Los alumnos que dejaron el Fray Diego en 1965 consiguen reencontrarse

Ha transcurrido exactamente medio siglo, pero en la jornada del sábado los alumnos que finalizaron sus estudios en el Instituto Fray Diego Tadeo González de Ciudad Rodrigo en el año 1965 consiguieron volver a reunirse para pasar una jornada de convivencia, gracias a la iniciativa de una de aquellas alumnas, Alicia Prieto.

Esta antigua alumna ha tomado el relevo como organizadora de otro de ellos Feliciano Sardón, quién promovió dos encuentros similares en 1995 y 2011, que quedaron para la posteridad con sendas fotografías que se recogían en un folleto especial elaborado para la jornada de convivencia de este 2015. En la reunión de hace 4 años, apenas se pudieron juntar 30 alumnos, pero de cara a la simbólica cita del medio siglo se reunieron en Miróbriga un total de 65, junto a algún antiguo profesor, como Don Román, que impartía Gimnasia.

Según explica Alicia Prieto, los preparativos comenzaron en febrero, momento en que comenzó el minucioso trabajo de ponerse en contacto con todos sus antiguos compañeros. En aquel momento, la predisposición para asistir por parte de todos ellos fue unánime, aunque finalmente, por distintos motivos, han estado ausentes una veintena de personas.

Entre los participantes en el encuentro se encuentran unas cuantas personas residentes hoy en día en Ciudad Rodrigo o en Salamanca, pero también las hay llegadas de San Sebastián, Vigo, Barcelona, Valladolid o Jerez de la Frontera.

La primera parada de la reunión fue precisamente el lugar donde estudiaron, el Antiguo Cuartel de Artillería, donde estuvo instalado el Instituto Fray Diego hasta su traslado a finales de los 70 a su actual ubicación en el Paseo de Carmelitas. Los antiguos alumnos se realizaron numerosas fotos en uno de los patios del que fue su centro, que hoy en día alberga las dependencias de la Escuela de Idiomas y de la Oficina Comarcal de la Diputación.

Como recordaban los propios alumnos, su estancia en ese antiguo Instituto se prolongó durante 7 cursos: 6 años de Bachillerato (con revalidas al acabar el 4º y el 6º año), y uno de Preuniversitario, que les preparaba para el salto a la Universidad.

En las aulas convivían chicos y chicas, aunque a la hora de repartirse por los patios estaban separados (los chicos tenían reservado el patio donde se desarrollan las obras nocturnas en la Feria de Teatro, y las chicas, el patio contiguo anexo a las oficinas de la Diputación). La mayoría de los alumnos eran internos, aunque esta opción sólo estaba reservada a los chicos.

Tras realizarse varias fotos de familia en el patio, se trasladaron al Seminario Diocesano, para asistir a una eucaristía presidida por el sacerdote José María Rodríguez-Veleiro, quién les agradeció que tuvieran un "hueco para la fe" durante la jornada. Concluida la misa, se fueron trasladando poco a poco hasta el Parador de Turismo Enrique II de Trastámara, donde comieron. En los postres, pronunció un discurso la promotora del acto, Alicia Prieto, que invitó a todos los presentes a repetir la experiencia dentro de 5 años, cuando se cumplirán 55 años de su marcha del Fray Diego.

Éste es su discurso completo (tras el mismo aparece la galería de imágenes):

Queridos amigos y compañeros:

Permitid que mis primeras palabras sean de agradecimiento a todos vosotros por la colaboración que me habéis prestado de cara a la efeméride que hoy celebramos.

Hace "casi nada", -más de medio siglo- unos abandonabais vuestros pueblos y vuestras familias para ingresar en aquel Internado que sería vuestra casa durante bastantes años. Otros, por residir en nuestro querido Ciudad Rodrigo evitábamos ese mal trago, pero todos temblorosos y expectantes dábamos nuestros primeros pasos por ese Instituto que hoy hemos visitado y recordado con nostalgia

Y ya veis, ¡Se dice pronto!:

¡¡¡ Han pasado 50 años desde que lo abandonamos!!!

Permitidme también en este acto y de manera muy especial traer a la memoria para recordarlos con cariño a todos nuestros amigos y compañeros que ya no están con nosotros: Isi, Jenaro, Rafa Corrales, Jesús Sánchez Alonso, Justo Luis Rodríguez Peláez y el recientemente fallecido José Luis Muñoz Báez. Para todos el mejor de nuestro recuerdo.

Y como no, quisiera sinceramente dedicar unas palabras de agradecimiento a todos aquellos profesores que en una época nada fácil supieron dar lo mejor de sí mismos para nuestra educación y formación, y que nos hubiera gustado que hoy nos acompañasen.

Citaré entre ellos a:

Rosalía Polo, profesora de Latín.

María Luisa, profesora de Literatura.

La Rocha, profesora de Ciencias Naturales que con sus salidas al río a coger ranas para luego diseccionarlas en el laboratorio y ver todos los órganos en el microscopio, supo dar a su asignatura un valor y un aprendizaje que hasta entonces no se había realizado en este Instituto.

D. Enrique Bejarano, (Mesie), que con su despiste nos enseñaba francés de manera un tanto peculiar.

Ketty, profesora de Francés.

D. Miguel Delgado de la Cal, excelente profesor de Dibujo.

D. Santiago, profesor de Religión.

D. Máximo, profesor de Latín.

Román, profesor de Gimnasia de los chicos y Tanci, profesora de las chicas.

Y qué decir de D. Narciso Vecilla de las Heras, un matemático que amaba su profesión y al que yo personalmente le debo haber aprendido a querer a esta asignatura que la tenía atravesada.

Y aquéllos otros que trataron de darnos lo mejor que tenían.

Por último quiero dedicar un especial reconocimiento a nuestro querido amigo y compañero Feliciano Sardón que, con su tesón y eficacia buscando nuestros teléfonos durante años, ha sido el artífice de que ahora mismo estemos todos aquí reunidos celebrando este acontecimiento.

¡¡¡¡ Gracias Feliciano!!!!

Espero que podamos seguir manteniendo el contacto entre nosotros y desde hoy quedáis todos convocados para la celebración del 55 aniversario. ¿Qué os parece?

Y ahora permitidme un brindis por todos nosotros y por los que, por circunstancias de la vida, no han podido acompañarnos.