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Miedo, melancolía o nostalgia, por Rodrigo Del Castillo Medina
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A DIESTRO Y SINIETRO

Miedo, melancolía o nostalgia, por Rodrigo Del Castillo Medina

Actualizado 14/11/2014

Joven de 28 años, 'speaker', presentador y natural de Villoruela

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No sé si es miedo, melancolía o nostalgia lo que siento. Y podría tener todas estas sensaciones por muchas cosas, situaciones o sentimientos. Pero hoy lo siento por mi pueblo y alrededores, por los pueblos vecinos, por nuestra comarca.

Tengo la sensación de que todo se apaga, que ya no arde la hoguera y que apenas se vislumbran unas ascuas de todo lo que fuimos en su día.

Estos días, leyendo noticias culturales de mí zona, unas de tradición y longevidad, otras de creación y novedad, me inunda la nostalgia de todas las actividades culturales que se realizaron alguna vez o muchas veces en los pueblos de Las Villas.

A lo que mi corta edad me permite recordar, tengo imágenes quizás descolocadas, pero nítidas, quizás no allegadas, pero sentidas.

Recuerdo certámenes de música que unían a una gran masa de gente de todos los pueblos. Recuerdo los grandes festivales que se realizaban en épocas navideñas donde niños y jóvenes llenaban de ilusión y

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diversión durante unas horas las caras del resto del pueblo, acudiendo como si fuera un día de fiesta, que, creo, que en verdad lo era.

Recuerdo las convivencias entre pueblos de las escuelas de verano, o que mi pueblo se teñía de color y alegría durante unas semanas con esa marea de chiquillos por la calle.

Las obras de teatro que liberaban a la gente un rato de sus quehaceres, y dejaban volar la mente con la interpretación de un grupo de personas sin miedo al ridículo y con ganas de divertirse y divertir.

Esos días de Santa Águeda, fiesta de las mujeres, pero que todos celebrábamos, sobre todo la jauría de niños y no tan niños, esperando las castañas, el chocolate, los dulces o la verbena.

Las noches de centro cultural por apurar para la edición de nuestro periódico local, el cual mantenemos, pero a golpe de meses y meses de silencio para poder acumular artículos.

Recuerdo todos los eventos deportivos del pueblo, de los cuales ya no queda ninguno. Cuando lo hicimos, fue sin medios, y ahora con parte de los medios no lo hacemos.

Los coros de guitarra, los cursos de verano, el tiempo libre en invierno, las reuniones de jóvenes, los grandes juegos culturales, el cine de verano, los debates grupales y si me apuran, sin ser cultura, siento nostalgia hasta de las travesuras de la chavalería rural.

Un largo etcétera de actividades que se han disipado en el tiempo y que solo son recuerdos de otra época, pero que es nuestra también.

Sé que no es fácil, que la crisis azota todos los ámbitos, pero muchas de las cosas anteriormente mencionadas u otras muchas que se han quedado sin nombrar, se pueden recuperar a pesar de la crisis, pero sobre todo también creo que se pueden hacer otras muchas nuevas y consolidarlas en nuestros pueblos. Tenemos que apoyar todos, tenemos que colaborar todos, tenemos que hacer todos, y no esperar a un quizás, que pueda ser demasiado tarde.

Yo lanzo el guante, pero también estoy del otro lado, para intentar recogerlo; espero, que si leen esto, recuerden todo lo anterior vivido, reflexionen y se carguen de ganas por volver a crecer por nuestro bien.

Tengo miedo, melancolía y nostalgia. Siento que mi pueblo se apaga, que Las Villas se apagan, cambiemos el recuerdo por los hechos y el lamento por las ganas. Todos saldremos ganando.

Rodrigo Del Castillo Medina

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