La ola de calor da una tregua hasta el domingo

Por fin la ola de calor da una tregua a la capital. Los termómetros han escuchado las plegarias de los salmantinos y hoy registran temperaturas más bajas. Entre los 16 y los 25 grados, según recoge la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). También lo harán mañana, con una mínima de 13º y una máxima de 28º. El sábado por la tarde los cielos comenzarán a despejarse y el sol acabará retomando el protagonismo. A partir del domingo, hasta el jueves, el mercurio alcanzará máximas que oscilarán entre los 30 y 34 grados.

Un tiempo que causa estragos en los salmantinos, poco acostumbrados a este clima. "No recuerdo una cosa igual", asegura Ángel Rivas, un charro de mediana edad que reside en Pizarrales. "Otros años los días eran más frescos", añade. Para él, el calor supone un castigo doble. Y no es para menos, ya que trabaja en el servicio de limpieza de la ciudad. Pasa su jornada laboral al aire libre. Y por eso recurre en ocasiones a las botellas de agua. "Bebo mucha, ya que si no me deshidrataría", dice con una sonrisa. Tiene clara una cosa. Para trabajar, mejor el invierno que el verano: "A pesar del frío", enfatiza.

Tampoco recuerda unos meses tan cálidos Antonio Fraile, camarero de profesión. "Ahora no viene a mi mente una época igual", sostiene. Y, por lo tanto, no duda en beber agua y en abrir las ventanas del bar en el que trabaja.

A consecuencia de las elevadas temperaturas, la somnolencia ha invadido a David Sánchez, un joven salmantino que trabaja en la taquilla de una piscina. "Los últimos años no han sido así, ahora el sol está golpeando con mucha fuerza", dice. En estos momentos, debido a las altas temperaturas, se pone a la sombra y, por supuesto, siempre tiene a mano el protector solar: "Debes tenerlo cerca, porque si te descuidas te acabas quemando la piel".

Comparte las opiniones de ambos José María Vicente, un charro al que las altas temperaturas le causan un gran sufrimiento: "Me siento muy agobiado y prefiero un poco más de fresco, sin tantos días seguidos de sol". Para combatirlo, bebe líquido, concretamente agua, y se baña a menudo.

María Blázquez, una salmantina que reside en Pizarrales, discrepa de todos ellos. "Cuando era pequeña, hacía más calor que ahora", asegura. Le resultan incomprensibles algunos comentarios que escucha durante esta época del año y es poco partidaria de sacar las cosas de contexto. Por eso pide un ápice de cordura: "No entiendo a la gente, quiere que en agosto haga frío y en enero calor".

A María le encanta el buen tiempo, está jubilada y le saca partido a los meses de julio y agosto. Acude con frecuencia a la piscina. Eso sí, cuando trabajaba soportaba peor la ira de los termómetros y agradecía el fresco: "Entonces me sentía más cansada, pero ahora no".