Loquillo demuestra que los viejos rockeros siguen en buena forma

El Francisco Mateos vivió en la noche del sábado la segunda y última jornada del Ciudad Rodrigo Pop, el evento musical promovido por segundo año consecutivo por el Ciudad Rodrigo Club de Fútbol que ha contado con menos público del inicialmente esperado (la fecha escogida ha acabado por ser 'complicada' por las fiestas que hay en múltiples rincones).

El gran protagonista de esta segunda noche de conciertos fue uno de los nombres míticos del rock español, Loquillo, que acompañado de una potente banda demostró que casi ya no hay 'artistas como los de antes'.

Los encargados de abrir la velada en el Francisco Mateos ?cuyas puertas se abrieron más tarde de lo previsto- fueron unos 'amigos' de Ciudad Rodrigo, Jimeno's Band, formación que actuó el pasado verano en el paseo Fernando Arrabal y en Carnavales en el Palacio de Montarco.

Este concierto comenzó con unos minutos de retraso respecto a lo inicialmente previsto, pero no se acumuló demasiado retraso, saliendo a escena casi en hora los siguientes protagonistas de la noche, los mirobrigenses Sabor Amargo. Entre las canciones de este grupo no faltó el himno del Ciudad Rodrigo CF que compusieron hace unos meses.

Tras los dos aperitivos, en torno a las 23.15 horas salió a escena Loquillo, que ofreció un repaso por los temas más conocidos de su larga trayectoria musical. Durante este concierto, en el cual Loquillo tuvo un recuerdo para Elvis Presley, fueron teniendo protagonismo los diversos miembros de la banda ante un público entregado. Esta segunda velada del Ciudad Rodrigo Pop contó con más público que el viernes.

El concierto finalizó pronto (0.45 horas) con uno de los clásicos de Loquillo: el Cadillac Solitario. Aunque el público lo reclamó, no llegó a haber bises. Lo que sí hubo fue un final 'extraño': inicialmente se encendieron las luces de las torretas del campo (que por ejemplo el viernes marcaron el final definitivo del concierto), pero instantes después se volvieron a apagar, como si fuera a continuar, despistando al público.

Al parecer, ese encendido y apagado vino motivado porque el Ciudad Rodrigo había pactado un tiempo de concierto de Loquillo superior al que finalmente había tenido lugar, y se quería que ese tiempo se cumpliese (a más tiempo de concierto, más tiempo están funcionando las barras situadas en los laterales del campo).

En ese momento hubo una importante bronca entre el presidente del Ciudad Rodrigo CF y al menos un miembro del equipo de Loquillo, que fue despertando cada vez más expectación entre el público congregado en la zona del campo donde tuvo lugar la incidencia.

Ello hizo que se acercaran hasta allí para poner paz vigilantes de seguridad contratados para el concierto, y posteriormente, efectivos de la Guardia Civil (algunos de los cuales también habían estado vigilando el concierto) y agentes de la Policía Local.

Mientras todavía seguía el ambiente tenso por una parte del campo, por la otra, Loquillo abandonó el campo montado en su vehículo.