Alfredo Pérez Alencart escribe sobre el libro 'La memoria de los ríos', presentado durante el XVIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos. Y selecciona siete poemas para los lectores de SALAMANCArtv AL DÍA
Los ojos de Varda no sólo ven las aguas, sino que cobijan en el arcón de las visiones. No sólo ven los ríos y sus paisajes adyacentes, sino las estrellas y todas las constelaciones hacia donde alza la vista para seguir la travesía. No sólo tratan sobre la hermosura del amor carnal, sino también cruza su memoria por antiguos encantamientos y éxodos que se sobreponen y vuelven a Sefarad. En su poesía hay caudales que van desde el Jordán hasta el río Duero pasando por Aranda, pero también hay imágenes de indestructible soberanía, palpitaciones ancestrales de la tradición hebrea, días urgidos por la intolerancia de varios frentes, pero siempre versos que no desmayan.
Varda Genossar es una notable dama de la poesía israelí contemporánea: sus textos son cánticos remojados en los calendarios del deseo y en el recuerdo no enmudecido de sus orígenes, y en las aguas navegables donde, en noches de luna llena, espejean sus estrellas: Varda quisiera una tierra serenada, sin que recomiencen las contiendas. Al no ser posible, el centro de su atención se proyecta al cuerpo, catapulta del éxtasis al que se entrega el alma. Por ello dice: "No es el cuerpo no es el alma,/ es el plano de mutismo entre los dos"; o también, más directa: "El cuerpo susurra: conoce a tu amante/ Su llegada y su salida como una luciérnaga/ Desde el cuarto oscuro".
'Memoria de los ríos' (Verbum, Madrid, 2015, pp. 84, con traducciones de Marta Lapides) contiene cerca de una treintena de textos que nos permite conocer ciertas vertientes de la obra de una poeta esencial, de esas que esculpen las sílabas para que las palabras se enraícen al cuerpo del poema y venzan, mansamente, a cualquier lector que tenga la fortuna de apreciar lo que los ojos de Varda captaron para él y para todos.
Recomiendo, sin regateos, que posean esta pequeña joya. Tuve el privilegio de que Varda me lo dedicara, obsequiándomelo en el incomparable claustro del Colegio Arzobispo Fonseca.
SIETE POEMA DE VARDA GENOSSAR
EN LAS COSTAS DE SAL
La tierra gira con nosotros en los placeres de la carne
Ahí estuvimos, ni desnudos ni vestidos,
Creados a objeto de una piel sensible
Para sentir el uno al otro
Para avergonzarnos el uno del otro
Cubiertos con capa de agua dura
Bajo cielos invertidos.
Al mirar atrás,
Nos convertimos en una columna de tensión
Por todas las cosas que no
Se dicen.
TU ROSTRO
Tu rostro está ahora expuesto
A los cuatro vientos
Recoger la transparencia desértica
A través
De la cobertura del olvido diario.
Pronto sentiremos
El aroma de la primera lluvia,
Que despierta felinos de pasión
A arquearse maleables,
Y nosotros a su lado nos arrimamos,
Y nos derrumbamos.
EN EL MAR
En el Mar Muerto relucen nuestros cuerpos
Con una luz de cobre
Tu boca lame sal de mis heridas
Nos calma la visión
De la facilidad con la que flota por encima
El peso de las estrellas
Flota en la Osa Mayor
Gira,
En modos de esplendor.
Cómo fue que erramos
Al imaginar
Que eran nuestra alma.
ÓRDENES
Hay órdenes que se allanan por sí mismos,
Formas entrelazadas en la maraña del amor,
Como el Jordán adormecido entre los sueños del desierto,
Roza la muerte mas no se amedrenta.
Al igual que el cuerpo oculto entre los juncos
Engulle sonidos, contento y emotivo.
Y nuestra alma que estaba ahí presente
También era un túnel repleto de ardores,
Juntando con triste ademán
La dicha del agua purificada
Hasta que
El verde y el azul loaron
La consagración,
Y desde el silencio confeccionaron
Pequeñas cabañas de espíritu
Para descanso de las palabras.
EL LIBRO DE LAS AGUAS
Una paloma tiembla en la roca como el tormento del mundo
María besa con la mirada el sonido de las alas
El duende profundo retoza en su corazón,
Quizás como la remota Miriam que estaba entre los juncos
Y quiso tenderle la mano al cesto flotante,
Aquí, a la sombra del río en el tercer siglo de nuestra era,
Ella se inclina ante una tumba diminuta,
Ania Salomonola, pequeña judía,
A quien tuvo un solo invierno, su hija.
RÍO DE LUZ
Y ese placer navegaba sobre el suave roce de las olas
Que envían temblores de pasión al cuerpo de los jóvenes,
Y del temblor que surgió de su interior
Crecieron flores de luz sobre las aguas.
En Dura Europos las muchachas susurran en arameo antiguo
Renovado parto de la memoria de aguas oscuras,
En cuya tonada vibraron cuerdas de estrellas
Como el arpa de David, que sonaba por sí misma
En el viento nocturno.
Y ese día destelló con el tierno verdor
De las cañas en las ramas
Brotando en el fervor de roja flor, abriendo sus pistilos
Con el suspiro de un cabrito que ignora el momento de su ascensión
Madreperla dorada, Aranda de Duero,
Lugar de lejanas añoranzas
Dedos de neonata muerta tocando el río
En el que encienden fuego.
EN EL JORDÁN RABÍ YOHANAN NADA
En los prados del Jordán me baña su enseñanza,
Despliega su lección, el secreto de las aguas que recuerdan
Las estelas de conciencia que con él se extienden,
Suelta la boca de su cuerpo
Blanda túnica,
Se regocija en propio albor.
Cada vez que se sumerge en el esplendor
Como dos es que baña.
El cuerpo solitario y el espíritu por sí mismo,
Aguas vivas envuelven
El reflejo de sus órganos.
Su amor lo acompaña a todas partes
Yo me detengo frente a él en mi lancha de carreras,
Acallo el motor del tiempo,
Entre las plantas del río, con encanto sombrío
Atraída por la luz, para escuchar
La leyenda de agua entre nosotros
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.