Joven de 28 años, 'speaker', presentador y natural de Villoruela
Un circo menos circo
Fue una tarde de miércoles,
un miércoles un poco domingo
para los que llegaban al lugar,
un miércoles menos miércoles,
incluso un poco martes, para él.
Fue un autentico espectáculo,
hizo todo sin saber nada,
fruto de una soledad no pactada
en la noche anterior.
Había que salir adelante,
nadie pensó que ocurriría,
pero él sabía lo que iba a pasar.
Fue la tarde del revés.
A cada palmo, a cada instante,
el circo había comenzado,
el ruido una constante,
un final inesperado
sucediendo lo que él había previsto.
Nadie reía y era un payaso
empapado y no por agua
se hipnotizaba a si mismo
y evitar el sufrimiento;
superado por la adversidad
trató de domarse,
pero estaba desbocado.
Caía del trapecio
en un bucle constante
mientras la gente reía,
sintiéndose otra vez payaso
sin nariz, tirantes ni zapatos.
Por un momento se alentó
creyendo en la magia
en su forma final de desparecer.
Qué triste,
tras el número,
seguía en medio de la pista.
Se tragó un sable, una antorcha,
Convertido en carne trinchada a la brasa.
Todo iba al revés,
Como él había previsto.
Abatido, desgastado,
incluso más viejo,
tras una única función
intentó salvar el espectáculo,
en un miércoles algo domingo
para unos,
un miércoles menos miércoles
para él.
Como en todo lo anterior
hizo redoble, preparó el número
y quiso ponerse el mundo en la cabeza,
equilibrista y malabarista.
El mundo se le vino encima.
Todo el circo era un murmullo
ni si quiera un aplauso,
y como todo era al revés
al final llegó el principio.
Se presentó ante el público
y todo el público se quedó en silencio.
Se arrancó el corazón
como él había previsto
y se presentó.
Era un corazón solo y roto
en el cuerpo de un hombre.
Rodrigo Del Castillo Medina