La masiva asistencia de fieles complica la solemne procesión de La Soledad

El día más intenso de cada Semana Santa en Ciudad Rodrigo, el Viernes Santo, se completó por la noche con el habitual desfile procesional de la Virgen de La Soledad, que tiene el título de alcaldesa de Miróbriga, y que cada año congrega a un mayor número de fieles. Este año el número fue tan alto que incluso hubo problemas a la hora de desfilar.

La velada comenzó en el interior de la Catedral de Santa María con el rezo del Santo Rosario y con una reflexión a cargo del capellán de la Cofradía de Jesús Nazareno, Manuel Peláez. A diferencia del año anterior, cuando estos actos en el interior de la Catedral tuvieron una duración breve, este año se recuperó la duración habitual, concluyendo más tarde, aunque a los cientos y cientos de personas congregadas a las puertas de la Catedral no les importó demasiado por la buena noche que hacía.

Por fin a las 23.14 horas se abrieron las puertas de la Catedral para que salieran todos los fieles congregados en su interior. Al igual que había ocurrido en la procesión de La Carrera, algunas cofrades fueron vestidas de luto riguroso, portando incluso mantilla. Tras todas estas personas, salió la imagen de la Virgen de La Soledad.

El paso estuvo acompañado por el Obispo Raúl Berzosa, el canónigo de la Catedral Nicolás Martín Matías, representantes de otras cofradías de la Semana Santa Mirobrigense, el alcalde Javier Iglesias, los concejales Marcelino Cordero, Pedro Muñoz y Rosa Esquivel, y la Banda Municipal de Música, que fue animando musicalmente el recorrido.

En lo que se refiere al resto de fieles, nada más salir de la Catedral comenzó una 'guerra', ya que la mayoría de los asistentes ?cada año hay más hombres- quería estar durante el trayecto lo más cerca posible de la imagen de la Virgen. Eso provocó que en varios puntos las personas se detuvieran, o se salieran de las filas, provocando cortes en las citadas filas, como por ejemplo a la altura del Palacio Episcopal.

La procesión recorrió en ese primer tramo la Plazuela de San Salvador, Díez Taravilla, Colada y la Plaza Mayor, donde se agrupó toda la comitiva. A continuación, se siguió por Rúa del Sol, Gigantes, Campo del Pozo, y Cristóbal de Castillejo. Al paso por esta Plazuela, la comitiva se volvió a romper, abriéndose prácticamente un hueco en las filas que se extendía toda la Plazuela.

El presidente de la Cofradía, Arturo Pérez de Burgos, consiguió volver a unir la procesión, tras rogarles en numerosas ocasiones a todos los asistentes que por favor las filas fueran avanzando. Tras el paso por Cristóbal de Castillejo, hubo una modificación en el recorrido respecto a años anteriores. Así, en vez de tomar la calle San Juan hacia la Plaza, la comitiva cogió la calle Colegios, para seguir por Velayos y Sánchez Arjona hacia la Plaza.

La procesión cruzó el ágora mirobrigense en dirección a Julián Sánchez, por donde se acabó alcanzando la zona de la Catedral. A las puertas del templo, se cantó la Salve. Como cierre, el presidente de la Cofradía, Arturo Pérez de Burgos, dio las "gracias a todo el pueblo de Ciudad Rodrigo que se ha volcado con la Virgen esta noche".