ADMIRADO MAESTRO
Un fajo de cartas atadas con un lazo... tu siempre has sido más culto, más artista, mas aplicado, más virtuoso, más talentoso, el que tenía un instrumento musical, el que tenía un secreto, sí Tomás, y tu secreto no era otro que al gran amor a la música. Eras el imaginativo sobrino de Chopin, el misterioso, el orgulloso. Pero en el fondo de tu alma habitaba una emoción convulsa, un deseo constante, ansia por llegar a lo alto, sobresalir entre tus compañeros.
No quisiste amigo Tomás Bretón conformarte con el triste destino donde el laberinto de la vida te había colocado. Has sufrido y ¡bien que lo recuerdas en éstas cartas!, mofas, risas, burlas, provenientes de vanidosos, engreídos hombres desocupados, envueltos en aromas a café y puro, que tu distraídas de sus anodinas charlas, tocando el violín, a cambio de ganar unos céntimos y poder costear las clases.
Desde el papel amarillento de la niebla del tiempo, escucho tu voz:
-No nos hemos vuelto más jóvenes, sí inmortales-dices con resentimiento-
Vivíamos en un atico, era una casa vieja, destartalada, disponíamos de espacios amplios, donde cada uno podía dedicarse a sus habilidades, nos calentábamos en los fríos inviernos madrileños al calor de la estufa de porcelana blanca, aquella noche, las llamas eran diferentes, los troncos se tiñeron de amarillo, rojo, negro. Unas raídas cortinas dejan ver el paisaje iluminado por la luna?el aguardiente y el vino peleón nos llevaban a veces a delirios, a hablar más de la cuenta, y esta noche, con voz pastosa comenzaste a descargar la pesada mochila que soportabas desde hacía muchos años:
Siempre se conoce la verdad, la otra verdad, la verdad oculta tras las apariencias, tras la máscara, tras diferentes situaciones que la vida nos presenta.
-¿Recuerdas a mi madre?
No esperaba esta pregunta Bretón, claro que recordaba a tu madre, la cena que nos puso cuando visité por primera vez Salamanca, seria y devota, y muy triste en aquella pobre casa, donde puso todo el empeño en ofrecernos lo mejor.
-Bien, ya la conoces,-dices-
Ella fue siempre el pilar de mi vocación, sin su entusiasmo jamás hubiera llegado donde estoy, renunció al más mínimo capricho, para que yo tuviera todo, por que llegase a ser alguien en el complicado mundo de la música, alguna vez cuando ya ganaba suficiente, se me paralizaban los dedos al escribir o componer, recordando su vida- que ahora es mi carrera-.
No sé qué ocurrió en aquel encuentro Tomas bretón, pero los dos salimos a la calle en el frío otoño ¡diferentes!, con palabras no puedo precisar que ocurrió entre nosotros.
El bullicio de gente joven sentada en la Plaza Bretón me hacen pensar que nuestra conversación ha sido una ensoñación. Vivo en siglo XXI, camino entre la gente, me ven y los veo, quizá "desde la niebla" pude abrir otra puerta y colarme dentro de su vida. Apasionada de la opera y la zarzuela, y quién sabe si los dioses permitieron por unos instantes que ocupara un lugar en su corazón.
Tomás Bretón Hernández 1850 Salamanca-Madrid 1923. Compositor y director de orquesta, hijo de familia muy humilde, huérfano de padre a los dos años, pudo llegar a saborear la fama gracias al empeño que puso su madre en el niño Bretón. Comienza Bellas Artes en la Escuela de San Eloy Salamanca, y a los 15 años marcha a Madrid, discípulo de Emilio Arrieta. Para pagar las clases a Arrieta se ve obligado a trabajar desde adolescente en hoteles y cafés tocando el violin.Vio recompensado su esfuerzo y se convirtió en pájaro viajero: Roma, Milan, Viena, Paris, Portugal, Praga?
Contemplo su busto maestro Bretón y siento que el viento trae notas de La dolores y el gracejo de:
Dónde vas con mantón de manila, dónde vas con vestido chiné?"la exitosa Verbena de la Paloma".
¿Qué ve maestro?
- ¡Cambios!, a mi edad ya solo se ven cambios.
Gracias por su música, un apretón de manos maestro.
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