Comencemos nuestro artículo de hoy a lo Epi y Blas. Antiguamente, cuando alguien se rompía un brazo la gente decía "se ha roto el brazo" y le entendíamos todos; después, entre aquella compleja letra de médico y el diagnóstico del doctor ? "usted sufre una
A la presunta gente burda que nacimos en época de Franco, según el presunto ciudadano Rivera ?la única cara reconocible de Ciudadanos? nos está pasando algo parecido con eso de "fracking". Nos dicen "fracking" y pensamos que una palabra así, tan moderna, no puede ser algo malo. Detrás de esa palabra tiene que haber, por lo menos, un "honoris causa" como don Rodrigo.
A un servidor, que no es ciudadano de Ciudadanos, esto le recuerda al inefable Gila, un hombre al que Franco fusiló mal, y que cuando vendía un reloj decía aquello de "¡Tío, es americano!". Claro, tú qué ibas a contestar: "¡Ah, bueno!". Y te lo vendía sin anestesia. Hoy nos quieren vender el "fracking". ¿Y sabe usted de qué se trata? Pues mire, me dirijo a usted mismo: Tome un globo y antes de inflarlo le hace una pequeña piterita, después lo infla con agua sin parar a la espera de que salga todo el líquido por ese agujerito.
¿Me dice que se le ha roto? ¡Cachi! Mala suerte. Bueno, pues en España ya tenemos la normativa en marcha para que nos den permiso para realizar "fracking", sólo que el globo es el otro, el terrestre. La técnica es echar agua con componentes químicos a toda presión en el subsuelo y esperar que rompa rocas y todo lo que encuentre en su camino hasta que salga petróleo. Y esto no es ninguna broma. "Esto ya lo han hecho los americanos, tío" (ya hemos dicho que un espejo Mr. Marshall donde mirarse), con tan buenos resultados que ha abaratado los precios de los carburantes.
Dicen que no se ha roto nada, pero la tierra ha quedado embarazada y los hijos de la tierra no se sabe si nacen a los nueve meses, a los nueve años o a los noventa, pero salir, salen. Y como la insensatez es pariente del egoísmo, en Europa ya existen once países dispuestos a realizar idéntico proceso, del que vamos a vanagloriarnos que España esté en los primeros lugares y Castilla y León, nuestra tierra, en la vanguardia como experiencia piloto. Así somos.
De nada nos valen los ejemplos de esas riadas que buscan su espacio natural y se llevan casas construidas en lugares robados al curso de los ríos. Tampoco nos vale ver lo que ocurre en Nepal cuando la naturaleza se embravece. Nada, ¡ale!, abramos fallas tectónicas, tentemos a la Tierra en nombre del enriquecimiento de hoy, que mañana Dios dirá, pues hasta puede ser que vayamos todos a la Luna.
Sólo nos queda la tranquilidad de que el hombre es un animal, y eso no lo duda nadie; lo de ser racional, sí se pone en duda. ¿Que el hombre se ha cansado de echar polución a la atmósfera y busca otras alternativas? No lo sé, porque creo que ni siquiera aprendemos del propio hombre. Ahí tenemos el "proyecto Castor" en Tarragona, un pretendido depósito de gas en el subsuelo que ocasionó tal número de seísmos en la zona que habiendo comenzado sus operaciones en 2012 hubo de ser paralizado en 2014, después de costearlo usted y yo, según la OCU, con 4.730 millones de euros.
Pero vayamos a otro ejemplo que lo entendamos todos: Usted no tiene por qué saber de Medicina y si sabe, mejor, pero para lo elemental, como supervivencia, seguro que está ducho en ello y es consciente de que si tiene la tensión alta, o incluso normal, no debe atiborrarse de sal. ¿Qué pasa si no sigue la pragmática? Pues ya sabe, usted es firme candidato a un ictus o a un infarto. Así imagino yo a la Tierra.
Ahora sí, ahora ya sé que "fracking" es romper a lo bestia.
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