Asaja exige a la Junta que abone los daños por vía patrimonial, independientemente de que se tenga o no contratado el seguro contra ataques de cánidos
Un total de 40 corderos muertos y cuatro ovejas. Ese es el saldo de los dos ataques de lobo que este fin de semana ha sufrido la explotación de un mismo ganadero de la localidad de Bañobárez. En el primero contabilizó 20 corderos muertos y varias ovejas heridas, y en el último cifras similares que se concretaban este lunes con la recogida por el camión de cadáveres de 40 corderos y cuatro ovejas.
Los agentes de Medio Ambiente confirman de nuevo al lobo como autor de estos ataques, nada nuevos para el ganadero, pues en este 2015 son ya tres las ocasiones en las que ha visto cómo al llegar a su explotación aparecían animales muertos sin que el vallado de 'mallazo' ni sus perros surtieran efecto ante el instinto depredador del lobo.
Cabe matizar que desde hace un año, aproximadamente, y a raíz de varias sentencias del Tribunal Supremo que condenaban a la Junta de Castilla y León a indemnizar a los ganaderos por los daños causados por ataques de lobo, independientemente de que los ganaderos tuvieran contratado o no seguro contra ataques de cánidos, la Administración regional se comprometió en el nuevo Plan de Gestión del Lobo y ante las organizaciones profesionales agrarias a indemnizar a los afectados mediante la presentación de recursos por responsabilidad patrimonial siempre que se corrobore que el causante de estos daños es el lobo.
Esto significa que el ganadero afectado podrá reclamar vía administrativa los daños sin necesidad de recurrir a los tribunales, pero otra cosa es el momento en el que cobre esos daños si finalmente llega a producirse el pago, pues como señaló a este diario el presidente de Asaja Salamanca, Luis Ángel Cabezas, "nosotros tenemos presentadas varias reclamaciones porque los ganaderos no cobran".
Pero sobre la voluntad de la Junta de Castilla y León por hacerse cargo de estos daños, el director de Medio Natural, José Ángel Arranz, era lo suficientemente explícito a este respecto hace un año cuando se trataba de llegar a un acuerdo para dar solución al problema, y es que el director general del Medio Natural invitaba a los ganaderos a que contrataran el seguro contra estos ataques, a la vez que pretendía justificar el retraso de las indemnizaciones, entre diez u once meses como mínimo, porque los parámetros para establecer la responsabilidad de la Junta no son lo suficientemente claros y el procedimiento es lento y farragoso. Entonces, Arranz aseguraba que "nunca" habría pagos directos, como está sucediendo.
"Los numerosos daños económicos que causa el lobo son, en la mayoría de las ocasiones, asumidos por el propio ganadero..." |
A este respecto y tras este último ataque, mediante un comunicado Asaja "exige" a la Administración autonómica a "que indemnice rápidamente por la vía patrimonial los daños que causan la fauna salvaje a los ganaderos, independientemente de que se tenga o no contratado un seguro". En la mayoría de los casos, este tipo de pólizas conlleva una franquicia que debe soportar el ganadero si se trata de un ataque de perros, aunque si los agentes de Medio Ambienten confirman al lobo como autor, es la Junta la que se hace cargo del importe correspondiente.
Asimismo, pide a la Junta de Castilla y León "que intensifique las acciones para acabar con los daños que el lobo está causando a numerosas explotaciones ganaderas en la zona de Arribes del Duero, donde se encuentra asentada una manada. El doble ataque que ha sufrido un ganadero de ovino en la localidad de Bañobarez, con cuantiosas pérdidas económicas, evidencia la necesidad urgente que existe de proteger a los ganaderos, si de verdad se quiere hacer una apuesta por la supervivencia del medio rural".
Para los responsables de Asaja, "una de las peores experiencias que tiene un ganadero es llegar a su explotación y encontrarse varios animales muertos y otros heridos de gravedad. Esa sensación de impotencia es la que ha vivido un ganadero de Bañobarez en dos días consecutivos, pero es la que tienen otros muchos profesionales, de empresarios en el mundo rural, cada semana en Las Arribes, al comprobar que esa noche el lobo ha matado a sus corderos, ovejas, o terneros.
A la sensación de impotencia, de desazón, se une la desesperación económica. Los numerosos daños económicos que causa el lobo son, en la mayoría de las ocasiones, asumidos por el propio ganadero, que se siente desamparado por la Junta de Castilla y León, quien ha optado por proteger al agresor, al lobo, frente al hombre, el ganadero de ovino y vacuno".