Joven de 28 años, 'speaker', presentador y natural de Villoruela
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase un auto-loco boca arriba,
érase un tiovivo desbocado.
Érase cartabón y escuadra alineados;
un rotring destapado a la deriva,
un tintero sin nadie que le escriba,
regla y compás encaminados.
Esbozo de sonrisa permanente,
amigo incondicional a deshoras,
la pupa que se cura fácilmente
en la mimbre de su mano tejedora.
Descalzo en la consulta del paciente
en espera de abrazos que demoran.
Rodrigo del Castillo Medina