El árbol, con una edad de cientos de años, ha sido salvado gracias a las sujeciones de dos pilares
Bernabé y José Moya han sido los artífices de que un fresno con cientos de años de edad pase a ser ingrávido. La idea ha sido colocarle dos pilares en sus ramas más fuertes para que no se partiera y cayera. El árbol se convertirá en una de las atracciones turísticas de la localidad de san Pedro del Valle.
Su ordenanza municipal lo protege junto a la labor de los voluntarios y los cariños respetuosos del pueblo que han impulsado el hashtag #CatedralesVivas.