El propietario de la explotación asegura que los técnicos de Medio Ambiente han certificado "sin ninguna duda" que el ataque fue producido por este depredador
Según han certificado los agentes de Medio Ambiente, el lobo ha vuelto a protagonizar un nuevo ataque en la comarca histórica del Abadengo. Si el pasado domingo dejó constancia en Olmedo de Camaces, ayer martes lo hacía en Lumbrales, en una explotación de ovino de leche propiedad de Ángel y José Santiago López.
En esta ocasión su rastro se traduce en una oveja muerta y tres heridas "graves", señalaba José Santiago a LAS ARRIBES AL DÍA. El ganadero añadía que eran "cancinas de raza assaf", al mismo tiempo que aseguraba que los agentes de Medio Ambiente habían certificado "sin ninguna duda de que ha sido el lobo".
El ganadero reconocía que este era el primer ataque que había sufrido. No en vano su explotación se sitúa a escasos metros del casco urbano de Lumbrales, en las cercanías de la dehesa situada en la carretera de Bañobárez, por lo que su sorpresa ha sido mayor
Aunque parecía que los ataques de lobo se habían reducido en el último mes, el ganadero asegura que "casi todos los días se produce alguno, lo que ocurre es que no se denuncian; unos porque no tienen código, otros porque creen que no van a conseguir nada y otros porque no saben qué tienen que hacer, pero casi todos los días hay alguno".
A este respecto, José Santiago recuerda otro ataque el pasado viernes en Lumbrales con "tres o cuatro ovejas muertas y catorce o quince heridas y que no se ha denunciado, pero todos los días se sabe de alguno en la zona".
La situación que sufren los ganaderos de municipios como Olmedo de Camaces, Bañobárez, Ahigal de los Aceiteros, Bogajo, Cerralbo y Sobradillo, entre otros municipios, está conduciendo a un estado de crispación que podría desencadenar la protesta al unísono de los alcaldes contra la Junta de Castilla y León, Administración que tiene asumidas las competencias en materia de medio ambiente.
Desde hace meses los ganaderos observan con preocupación cómo cada día se producen nuevos ataques sin que la Junta de Castilla y León ponga fin al problema, algunos incluso se plantean cerrar sus explotaciones de ovino y otros actuar por cuenta propia, pues sus explotaciones y formas de aprovechamiento de los terrenos por sus características geológicas no están adaptadas a la convivencia con un depredador como el lobo, especie cuya presencia siempre fue esporádica en estas latitudes, al menos en los dos últimos siglos.