El sociólogo Miguel Laparra afirma que la capacidad de las familias para ayudar a personas de su entorno ha llegado a su límite (VÍDEO)
Las diferencias sociales en España son cada vez más grandes, no solo por la falta de trabajo, si no por la precariedad del mismo, afectando la exclusión social al 25% de la población. Actualmente, según explica en el informe Foessa Miguel Laparra, doctor en Sociología por la UNED, son cinco millones de españoles los que tienen problemas de vivienda, salud o relaciones personales.
Pero la exclusión social no afecta a toda la sociedad por igual, se ceba especialmente con dos grupos de población. Por un lado, los jóvenes, con uno de cada cuatro dentro de la denominada 'generación hipotecada', fuera del mercado laboral sin ningún tipo de formación, con dificultades para seguir con su proyecto vital, por lo que su situación "es de especial necesidad". Y otro grupo relacionado con factores étnicos, centrado en la población inmigrante y gitana.
Con una exclusión social que se agudiza con la prolongación de la crisis, ¿hasta cuándo podrán aguantar las familias? Según explica Laparra se trata de una crisis económica especial, porque a diferencia de lo que ocurrió en los años 70 y 80, afecta de manera especial a las personas de referencia del hogar, "a los cabezas de familia", los encargados de llevar dinero a casa, con lo que muchos hogares españoles se encuentran con todos sus miembros sin trabajo. Esta concentración del desempleo, afirma el sociólogo, limita la capacidad de las familias para apoyar a otras personas de su entorno que también se encuentran sin trabajo. "La familia española ha llegado a su límite de capacidad de protección y está sometida a sobrecarga".
De los tres pilares que están manteniendo esta situación, el sistema de protección social público, la familia y las organizaciones sociales, es la familia la que se encuentra "al límite". En este sentido, hace referencia al papel de los abuelos, "que con su pensión ayudan a hijos y nietos para hipotecas o gastos de estudio".
Las políticas públicas, insuficientes e ineficaces
El informe Foessa cuestiona el resultado de las políticas públicas "que no han estado a la altura de la demanda ciudadana" por ser insuficientes, ineficaces o inadecuadas, más teniendo en cuenta que dos tercios de la exclusión proceden de antes de la crisis. Por la duración de la crisis y por los sectores afectados, al sistema de protección social "se le han visto las vergüenzas y sus limitaciones" afirma Miguel Laparra. Afirma que las prestaciones sociales son cortas, para una crisis tan prolongada como la actual, demasiado pequeñas y están relacionadas con los derechos contributivos, con lo que "no llegan a los que más lo necesitan".
Diez años en recuperar el capital humano destruido con la crisis
¿Será posible revertir la situación y volver a la situación de antes de la crisis a corto o medio plazo? Laparra explica que desde que se produjo la crisis financiera ?implicó caída de la producción y eliminación de puestos de trabajo? hasta su repercusión en las familias pasaron tres años. Recuperar la anterior situación "será mucho más lento aunque se consolide el crecimiento económico". El informe señala que el capital humano destruido durante esta crisis "tardará al menos 10 años en recuperarse" y alerta del riesgo de fractura social, resultado de la ampliación de la exclusión, con más personas afectadas, especialmente jóvenes y niños, "con lo que la pobreza severa puede reproducirse generacionalmente", convirtiéndose en una característica de la sociedad.