene como la mayor empresa productora de obleas de España, lo cual supone un orgullo para muchos habitantes de esta comarca, pues ha dejado de ser anecdótico para convertirse en habitual encontrarnos en cualquier gran superficie o gasolinera de autopista, hacia la Costa Blanca o Costa Dorada, e incluso hacia el Mar Menor, las obleas Pan de Ángel.

En continua progresión desde su fundación en 1974, una vez consolidada su posición de liderazgo en el mercado nacional, cuarenta años después Pan de Ángel pretende salir fuera de nuestras fronteras más lejos que nunca, a mercados ya suscritos a este producto en el centro de Europa y otros incipientes como el norteamericano y el asiático, pero todo procurando siempre la mejor calidad, con el mismo grado de compromiso nacido hace 160 años y con cuatro generaciones de artesanos de por medio.

La incorporación de maquinaria moderna a sus instalaciones, utilizando la más alta tecnología, le permitió hace algunos años aumentar la producción y a la vez amortizar estas inversiones sin que los costes finales del producto se hayan visto afectados.

Primera calidad al precio justo

Precio y calidad del producto van siempre aquí de la mano. Junto a un precio competitivo, en el que juega un papel importante la distribución a través de agencias de transporte, dentro de cada bolsa se encuentra un producto que se adapta a cualquier paladar. Con un suave aroma a vainilla, su sabor denota productos tan naturales como la leche, la harina o el huevo, toda una sensación al gusto con el crujiente chasquido que produce bajo el paladar y el toque especial de una tradición de artesanos que ha trascendido hasta nuestros días.

Según Fabián Martín, precursor de esta tradición familiar que llevó al ámbito empresarial, "el secreto está en la masa", algo que se resiste a desvelar más allá de los productos que cualquiera pueda adivinar. "Como dijo un médico, quien come obleas y bebe un vaso de leche al día, llega a 100 años sin pasar por la enfermería".

A la sencilla fórmula de productos primarios de primerísima calidad, los propietarios de esta empresa familiar añaden a sus obleas años de experiencia y "mucho cariño", por ello el consumo de las "famosas obleas de Cipérez" está especialmente recomendado para aquellas personas con problemas en el aparato digestivo, y son el complemento ideal de otros productos naturales como la miel, queso fresco, leche o mermeladas.

Además, la oblea supone un símbolo de amabilidad y se encuentra ligada a las fiestas rurales, donde nunca puede faltar. No hay fiesta que se precie o convite a celebrar en el que las Obleas Pan de Ángel no estén presentes.

Producto 100% natural

[Img #488669]Tras más de 160 años elaborando obleas, Pan de Ángel S. L. no solo ofrece en sus productos la experiencia de varias generaciones de artesanos, si no que a esta forma de hacer de lo natural algo sencillo ha unido un riguroso control de calidad para garantizar un producto final tan exquisito como fiable, sin conservantes ni colorantes añadidos.

Por sus cualidades en cuanto a la suavidad de su sabor y textura al paladar, las obleas Pan de Ángel S. L. han sido desde siempre invitadas de honor en celebraciones, reuniones y cualquier evento social; casi siempre ligadas a la amistad y especialmente familiares, unas características que permanecen innatas en las famosas obleas de Cipérez por ser un aperitivo inigualable en cuanto a su exquisitez y asequibles a todos los bolsillos, porque lo bueno no tiene por qué estar reñido con la economía.

En Pan de Ángel S. L. saben muy bien, por su dilatada tradición, que lo mejor es aquello que siempre nace de forma natural, por eso que la composición de sus obleas únicamente presenta productos primarios, pero todo en su justa medida y con el horneado preciso, porque es ahí donde reside el auténtico secreto de su sabor y extraordinaria textura.

Sin duda, el secreto de su éxito está en la masa, una receta de siempre pero que nunca defrauda al paladar. Bien sea viendo la televisión sentados en el sofá, en el desayuno o acompañadas de un vaso de leche antes de ir a la cama, las obleas Pan de Ángel nos dejarán siempre un extraordinario recuerdo; como los mejores placeres de la vida.

Las obleas de Cipérez no encuentran entre sus miles de incondicionales una edad definida, desde los niños hasta nuestros abuelos disfrutan de su sabor a cualquier hora del día. Digestivas, saludables y apetitosas, así se presenta esta 'delicatessen' de siempre pero más natural que nunca.

Experiencia, perseverancia, trabajo e ingenio

[Img #488689]Pero para llegar hasta aquí, Fabián Martín (padre) no tuvo ante sí un camino de rosas precisamente. A su regreso de Alemania, lugar donde estuvo trabajando durante varios años, se le ocurrió montar una granja de cerdos cuyos animales tuvo que sacrificar ante la irrupción de la peste porcina, lo cual fue un duro golpe para un joven empresario, pues había sentido en sus carnes cómo todo su esfuerzo de años anteriores resultaba en vano.

Aquella desgracia hizo que el mundo que había imaginado se le viniera encima, por lo que decidió regresar al país bávaro para recomponer su situación económica. Pero Fabián sabía que su futuro estaba en su pueblo, así que regresó a Cipérez en 1974 para recuperar el oficio que le enseñaron su padre y su abuelo, y que a su vez ambos aprendieron de sus antecesores.

Fabián Martín volvió a echar mano de las viejas planchas de hierro para hacer las obleas que vendían en las fiestas de los pueblos y para acontecimientos familiares señalados. Su producción se limitaba a 80 obleas al día, pero lo que en principio era todo un escollo difícil de salvar, su elaboración totalmente artesanal sería a la postre su mejor reclamo para introducirse en varios supermercados de Salamanca y en la cadena Tragoz, más tarde 'El Árbol' y actualmente adquirida por la cadena de 'Supermercados Día'.

Muchos no daban un duro por aquella apuesta, pero Fabián Martín demostraría que no estaba loco y que era un empresario con una visión del negocio adelantado a su tiempo. Todas las puertas se le cerraron, excepto la que le mantuvo abierta un amigo, director de una sucursal bancaria.

[Img #488672]Con aquella entidad financiera contrajo un crédito de 6.000.000 de pesetas al 21% de interés, además de comisiones, pero que le permitiría adquirir la primera máquina para elaborar obleas y la casa donde nació, hoy actuales instalaciones de la empresa Pan de Ángel S. L. y que desde hace algunos años ya dirige su hijo, también de nombre Fabián y que es la cuarta generación de esta saga de artesanos de obleas.

A partir de la primera máquina sus ventas se incrementaron de tal forma que le resultaba difícil atender a sus clientes, así es que cuatro años después adquirió su segunda máquina en Austria, más automatizada y con capacidad para elaborar 800 obleas diarias, así hasta que en 1990, en una feria de maquinaria en Alemania, se le ocurrió la extraordinaria idea de adaptar una máquina de barquillos a la fabricación de obleas, idea que trasladó a los ingenieros constructores de aquel primigenio artilugio para fabricar barquillos. Tras esta idea podría decirse que Fabián Martín hizo bueno aquello de que 'la necesidad agudiza el ingenio'.

La complejidad que para los ingenieros suponía el objetivo de Fabián no resultó fácil de solucionar. La primera máquina tardaron dos años en diseñarla y ponerla en funcionamiento, nada que ver con los 9 meses de su segunda adquisición en el año 2000. El coste de cada máquina rondaba los 450.000 euros, cifra a la que la empresa debía sumar la adaptación de sus instalaciones. Esto incrementaría la inversión a más de 600.000 euros.

Hoy, las obleas de Cipérez son conocidas en toda España, son el fruto de la experiencia, la perseverancia, el trabajo y el ingenio de una familia, por lo cual son un motivo más para que los habitantes de la comarca de Vitigudino se sientan orgullosos de una cosa más que nace en esta tierra, las Obleas Pan de Ángel.

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