Los excrementos de perros, las hojas caídas de los árboles y las pintadas se han apoderado de un espacio que debería ser "el pulmón del barrio" (GALERÍA DE FOTOS)
Recorrer algunos puntos del parque de las Salesas es casi tan difícil como atravesar un terreno minado. Conviene andar despacio, con la vista clavada en el suelo, porque si no existe el riesgo de pisar las heces caninas que se acumulan en varias zonas. En perjuicio de los vecinos que aman el orden y la limpieza, muchos dueños de mascotas sueltan allí a los perros para que corran y, de paso, hagan sus necesidades. Luego, unos minutos más tarde, vuelven a atar a los animales y se marchan sin recoger los excrementos.
Una conducta que irrita a quienes viven en los alrededores, que no disimulan su enfado. "Estamos hartos, esto ni es un parque ni es nada", dice con gesto indignado Francisco Gómez, presidente vecinal de Salesas, Labradores y Centro (AVESAL). A su juicio, el citado espacio debería ser el pulmón del barrio, un sitio donde pudieran programar actividades tanto para los niños como para las personas de edad avanzada. Un lugar que atrajese a todos los colectivos, a jóvenes y a mayores, en vez de ahuyentarlos.
Aparte de las heces caninas, la zona de juegos se encuentra descuidada. El suelo es de arena, sin superficies de goma, y hay pequeños socavones, que pueden provocar caídas. Dos de los columpios exhiben pintadas, muestran una imagen sucia, abandonada. Además, los grafiteros también han dejado sus firmas en otras superficies y las hojas que han caído de los árboles se amontonan en los jardines. Por consiguiente, Francisco Gómez exige a los dirigentes locales que destinen los recursos necesarios para adecentar el parque. ""Siempre dicen que incluirán una partida en el presupuesto, pero luego nunca es así", afirma con enojo.
La escasez de aparcamientos y dos ejemplos de solidaridad
Tal y como sostiene el presidente, otro de los problemas del barrio radica en la escasez de aparcamientos. ""Cada vez hay más coches y menos espacio", subraya. Y propone una solución: acondicionar un solar ubicado junto al parque de bomberos para que tanto los vecinos como aquellos que se ven obligados a desplazarse en sus coches hasta Salesas o Labradores puedan estacionar los turismos sin dificultad.
Además de cultivar el espíritu reivindicativo cuando la situación lo requiere, los integrantes de AVESAL se caracterizan por su compromiso con quienes peor soportan los azotes de la crisis económica. Durante el año promueven un rastrillo solidario y el dinero que obtienen de la venta de los artículos lo donan a una ONG o se lo entregan a personas con pocos medios económicos. Normalmente, cuando optan por la segunda opción, las ayudas van para los vecinos de la zona. Pero nunca excluyen a nadie. Por eso, si alguien que habita en otro barrio de la ciudad les pide ayuda, atienden sus demandas. Algo similar ocurre con la recogida de alimentos, una iniciativa que ha comenzado esta semana y que se prolongará hasta las fiestas navideñas.
La ludoteca y el plan para impulsar el comercio
En la actualidad, los componentes de la asociación vecinal trabajan duro con la intención de impulsar dos proyectos: la creación de una ludoteca que se mantenga abierta durante las vacaciones de Navidad y el diseño de un plan dirigido a fomentar el comercio. La primera propuesta pretende ayudar a los padres a compaginar la vida familiar con la laboral. ""Si la iniciativa prospera y tiene éxito, ofreceremos el servicio todo el año, no solo en vacaciones", añade Francisco Gómez. Por su parte, en lo que respecta al proyecto orientado a potenciar los locales comerciales, el presidente se inclina por establecer canales para promocionar los productos de los establecimientos y fortalecer así los negocios. "Intentaremos crear marca de barrio", concluye.