Un prodigioso concierto para disfrutar de la música en directo de una banda de Jazz cada día más original (GALERÍA DE FOTOS)
![[Img #344694]](https://imagenesnetytec.blob.core.windows.net/simg/imgf/2015/06/img_344694.jpg)
Creada en el 2013 para promover el Jazz en directo y la música improvisada en Salamanca, ALAMISA ha terminado este curso de conciertos excepcionales con Jazz Station. Una elección que recuerda su primer encuentro en el Savor y que devolvió a un público entregado el gusto por la música en directo en un escenario próximo y casi íntimo, el local Pakí Pallá. Un Van Morrison potente para empezar nos devuelve a una formación de poderosos metales en la que cada músico destaca aunque se impongan esos saxos que caracterizan a la formación. La profundidad grave del saxo barítono y la alegría de Isa Simón se funden en esa primera fila de músicos en la que brillan Arturo Carabias y Diego Fernández, capitaneados apenas por el arreglista y alma del grupo, un excepcional Antonio Díez. El diálogo de los saxos, el clímax de sus solos y el duelo final entre ellos es una de las señas de identidad de un grupo en el que nunca deja de oírse el teclado magistral del hombre del sombrero, el pianista Alberto Rodríguez, y esa batería constante de Dani San Pablo unida a la percusión de Daniel Grupeli.
Son Jazz Station una banda cohesionada de múltiples personalidades que, deslizándose por el swing, el blues y el funky, hacen del público un intérprete más para disfrutar de la música, animando desde el escenario un incombustible Juan Carlos Pérez. Un público conocedor del programa de Jazz Station que disfruta de la alegría compartida de hacer música y sentirla muy próxima, con la cercanía del latido del un bajo sutil, el de Quili Sánchez, en el fondo de un escenario abarrotado donde tienen sitio las guitarra excelente de Adrián Besada que no se ve ensombrecida por los metales, los trombones de Chuchi Campos y Juan Carlos Pérez y la trompeta de Carmelo Muñoz. Brillantes y con toda la fuerza de la primera línea, son estos metales la esencia de un grupo que, apoyados en la voz y el saber estar en el escenario de Juan Carlos Pérez, discurren por la improvisación, las piezas clásicas, el contacto con el público y sobre todo, la alegría de tocar juntos, percutiendo al público en un ejercicio de seducción que tiene su punto álgido en el diálogo de Arturo Carabias y Antonio Díez. Porque aunque cada uno de los músicos se guarda un espacio para su propia epifanía que el público celebra, son estos duelos de saxo los que logran, con el consentido aplauso del resto de la formación, darle este sabor único a los conciertos de Jazz Station. Músicos en estado de gracia disfrutando de la música, compartiendo con un público cercano y dejando espacio para dos cantantes bien conocidas por todos: la italiana Margarita Silva, dueña de un timbre hermosísimo y de una presencia serena propia de las divas clásicas y un nombre también único para quienes disfrutan de la música en directo en Salamanca: Victoria Mesonero, la fuerza, la potencia, la originalidad y la grandeza de una voz excepcional y de un saber hacer siempre entregado. Ambas, un regalo para el público y para la formación, cerraron junto a Juan Carlos Pérez una noche de jazz de pura fiesta, de pura celebración y de sincera alegría. Porque no hay nada como la música en directo para sentirla, disfrutarla, compartirla muy cerca y salir al verano con el latido del metal, la pulsión en el estómago del bajo y, sobre todo, la sensación de haber compartido una fiesta entre amigos prodigiosos que transmiten el gusto, el goce sincero de tocar música, la música que nos regala ALAMISA. Gracias por este curso excepcional y este cierre lleno de fuerza.