Alfredo Pérez Alencart escribe sobre este poeta recientemente publicado en España. Nagid participó en el Homenaje Hebreo a León Felipe, dentro del XVIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos
Una inmensa alegría verlo por la capital del Tormes, en el espléndido recinto del Colegio Arzobispo Fonseca de la Universidad de Salamanca, con su primer libro traducido al español bajo el brazo, presto para darme el abrazo segundo de nuestras vidas. Haim Nagid me vio y de inmediato se puso a dedicarme su hermosa antología publicada en Madrid por la editorial Verbum. Tras el abrazo, nada más ojear el libro, me llamó la atención el rotundo y duro poema "Vislumbre a una ventana de tiempo, dos segundos antes del fin", inserto en la página 36 y muy bien traducido por Daniel Blaustein: "Ya nada te seguirá perturbando. Nada./ Y además de que nada habrá de perturbarte,/ de ti nadie se acordará nada./ La memoria es un engaño que corrompe.// Ya no serás maestro, ni padre ni esposo,/ no comprarás en la feria a vendedores ambulantes,/ el alma emanará de la sangre como un veneno,/ los arrebatos sensoriales serán insustanciales.// Cachorros que saltan sobre perros,/ niños disfrutando de sus juegos,/ todas estas cosas son registros engañosos.// Ahora te embarcas en una larga aventura./ También tú lo mereces una vez/ tras una vida dura".
Esta era la segunda vez que veía a Haim. Primero me lo presentaron en el amplio y cómodo centro cultural de la aldea de Meghar, el día que comenzaba el XV Festival Nisan Internacional de Poesía que coordinaba el poeta árabe-israelí Naim Araidi, el lunes 28 de abril de 2015. Estábamos en las montañas de Galilea, prestos a leer nuestras creaciones en un encuentro de muchas lenguas, siendo el hebreo y el árabe las principales. Pero también el inglés y las traducciones de otros idiomas a las dos lenguas oficiales de Israel.
Quien me traducía era Margalit Matitiahu, la más importante poeta en lengua judeo-española.Fue ella quien me acerco donde estaba Haim Nagid, presidente de la Asociación General de Escritores de Israel, el cual se encontraba allí para intervenir en el acto inaugural y para preparar la llegada, dos días después, de un amplio número de poetas judíos que se sumarían a los que leían ese día y el siguiente. El abrazo fue inmediato, posiblemente porque la empatía genera ese relámpago que luego puede, o no, consolidarse en amistad, en afecto, en admiración hacia la obra poética del otro, ya por largo tiempo. En lo poco o nada que entiendo del inglés, creí escuchar a Margalit diciéndole: "Good poet". Ella es muy respetada en sus criterios y no sería yo quien la desmienta, aunque hable bien, por generosidad, de mis ejercicios de aprendizaje. Pero antes me había comentado que Haim había nacido en Bucarest en 1940 y que tuvo que emigrar en condiciones penosas con su padre al recién creado estado judío, cuando tenía ocho años (la madre había muerto tres años antes, durante la barbarie nazi). Y nos dimos un fuerte abrazo e intercambiamos algunas impresiones, quedando citados para el segundo día del encuentro, donde me traería su último libro publicado, una antología con poemas selectos aparecidos en un arco temporal que va desde 1971 a 2011.
Así fue, en el restaurante donde cenábamos, a las afueras del pueblo druso de Meghar, Haim vino a la mesa y me hizo entrega de su libro, dedicado con mucho aprecio. Estaba publicado íntegramente en hebreo, en tapa dura y con algunas ilustraciones de él mismo. Como comprenderán, no lo entendí, pues ni siquiera domino el inglés, y menos el hebreo. Por suerte, sólo en la primera página había un subtítulo: "Right to Paradise Lane" (2012, pp. 199). Y también, ya no por suerte sino por justa prevención me hizo entrega de unos poemas suyos escritos directamente en inglés. Nada más volver a Salamanca los hice traducir por el chileno José Ben-Kotel, quien ahora vive en Israel. Fue la primera muestra poética en español de este pequeño grande hombre de las letras israelíes, de este poeta, dramaturgo, periodista, crítico literario, pintor, editor cultural? que estudió Letras hebreas, Filosofía? y ejerció de profesor de diversas disciplinas. Por sus libros 'Treinta poemas' (1971), 'Am Oved' (1986), 'Poesía Local' (1986), 'Zmora Bitan' (1989), 'Metatron' (1989) o 'Expedition to the Forbidden Zone / Expedición a la zona prohibida' (1994), entre otros, le concedieron los más importantes premios literarios de Israel, como el Premio de Poesía Katz o el Premio del Primer Ministro de Literatura, en 1998.
Ahora, de su reluciente antología española 'Hasta el final de la tristeza', leamos el poema 'Julio', gracias al trasvase que Blaustein ha hecho desde el hebreo: "El encanto del verano fue cruel como una broma./ Entonces, bajo el cielo de la sombrilla,/ se asemejaba a un rostro de expresión transparente,/ que ahora se ha perdido en el olvido./ El tiempo de la vida humana es una nimiedad,/ desde su origen comienza a descomponerse,/ ella se asemeja a un recuerdo, que ya no estorba,/ como contrariando a su insensata voluntad/ Y muere en un breve instante, de una vez y para siempre./ Porque un recuerdo, bochornosamente,/ sólo es lo que siempre añoramos que sea./ Un hombre cauto evita los recuerdos y se inclina,/ espera resignadamente el final,/ que se asemeja al verano fugaz".
Un poeta que merece conocerse allí donde se entienda el castellano.
TRES POEMAS DE HAIM NAGID
LOS LÍMITES DEL TERRITORIO
El lote de los miserables.
El archivo del horror.
Un basurero.
Lo sabido se ha unido a lo vergonzoso
en la agonía del día, entre hilos de olvido.
La basura llena de mundo.
El mundo expele herrumbre.
CON CINCUENTA Y SIETE AÑOS, EN UN SILLÓN RECUERDO DE INFANCIA
En la frontera de Rumanía, entre dos haciendas,
perdido y olvidado en la nieve,
siguiendo huellas a medianoche,
el padre ha encontrado al niño.
Se había dormido sobre la cerca de un refugio,
soñaba con su madre que agonizaba.
Cuando ella murió, él tenía cinco años.
"Desde entonces, tú me miras desde el cielo".
La imagen de la madre en el sueño dolido,
le añadía dolor, y le añadía anhelo.
"Ya no sabré más de ti, mi pequeño".
En la nieve pisoteada su rostro se derretía.
"Cuando mi padre se enoja su voz es tan ruda".
Hay un pájaro en el hielo picoteando un orgullo herido.
VACÍO
Frente a Jaffa, al final del día,
mi cuerpo experto en llevar su carga
de tan solo y tanta fatiga,
flotando aquí abajo, inundado en el roto hechizo
de una playa contaminada y una ciudad sin maquillaje,
reciclando el vacío.
Muchos males aquejan al mundo.
Estuve en pocos lugares y en lo profundo.
Y el corazón está vacío. Y la cabeza es cabeza de ganado,
y los cielos son trapos
que nos dividen
y nos separan de la extraña simpleza que hay encima de ellos.
Consecuencias complicadas.
Somos aficionados a ultranza,
que se empeñan en afanes sin chances.
Y principalmente las personas:
no son lo que yo había imaginado,
ni siquiera en sueños.
Algunas equivocadas, otras
patéticas o estropeadas.
Personas parches.
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