BÉJAR | El 'Club de Montañeros Sierra de Béjar' difunde su actividad entre los más pequeños (galería fotográfica).
El Club de Montañeros Sierra de Béjar pasea a los más pequeños por el entorno más próximo a Béjar, sin dejar por ello, esa es la suerte que tiene esta ciudad, de disfrutar de las coloristas otoñadas que envuelven la población. En apenas unos minutos, los 160 participantes de la marcha, de los cuales 60 eran menores de entre 4 y 12 años, han podido disfrutar de las aguas del río Cuerpo de Hombre, que ya bajan con la intensidad que producen las abundantes lluvias.
A la cosa natural de disfrutar del río se le añade el entorno antrópico de la otrora ciudad industrial, recorriendo las antiguas fábricas por la ruta creada al afecto que retrotrae a otros tiempos, en los que las aguas no eran tan limpias, ni el entorno tan placentero.
También han tenido los pequeños caminantes la ocasión de fantasear, de dejar volar su infinita imaginación cuando se han introducido en un túnel, en este caso no del tiempo si no real. Se trata del largo pasadizo que atraviesa de norte a sur Béjar, y que en otros tiempos sirvió para que los trenes de mercancías enviasen los famosos paños de las mencionadas fabricas por todo el mundo. Una larga hilera de tintineantes luciérnagas humanas a dado vida por unos instantes a las profundidades de la ciudad.
El discurrir del paseo les ha terminado dejando en uno de los espacios más visitados del entorno bejarano, el ya mítico cedro centenario, que la conversación popular a veces convierte en milenario y deforma su entendimiento biológico. Allí los niños y niñas han recibido un sorpresivo premio, se han sorteado paquetes de chucherías de las que han dado buena cuenta en breves minutos ( o quizá segundos).
El retorno a Béjar, ya un poco más diseminado, se ha hecho por La Centena, en donde se pretendía que los pequeños conociesen un poco más de la historia de Béjar, explicándoles la historia de los Hombres de Musgo. La hora de comer has sido el momento de llegada a la ciudad después de un entretenido paseo en el que se ha mezclado naturaleza, arquitectura y leyenda, casi siempre teniendo como referencia la ciudad.