Sentido pregón de Rafael Arcos para la Peña El Caballo recordando sus complicados inicios

El 4 veces campeón de España de Doma Vaquera Rafael Arcos fue el encargado de pronunciar en la noche del viernes en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal el pregón de la Peña El Caballo. Como es tradición en esta Peña, la velada arrancó con una concentración junto al Monumento al Garrochista de la entrada al Parque de La Glorieta de sus miembros, el Pregonero, y el Garrocha de Plata de este año, José Sevillano.

Escoltados por la Rondalla III Columnas, pusieron rumbo al Teatro por el Registro y la calle Madrid. A la entrada a la Plaza Mayor, la comitiva pudo ver cómo ya se están empezando a levantar los tablaos. Tras recorrer parte de la Rúa del Sol se llegó al Teatro, que contó con una buena asistencia de público, que pudo disfrutar hasta el arranque del pregón de imágenes de la última participación del pregonero en el Campeonato de España de Doma Vaquera, donde se proclamó vencedor.

El presidente de la Peña El Caballo, Juan Luis Montero 'Perita', introdujo el acto asegurando que este año habían "apostado fuerte" con el pregonero, que ha estado en varias ediciones del Concurso de Doma Vaquera que se celebra en el marco de la Feria del Caballo de Ciudad Rodrigo cada mes de septiembre.

Este hecho fue recordado por el propio Rafael Arcos en el inicio de su pregón, revelando, eso sí, que su primera presencia en Miróbriga fue casual: necesitaba 1 punto para estar en el Campeonato de España y escogió la cita de Ciudad Rodrigo como podía haber escogido otra.

Por cómo se desarrolló la competición, Rafael Arcos le cogió "afecto" a la ciudad, y desde entonces le gusta venir a concursar a esta prueba, ofreciendo incluso alguna conferencia complementaria. En torno a la cita del pregón, indicó que los miembros de la Peña El Caballo tuvieron la "gentileza" de irle a buscar a su casa para invitarle a ser pregonero.

Un completo repaso por su vida

Rafael Arcos dedicó su pregón ?respecto al cual únicamente traía por escrito unas notas- a explicar sus inicios, porque "la gente conoce a Rafael Arcos desde que fue campeón de España por primera vez [hace 10 años] para acá, pero lo de antes no lo conoce". Como él mismo la definió, su historia es "bastante noble" y a la vez, dura, porque "no todo fue lujo".

Así, con 6 años, tras estudiar por las mañanas, ayudaba a su padre por las tardes en el picadero familiar, donde había 30 caballos. Con 7 años, ya le propusieron participar en una exhibición, causando bastante simpatías entre el público asistente, por lo que fue repitiendo en otras. Eso sí, su padre ?su gran ídolo- no tenía coche, y le pagaba la gasolina a otras personas para que lo llevaran hasta las citas. En esos concursos veía a jinetes con los que "soñaba" con parecerse.

Desde que tenía 13 años estuvo deseando tener 16 años para acceder a la Escuela de Jerez. Sin embargo, cuando llegó ese momento, vio que no podía dejar a su padre sólo con el picadero, que tenía 40 caballos, por lo que decidió quedarse con su progenitor, "y no me ha pesado nunca".

Poco después, le domaron un caballo y empezó a competir, sin éxito ?tenía que competir con seniors ya que no había categoría para juveniles-. Hasta que llegó una potrita francesa, Bambi, de 2 años y medio que le dio "el 80% de lo que soy hoy, porque despertó en mí la capacidad de sentir", tanto que en su primera temporada compitiendo con ella ya fue campeón de España. Con esa victoria ya dio por satisfecho "todo lo que había trabajado; todo lo luchado estaba pagado con ser campeón de España".

A partir de ese momento cambió su forma de competir: "me vi envuelto en la necesidad de satisfacer a la gente y salí con más miedo", asegurando que tardó en relajarse y ponerse las pilas con otros caballos. En ese momento se dio cuenta de que "cada caballo tenía una personalidad y no se podía montar a todos por igual".

Seguirá viniendo a Ciudad Rodrigo

A día de hoy, sigue viendo tras las competiciones sus vídeos para ver los errores que haya podido cometer: "aquí nunca se deja de aprender; mañana llega un caballo y te demuestra que no eres nadie".

En el tramo final de su intervención, aseguró que "nunca imaginé llegar a donde he llegado", añadiendo que se queda sin palabras cuando los niños le dicen que quieren ser como él, como él dijo en su momento a sus ídolos. Rafael Arcos, de sólo 31 años, prometió "seguir trabajando y seguir viniendo a Ciudad Rodrigo", asegurando que estará compitiendo "lo que el cuerpo aguante".

El cierre del acto fue un poco diferente, ya que concluido el pregón en sí, Juan Luis Montero 'Perita' quiso hacerle algunas preguntas, por ejemplo, qué diferencias ve él entre la doma vaquera 'de trabajo' y la de pista.

Juan Luis Montero 'Perita' cerró el acto con un 'Viva el Carnaval', desplazándose a continuación los miembros de la Peña a cenar, donde tuvo lugar el homenaje propiamente dicho al Garrocha de Plata de este año, José Sevillano.