Joven de 28 años, 'speaker', presentador y natural de Villoruela
Eran fruta al fin
Se marchan los cuerpos
quedan los valores
y la acera
se llena de cuerpos, valores y colores.
Se marchan los ojos negros,
pero quedan las visiones blancas,
esas que miraban a todos,
en las aceras y en las calles,
por igual.
Visiones transparentes
de una sociedad
con menos suciedad.
Limpiándose la ropa de prejuicios
lavándose la cara de la "vieja escuela"
sacudiéndose los zapatos de inmoralidad.
Se pintan de colores las calles
los árboles sonríen en las plazas
el gris de la ciudad se destiñe
las puertas de instituciones
se llenan de gente
que, por fin, entra y sale con libertad.
La vida es más fácil así.
La vida es más vida sin cadenas.
El orgullo queda establecido
sin hacer ruido
con la sonrisa
de haberlo conseguido.
Porque los buenos
nunca mirarán por ellos,
sólo por las personas ajenas.
Al final no fue tan difícil,
aunque fueran incompatibles
en su "Botella",
las peras y las manzanas
tenían derecho a la libertad
porque eran fruta al fin.
Porque eran personas al fin.
Rodrigo Del Castillo Medina