Dos jóvenes de Canadá se despiden de Miróbriga tras tres meses de intercambio

Este sábado 6 de diciembre han dicho adiós a Miróbriga dos alumnos del IES Tierra de Ciudad Rodrigo tras tres meses de permanencia en el centro ?desde el inicio del curso escolar-. Se trata de dos jóvenes de Canadá, Charles Edouard Sarault y Léa Jean, que han recalado en Ciudad Rodrigo dentro de un proyecto de intercambio que hará que el 8 de enero dos alumnos mirobrigenses, Alberto González y María Moro, viajen hasta el país canadiense.

Este intercambio está incluido en las iniciativas de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León para favorecer que los alumnos aprendan otros idiomas y descubran nuevas culturas. Dentro de estas iniciativas están los intercambios con centros de Canadá y Estados Unidos.

El intercambio en el que participan los alumnos mirobrigenses forma parte concretamente de un acuerdo de la Consejería con la Education Internationale de Quebec, que ha traído a España durante el primer trimestre del curso 2014/2015 a un numeroso grupo de jóvenes de Canadá.

Como decimos, en Ciudad Rodrigo han estado dos de ellos, ya que aquí aparecieron dos alumnos del IES Tierra interesados en participar en el intercambio, que implica acoger en sus casas a los jóvenes canadienses, que ejercerán como anfitriones en sus hogares cuando comience en enero la segunda parte del intercambio.

Los dos alumnos que han vivido al estilo mirobrigense durante los últimos tres meses pertenecen a localidades canadienses diferentes, y no se conocían entre ellos antes de iniciar el intercambio. En su caso, también podrían haber ido a otros países como Francia o Alemania. Una vez escogida España, el destino final les fue asignado.

Como diferencias entre los dos jóvenes, Charles Edouard Sarault, de 17 años, estudia el equivalente en España a 2º de Bachillerato y vive en Canadá en una gran ciudad como es Quebec ?de más de medio millón de habitantes-. Además ya había participado en un intercambio con México, por lo que tenía soltura con la lengua española.

Mientras, Léa Jean, de 15 años, estudia el equivalente a 4º de la ESO y reside en una localidad pequeña, Baie-Comeau, de algo más de 20.000 habitantes. En su caso, es su primer intercambio, y su relación con el español se limitaba a dos años de estudio de esta lengua. La localidad de origen de Léa Jean está también situada en la provincia de Quebec, donde viven más de 8 millones de personas.

Según explican, antes de viajar a España estuvieron buscando información por Internet del lugar donde iban a residir, un lugar muy diferente para ellos, especialmente para Charles Edouard, acostumbrado a una gran ciudad. Este joven define la experiencia no sólo como un intercambio educativo, sino también "un intercambio social".

La vida en Miróbriga

Salvo algunos breves 'problemas' iniciales ?producto del cansancio del largo viaje desde Canadá, y del impacto de oír todo en español, como explica Léa Jean- la adaptación de ambos jóvenes fue bastante rápida y sencilla tanto en sus familias de acogida como en el propio instituto.

Léa Jean explica que, por ejemplo, antes de acudir a clase, su anfitriona, María Moro, ya le había presentado a sus amigas. Mientras, Charles Edouard Sarault resalta que, a la hora de estar en el instituto, el proceder de un lugar tan lejano hace que sean "como atracción" para sus compañeros de clase: "es más fácil hacer amigos cuando eres de otro país: la gente tiene interés y vienen a verte". En su caso, él mismo explica que "no es muy tímido", por lo que no ha sido difícil para él "cambiar de modo de vida, de ambiente, de persona que voy a ver cada día".

Respecto a la vida en el propio instituto, el ritmo ha sido diferente al que están acostumbrados. Así, si en Canadá hay 4 clases al día de 1 hora y cuarto cada una, aquí en España hay 6 de 50 minutos. A nivel académico, lo realizado en España no tiene valor en su país, y de hecho, Charles Edouard Sarault y Léa Jean han debido compatibilizar las clases en el centro mirobrigense con tareas correspondientes a sus centros de origen.

En el caso de Léa Jean, al estar en un curso con menos tareas en su lugar de origen, ha tenido más tiempo para realizar numerosos exámenes con sus compañeros de clase, "para ver si hemos entendido lo que nos han enseñado". Por su parte, Charles Edouard Sarault indica que le resulta "más difícil tomar todo lo que podría tomar del intercambio" debido a que está en un nivel superior. En su caso, aunque debía haber estado en 2º de Bachillerato, ha acudido también a clases de 1º de Bachillerato para estar junto a su compañero de intercambio, Alberto González.

Aunque pertenecen a niveles educativos diferentes, han compartido algunas clases, siendo éstos los únicos momentos donde han hablado en su lengua materna, el francés. Como explica Charles Edouard Sarault, en las casas de acogida donde han convivido sólo han podido hablar español, por lo que ha sido "una inmersión total" en la lengua española. Ambos resaltan que han tenido suerte a la hora de la convivencia en España: "son buenas familias".

Su principal problema a la hora de la vida en Ciudad Rodrigo durante estos meses han sido los horarios tan diferentes que hay en España respecto a Canadá. Por ejemplo, aquí en España no han comido hasta las 14.30 horas, mientras que en Canadá lo hacen a las 12.00 horas. Asimismo, ha sido extraño para ellos el irse a dormir con el estómago 'lleno' ?en Canadá también se cena más pronto-, cuando además luego les toca levantarse temprano. En torno a la comida, Charles Edouard Sarault apunta como detalles relevantes que "la leche o la salsa barbacoa no tienen nada ver, son muy diferentes".

En este tiempo que han estado en España, no sólo han conocido Ciudad Rodrigo, sino que han tenido tiempo de conocer variados lugares de España. Por ejemplo, Charles Edouard Sarault ha estado en Madrid, Mérida y varias veces en Portugal, mientras que Léa Jean ha visitado Segovia, Sevilla, y también Madrid o Portugal. En definitiva, "hemos hecho cosas interesantes".

De la propia Ciudad Rodrigo les ha llamado por ejemplo la atención el "salir de casa y encontrarte con una Catedral", en palabras de Léa Jean. Asimismo, les ha parecido curioso que "se conocen todos", lo que para Charles Edouard es "raro", y a la vez, comprensible, teniendo en cuenta que procede de una gran ciudad. En líneas generales, les ha gustado Ciudad Rodrigo, "aunque es demasiado tranquilo", especialmente desde el punto de vista de Charles Edouard Sarault. Como principal punto negativo, este joven ha detectado en Miróbriga "más machismo".

Respecto al tiempo que han estado en España, consideran que es el idóneo para poder estar cómodos en un intercambio de este tipo. Según explica Charles Edouard Sarault, él ya estuvo previamente en un intercambio en México, que duró 2 meses, y se le quedó corto.

Al durar su estancia 3 meses, han adquirido más fluidez en el idioma, y han podido estrechar más vínculos con sus familias de acogida, teniendo pensado ambos regresar en el futuro a España a visitarlos. En palabras de Léa Jean, "no puedes no volver". Mientras, Charles Edouard Sarault apunta que "es como si hubieras tenido una familia durante tres meses, quiero verlos en algún momento de la vida, porque hemos compartido algo durante estos meses".

Rumbo a Canadá

Los dos jóvenes canadienses regresan este sábado 6 a su país de origen, después de una larga despedida ?durante los últimos días de estancia en el IES Tierra tuvieron sendas fiestas de despedida-.

Aproximadamente un mes después, cuando pasen las fiestas navideñas ?el 8 de enero, "vienen con el frío"-, viajarán hasta Canadá los jóvenes mirobrigenses que les han acogido en sus casas estos meses: Alberto González y María Moro, que son los únicos alumnos salmantinos en participar en este intercambio con Canadá ?en el total de Castilla y León hay 27 alumnos participantes-.

Como es natural, los alumnos canadienses han estado 'preparando' a los mirobrigenses para la parte del viaje que éstos deberán afrontar a partir de enero. Charles Edouard Sarault explica que le está haciendo a Alberto González "bromas para que tenga un poco de miedo", especialmente por el frío que va a hacer allí en esas fechas. En este sentido, Léa Jean ha explicado a María Moro cómo es la convivencia con la nieve durante esos duros meses invernales.

Los dos jóvenes canadienses se muestran encantados con la experiencia del intercambio y animan a todos los que tengan la oportunidad -incluido el aspecto económico (ya que se deben sufragar el viaje)-, a que participen en uno de ellos: "vale la pena, es más fácil conocer la vida de otro país cuando estás con una familia que conocen las cosas". A la hora de mejorar el proyecto de intercambio, creen que debería haber una mayor coordinación entre los centros de origen y de acogida, de tal forma que las actividades que hagan en España tengan validez académica en su país de origen, para que no tengan que 'doblar' tareas.