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El escritor y periodista Santiago Castelo rinde homenaje al poeta cubano Gastón Baquero
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RECORDANDO EL PRIMER HOMENAJE SALMANTINO, DE 1993

El escritor y periodista Santiago Castelo rinde homenaje al poeta cubano Gastón Baquero

Actualizado 05/10/2014

"Cuando pasen los años y se aquieten las pasiones y sobre el noble pueblo cubano florezcan la serenidad y la paz, volverán a leerse sus versos libremente bajo las palmas reales del Parque Central o en los largos atardeceres, llenos de bronco mar y nubes a

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El reconocido periodista y poeta Santiago Castelo (Badajoz, 1948), actual Presidente de la Academia de Extremadura y, hasta su reciente jubilación, subdirector de ABC desde 1988, ha querido sumarse al homenaje que Salamanca tributa a Gastón Baquero, esta vez para memorar el centenario de su Nacimiento.

Así, en el volumen "Palabras del Inocente", antología del XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, a celebrarse los días 15 y 16 de octubre en el Teatro Liceo, Castelo escribe un hermoso poema recordando el primer homenaje salmantino, de carácter internacional, organizado en 1993 por Alfonso Ortega Carmona y Alfredo Pérez Alencart dentro de las actividades de la Cátedra de Poética Fray Luis de León de la Universidad Pontificia.

Castelo, miembro Correspondiente de la Academia Cubana de la Lengua y jurado del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, que concede la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional, fue alumno de Baquero en la vieja Escuela Oficial de Periodismo, hacia finales de los años sesenta. Palabras y versos de un aprendiz a su maestro. Recordemos que Gastón Baquero fue, hasta su exilio en 1959, subdirector del Diario de La Marina, en su Cuba natal.

PALABRAS EN LA SALAMANCA DE 1993

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Ya lo manifestó en el Aula Magna de la Universidad Pontificia, en abril de 1993 y en su ponencia para el citado homenaje. El título fue "Gastón Baquero, un poeta universal", donde empiezó diciendo: "Vayan mis primeras palabras de agradecimiento a Alfredo Pérez Alencart, coordinador y alma de este homenaje merecidísimo al gran poeta Gastón Baquero. No era tarea fácil organizar este reconocimiento público a un hombre que, por su integridad, por su señorío criollo, por su liberalidad irreductible, se ganó en su día los silencios más crueles y los desdenes más injustos. Dios -ya lo dice el viejo refrán castellano- aprieta, pero no ahoga. Y, tarde o temprano -en este caso, aún no demasiado tarde-, la Justicia se abre paso y posa su mano cálida sobre la frente dolorida del poeta. Bienvenido sea, pues, este homenaje que la Universidad Pontificia de Salamanca rinde a Gastón Baquero. Cuando pasen los años y se aquieten las pasiones y sobre el noble pueblo cubano florezcan la serenidad y la paz, se volverá a hablar públicamente en la isla antillana de Gastón Baquero y volverán a leerse sus versos libremente bajo las palmas reales del Parque Central o en los largos atardeceres, llenos de bronco mar y nubes altas, del Malecón habanero. Y se dirá entonces que fue la noble y vieja Salamanca la que en unos días de la primavera de 1993 hizo honor a su historia de generosidades y rompió lanza en favor de este poeta del ancho exilio, que por hacer más puro su silencio, con la orfebrería de su verso, consiguió convertirse en un cubano universal.

Conocí a Gastón Baquero en los años últimos de la década de los sesenta. Gastón Baquero era un hombre corpulento, con un corazón amplio y desbordante, con el rumor caliente del Caribe entre los labios y una pena sencilla, de aquilatada tristeza, allá en los ojos. A Gastón Baquero se le notaba el exilio en los ojos. Jamás en la palabra. Era -y es- culto y respetuoso. Se diría que su dolor, de puro asumido, no era compartible. Como si a nadie pudiera interesarle la amargura de su destierro. O tal vez sí. Como si su dolor de trasterrado fuera un dolor universal y pleno?". (Celebración de la Existencia, Universidad Pontificia de Salamanca, 1994, pp. 63-64)

VERSOS EN LA SALAMANCA DE 2014

Castelo, Premio de Poesía Fastenrath de la Real Academia española en 1982, cuenta con una sólida obra poética con títulos como Tierra en la carne, Memorial de ausencias, Monólogo de Lisboa, La sierra desvelada, Cruz de Guía, Cuaderno del Verano, Cuerpo cierto, La huella del aire, Quilombo, La hermana muerta, Esta luz sin contorno, hasta su más reciente publicación, la antología Como disponga el olvido.

En Salamanca el poeta y periodista extremeño leerá el último poema que ha escrito, donde recuerda a Baquero y a su primer homenaje salmantino.

NOSTALGIA DE GASTÓN BAQUERO

Para Alfredo Pérez Alencart

Fue una larga amistad de más de treinta años.

Yo era apenas un joven lampiño y veinteañero

y él fue mi profesor de amor a Hispanoamérica?

Porque era eso: un poeta, un enseñante a amar

que deslumbraba a todos con su palabra exacta.

Tenía las manos grandes y unos ojos muy tristes.

Inmensamente tristes. Y aquel acento suyo

que envolvía las cosas de poesía y belleza,

bajo el sereno poso de su mirar cansado.

Me dio el dulce veneno que da la cubanía

y cuando yo más tarde me prendé de La Habana

me puso el gentilicio de "habanensis" perpetuo.

En los últimos años le traía de Cuba

lo que más le colmaba su alma de exiliado:

cartas y libros de jóvenes poetas que adoraban su nombre

y, a escondidas, cambiaban sus versos manuscritos.

Gastón Baquero el grande, el maestro, el amigo.

Hoy quiero recordarlo en aquel homenaje

que le dio Salamanca donde fue tan feliz.

Era abril en las flores con las noches aún frías,

y más para aquel hombre que siempre fue cubano.

Aquellos ojos tristes se volvieron dichosos

y entre las nobles piedras que doran Salamanca

el aire se colmó de palmeras reales

para enjugar la lágrima que lloraba por Cuba.

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