Junto a la Plaza Mayor en la calle Concejo, la empresa albense acerca aún más su oferta a todos los salmantinos
Desde 1936 , Alba de Tormes tiene una pastelería de gran prestigio por la calidad y variedad de sus productos. Es la pastelería La Madrileña, que camina con paso firme hacia el futuro y abre una nueva tienda en Salamanca, concretamente en la calle Concejo, junto a la Plaza de la Libertad a un paso de la Plaza Mayor de la capital charra. La nueva pastelería se une a las ya existentes en Salamanca situadas en la calle Cruz de Caravaca y María Auxiliadora.
Hoy en la inauguración, la familia de 'La Madrileña' ha estado arropada por amigos y clientes. La nueva pastelería no se olvida de sus orígenes y tanto en el escudo como en la imagen corporativa incluye el nombre de Alba de Tormes. También en su interior destaca un espectacular cuadro con la vista de la villa ducal.
Tradición pastelera y familiarLa Madrileña es una empresa familiar encargada de endulzar la vida desde 1936. José Hernández y Orencia Martín abrieron el primer obrador en la Plaza Mayor de Alba de Tormes hace casi 80 años y todavía hoy La Madrileña sigue endulzando paladares.
En 1958 Manuel Tobías Hernández se hace cargo del negocio familiar y pocos años después lo hará su hermano Joaquín. La segunda generación abre un obrador más amplio y preparado para ampliar la variedad pastelera.
En 1980 Manuel Tobías recibía la Medalla de Oro por su "Cocido de mazapán" en la Feria Alimentaria de Barcelona de la IV Exposición Nacional Artística de Pastelería. Ese mismo año se abría la tienda de la Plaza Mayor, donde se siguen ofreciendo sus exquisitos productos.
En 1990 se abrió la primera tienda en la capital salmantina, en la calle Cruz de Caravaca y una década después, en 2002, se abrió la segunda tienda, en la calle María Auxiliadora. Al mismo tiempo que la pastelería entraba a formar parte de la marca de garantía Hornazo de Salamanca.
Desde hace 20 años María Ángeles, Tobías y Marcos Hernández, la tercera generación de La Madrileña, continúan la tradición familiar. El trabajo en el obrador sigue siendo diario y casi totalmente artesanal para ofrecer productos que ya se ofrecían en 1936.