¿Quién es el culpable de que Podemos esté en las instituciones?

En uno de los últimos controles al Gobierno, Rajoy puso, en acción, su lengua viperina y responsabilizó a Sánchez de que fuere el único culpable de que "Ahora Madrid", ocupe la sede municipal de Madrid. Quedó tan a gusto. Su séquito le aplaudió a rabiar. Y, al llegarme la noticia, de inmediato, me vino con ella una pregunta, pero sin acritud, ¿quién es el responsable único y directo de que Podemos tome asiento en los escaños de los ayuntamientos y comunidades del Estado? Este pecado sí es mucho mayor en extensión, pero sucede que estas faltas graves gozan de bula, están benditas y, por lo tanto, minimizadas o silenciadas por los medios enmagrados.

Me decía un amigo, hace cuantá, que "sólo tienen derecho a mandar los que tienen dinero". Y este privilegio lo tienen, en exclusiva, desde que el mundo es mundo. Y estos aposentados no suelen dar la cara, eligen a gente de vanguardia que les sea leal y servil, y para componer su hueste, no escatiman medios ni económicos, ni publicitarios ni coactivos, con tal de que sus defensas estén bien situadas en los puestos estratégicos, bien armadas, bien lustradas, dotadas de lenguaje mordaz o eufemístico, para afrontar, con arrestos, cualquier ataque, que pueda llegarles por sorpresa. Por eso, ahora, están un poco alarmados, porque se ha reencarnado Espartaco y ha cruzado caminos y sendas, y se ha adueñado de aldeas, y gritan los profetas, desaforados, que, con él, llega el fin de las cosas. Y ellos ponen el grito en el cielo, siembran el pánico, el miedo, la alarma, y la gente, en lugar de atemorizarse, se ríe y esta sonrisa les saca de quicio. Se desnudan ellos mismos y nos muestran sus endebleces, pero se las ingeniarán para salirse con la suya. De pronto, hace unos días, rebozaron la patita del lobo con harina, van a intentar que Caperucita se deje engañar. No creo que Espartaco se lo permita, se lo advertirá antes, o quizás sea la propia doncella quien se dé cuenta.

Y es que me desayuno, cada día, con el mismo cinismo y la misma hipocresía de los políticos, no de la política, porque la política, servicio altruista al pueblo, no puede ser cínica ni hipócrita. Mientras Rajoy intentaba poner colorado a Sánchez en el Congreso, el PP extremeño pactaba con Podemos el bastón del Ayuntamiento de Burguillo del Cerro. Y es uno de los casos, que me ha llegado, porque el PP, con tal de mantener poder o tocar poder, se alía hasta con el diablo, y si no lo ha hecho, ha sido porque el diablo no se presentó a los comicios de mayo, o no le hizo caso.

Y es que cuando Rajoy habla de sentido común, Me espeto ¿qué de común tiene su sentido?