Al final del reinado de Alfonso XIII, hubo un importante avance demográfico; también movimientos literarios y culturales. La reducción de mortalidad infantil hizo aumentar en un 220% la población, no obstante Salamanca creció de forma moderada, por ser un territorio basado en una economía tradicional que apenas generaba intercambios.
De comienzos de siglo datan construcciones como El Mercado de Salamanca o Mercado de Abastos en sustitución del Mercado Medieval, el Puente de Hierro, primer puente sobre el Río Tormes, construido dos mil años después del viejito Puente Romano.
Se ubica el Mercado Central, en la Plaza del Mercado, junto a la Plaza Mayor.
Obra de Joaquín de Vargas, autor también de La Casa Lis, y de la Iglesia de S.Juan de Sahagún, entre otros muchos edificios que diseñó en Salamanca.
Proyectado en 1898, las obras se inician en agosto de 1899, inaugurándose en el mes de abril de 1909.
La planta de este edificio es rectangular con 44 metros de longitud en sus fachadas este- oeste, y 40 metros de norte a Sur, con cuerpos salientes en las esquinas y puertas de fachada. El sótanos carga con todo el peso del desnivel del solar, construyéndose con vigas de celosía, que parten de las esquinas y puntos intermedios de las fachadas, concurriendo en un cuerpo lucernario central, apoyado en 12 columnas de fundición.
Por un lado la cubierta es de planchas acanaladas de zinc en forma de cuatro aguas, formado por amplias arquerías de hierro, provistas de cierres acristalados, y persianas de hierro fijo.
Entre las arquerías y el zócalo de piedra, están dispuestos paños de ladrillo visto, que en las esquinas se prolongan hasta la cornisa.
El Mercado guarda "historia", no podríamos comprender la magnificencia de éste edificio, sin conocer las necesidades de la ciudad, y como era la arquitectura de la época en que se diseñó.
El comercio hasta el siglo XIX estaba ubicado por diferentes lugares. Penetramos la niebla de los siglos XII y XIII, escuchamos voces pregonando productos frescos, sorprendidos por el paisaje que nos rodea, vestimentas y griterío de gentes. Hace la aparición mi querido Bardo, explicando que me encuentro detrás de la Catedral Vieja en la Plaza del Azogue, luego envolviéndome con el fulgor de su palabra me encuentro en los alrededores de la Iglesia de San Martín.
¿Sabes como se llamaba en aquellos tiempos?
Plaza de San Martín, o San Martín del Mercado, o sencillamente
le llamamos La Plaza, y todos nos entendíamos.
En esa Plaza, se comienza a construir la Plaza Mayor, -nuestra joya internacionalmente reconocida-; entonces era la plaza más grande de la cristiandad, abarcaba el terreno de la actual Plaza Mayor, el que ocupa el Mercado central, mas las plazas del Sur, incluyendo el solar que luego ocupó el Gran Hotel.
¿Era grande verdad?.no pude responder, éste joven, cada vez que acude a guiarme por Salamanca, me deja sin palabras.
Pasaron los siglos por la ciudad de Salamanca, y en el siglo XVII, la Plaza Mayor, cede terreno, a fin de que los pequeños puestos y sobre todo sus vendedores, estuvieran protegidos del frio y calor que la Meseta ofrece.
Todo evolucionó, hubo que hacer un comercio especializado, en el que se vendieran solo productos alimenticios, de esta forma el Ayuntamiento comenzó a pensar en la construcción de un Mercado Central, dónde se reunirían en el gran centro comercial, diferentes actividades del ramo alimentario, diseminadas hasta entonces por diferentes lugares de la ciudad, se piensa con insistencia en levantarlo en la llamada Plaza de la Verdura, al otro lado de los soportales de San Antonio.
Por fin el Mercado Central se asienta en el solar de la mencionada Plaza de la Verdura, hoy llamada Plaza del Mercado, de esta forma se resolvieron las necesidades de abrigo que tenían aquellas gentes.
Como siempre el Bardo tocando su flauta travesera, se diluyó entre la niebla del tiempo, eso sí, no sin dejarnos otra vez depositarios de nuestra historia.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.