Una de las grandes riquezas de nuestra provincia está en su variedad de comarcas, con paisajes, gastronomía y arte que diferencian a unas de otras y que SALAMANCA rtv AL DIA recorrerá cada semana (GALERÍA FOTOGRÁFICA)
Si hay algo que distingue a Salamanca de otras provincias es su gran variedad de comarcas, con paisajes, gastronomía y arte que la hacen única. Una riqueza al alcance de todos los salmantinos y visitantes que SALAMANCA rtv AL DIA mostrará cada semana. Propuestas turísticas que también pueden conocerse ampliamente en la web de la Diputación de Salamanca http://www.salamancaemocion.es En este paseo por la provincia, nos acercamos a las fortificaciones de frontera.
En las tierras del oeste limítrofes con Portugal se encuentran distintas fortificaciones, reflejo de guerras y enfrentamientos sucedidos a lo largo de la historia. Muchas de ellas jugaron un importante papel en las guerras napoleónicas. Se trata de construcciones medievales, reforzadas en los siglos XVII y XVIII, siguiendo el modelo de las fortalezas abaluartadas. Vistas desde el aire, llama la atención su forma estrellada, con fosos, contrafosos, revellines, etc.
Alcanzan su mayor expresión en el recinto defensivo en Ciudad Rodrigo, San Felices de los Gallegos o en el Fuerte de la Concepción. También en la vecina Portugal se puede encontrar una perfecta simetría en la villa de Almeida. No puede concluir la ruta sin conocer la estación arqueológica de Siega Verde, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El enclave reúne más de 600 grabados sobre paneles rocosos de una belleza y fidelidad asombrosas.
Fuerte de la Concepción: Vigía de las tierras portuguesas
No es exagerado afirmar que se trata de una de las fortificaciones militares más espectaculares de toda España. Se ubica no muy lejos de Ciudad Rodrigo, en Aldea del Obispo y limítrofe con tierras portuguesas, de las que fue eterno vigía. Los trabajos de construcción se iniciaron el 8 de diciembre de 1663; de ahí su nombre. Su promotor fue el duque de Osuna, quien lo mandó levantar como contrapeso a las fortificaciones lusas de Castelo Rodrigo y Almeida.
La derrota del duque dio lugar a su destrucción, adquiriendo su peculiar diseño en forma de custodia en el siglo XVIII, de la mano del arquitecto militar Moreau. Finalmente, durante la Guerra de la Independencia fue inutilizado y volado parcialmente por orden de Wellington. El complejo defensivo abaluartado se diseñó con cuatro baluartes y revellines, camino cubierto, fosos, puente levadizo, parapetos, casamatas, capilla, cisternas, hospital, casa del gobernador? Todo ello gira en torno a una gran plaza de armas, que aporta grandiosidad al conjunto. El fuerte se complementa a escasa distancia con el cuartel de caballería de San José. Tras una importante labor de recuperación y consolidación, el conjunto aloja en la actualidad un establecimiento hotelero.