"Es moral lo que hace que uno se sienta bien, inmoral lo que hace que uno se siental mal. Juzgadas según estos criterios morales, que no trato de defender, las corridas de toros son muy morales para mí." (Ernest Hemingway)
Si reflexionamos sobre los aconteceres taurinos de este 2015, aún por rematar, tendríamos que estirarnos bastante sobre el mismo a tenor de lo sucedido en los ruedos así como fuera de ellos. Es evidente que el mundo de los toros no escapa a ese desasosiego social que se vive en la totalidad de nuestro mapa? donde la falta de gestión, de transparencia y opacidad manifiesta, es el resultado de lo que toca hoy.
Por eso mismo, lo taurino tampoco esta en su mejor momento. Ha sido un año muy duro, excesivamente duro en cuanto al plano ganadero, por el sobrante de productos, hasta ir poniendo en su medida el ganado a criar, duro para muchos toreros que forman parte del escalafón, de su mitad hacia abajo, duro para las empresas pues tan solo las plazas de cierto relieve se llenaron, y como no, duro para el aficionado que ha tenido que contemplar todo esto, y además pasar por taquilla, duro también, para los que notaron sus carnes desgajadas, y zarpazos de la fiebre por la cogida, recordemos las brutales de Jiménez Fortes entre otras, causadas en todos los escalafones, duro porque al mismo tiempo en Cataluña se pone difícil, cuando no imposible, la continuidad taurina.- Lo que no se esperaba, es que la desfachatez política, la mentira y el desconocimiento, fuera a tener protagonismo de decisión. Veremos que ocurre aun, en esa ultima sentencia Constitucional, y esa I.L.P de 500,000 firmas, que hace ya cuatro años, se presentaron con el fin de que dicho tribunal, tomase partido y diera sentencia en uno u otro sentido,- cosa que me parece-, y, está muy claro que tiene su controversia, no están por la labor de despejar las dudas sobre tauromaquia, menos aún porque la catalanidad, se encuentra sumergida en ese laberinto de desmarque del signo español, ciudadanos a los que están confundiendo cada día, con una vorágine política, llena del más rancio despliegue independentista. Y con este panorama; no está desbordando el optimismo precisamente.
En toda esa encrucijada, seguimos con una crisis económica mundial -dicen galopante- dicen asfixiante- dicen dura-, de la cual siempre se tiene que hacer cargo los mismos?De nuevo esta sociedad, miedosa, arrugada, papanata, inmovilista, y mal dirigida, se enfrenta a otro reto? pagar aquello que los banqueros, testaferros, corruptos con traje de seda y cuello duro, gobernantes, y políticos de medio pelo, no han sabido gestionar, carentes de ideas, talento e ingenio donde tan solo se acompañan con una Fanfarria de grotescos mensajes, donde el miedo merma la libertad de un País, que no logra ser soberano- y no le pone "el cascabel al gato". Observando calladamente a diario, como tan solo el celo de perder poder y, el asiento en sus cómodas butacas, - muchas de piel de toro- es cuánto han sabido poner en orden. Y evidentemente los toros viven de esa capa social, modesta, donde las entradas aun, medio se soportan para dar rienda suelta a su afición y con ello mantener un sector, que también en muchas provincias comienzan a tener signos de alarmante enfermedad? Y así llegamos, donde a pesar de esto la Fiesta seguirá, mucha es aun su pujanza, y mucha su historia, su cultura leyenda y personajes. Pero lo cierto es, que tiene que ponerse manos a la obra, para cuanto antes lograr sus cauces lógicos? para que no desbarranquen, ni quiebren los elementos que la sostienen. O, eso creo yo.
Fermín González
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