Tómalo María; dámelo Juan; malo te lo entrego, sano me lo das
Después de las lluvias torrenciales del verano del ´68, que desalojaron las reliquias de nuestras cloacas y no encontraron playas debajo de los adoquines, todavía nos quedaron fuerzas y virtud para organizar dos años más la hoguera de la noche cabalística de San Juan. Pero debimos pisar mala hierba o alguien dijo "lagarto" sin morderse la lengua, y el maleficio nos alcanzó a todos. Más nos hubiera valido que las dos noches mágicas hubiésemos salido a recoger manojos de flores para colgarlos a las puertas de nuestras casas.
En la penúltima guardamos los materiales recogidos en las casetas de la Feria de Muestras de la Chinchibarra, abandonadas desde las fiestas de San Mateo del año anterior, y por culpa de unas patatas asadas con algo de descuido; ¡fiesta mayor! los expositores salieron ardiendo como la yesca. Y un remolino de fuego (maldita putaciega) lo devoró todo.
Y en la última falla nuestro desconsuelo movilizó a los hermanos mayores, a los padres y hasta a las amas de casa, que se tiraron a la calle al olorcillo de San Juan. La alegría era general; ¡por fin habíamos recuperado la hoguera de la noche prodigiosa! Sin embargo a nadie se le ocurrió mirar al cielo, aunque hubiera sido necesario... para dar las gracias y evitar el malogro, porque cuando empezó a arder ya era tarde. Las llamas alcanzaron los cables que cruzaban la calle y medio barrio se quedó sin electricidad y sin teléfono.
Nunca volvimos a encender fuego la noche de San Juan y nos sofocábamos viendo en la televisión los incendios que los norteamericanos de L. B. Johnson y de Richard M. Nixon provocaban con napalm en My Lai, Hanoi o en el delta del Mekong, donde las ferias de muestras, las alcantarillas y los cables quedaban lejos.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.