Luces de neón

¡Juventud divino tesoro! Pues debe ser, lo cierto es que la brecha generacional, esa que separa a padre e hijos, a nietos y abuelos, siempre ha existido, aunque en mi opinión, no siempre, ha evolucionado a la misma velocidad lo largo de la Historia.

En épocas, los cambios productivos, sociales, religiosos o tecnológicos han tenido lugar con lentitud y por tanto esa brecha no ha crecido de forma importante, pero ese no es el caso en la actualidad. En las últimas décadas, las transformaciones que hemos vivido han sido, además de extraordinariamente rápidas, muy importantes ¿el resultado? Se está convirtiendo casi en un abismo. Yo creo que, entre otros, dos han sido los factores decisivos.

Por un lado el hecho de que las parejas decidan tener hijos más tarde, siendo variados los motivos en los que no entraremos por cuestión de espacio, aunque sin duda también tiene relación con los resultados de la encuesta que a continuación quiero comentar. El segundo factor es la globalización que nos asedia. Una globalización que ha llegado a lomos de la explosiva revolución experimentada tanto por los medios de transporte y como por los sistemas de comunicación.

El informe realizado en los últimos meses del pasado año y presentado hace unos días por el Centro Reina Sofía, sobre evolución de valores sociales y opinión con relación a distintos temas de actualidad de adolescentes y jóvenes entre 15 y 24 años, concluye que "Los jóvenes españoles se comprometen cada vez más con la sociedad y con el mundo que les rodea, aunque también se aferran a posiciones más conservadoras sobre distintos asuntos". La crisis, afirman los responsables del estudio, ha influido en los resultados - no podía ser de otra manera - y añaden que: "se han hecho más ortodoxos, más formalmente correctos, más preocupados por el orden y la seguridad, más proactivos frente a lo comunitario y más implicados en lo común".

El compromiso con "lo colectivo" ha aumentado, siendo la familia, los amigos y el éxito social, lo más importante. Pero, el hecho de que uno de los apartados consultados que más crece sea la defensa en la aplicación de la pena de muerte para delitos muy graves, unido al descenso de apoyo que experimenta el que se destinen recursos a temas como la ayuda al desarrollo, las mujeres maltratadas, toxicómanos o alcohólicos, hace que ese compromiso con "lo colectivo" se debilite. Resulta chocante que esas "posiciones" se califique como conservadoras cuando se aproximan más a retrógradas, eso me resulta, al menos, preocupante.

Como "conservadores", dicen que, su modelo social exige gobiernos fuertes que mantengan la seguridad, el orden, la disciplina y el principio de autoridad, claro que siempre con el fin de garantizar el bienestar de todos los ciudadanos (¿de todos los ciudadanos?), pero no confían en los partidos políticos, ni en el sistema parlamentario, judicial o financiero. En definitiva se valoran bien a sí mismos, tienen una mayor autoestima, pero desconfían de lo que les rodea y yo me pregunto ¿Cómo puede cambiarse aquello que no nos gusta desde posiciones conservadores? ¿Cómo se puede ser ortodoxo y conservador con menos de 25 años? Sin duda se están produciendo importantes cambios, pero confieso que no alcanzo a comprender bien la dirección de estos. Será cosa de esa brecha generacional.

Familia y amigos, parece que son responsables de que una amplia mayoría manifieste "estar contento con su vida" y ¿qué pasa con el trabajo, la solidaridad, el interés colectivo y el compromiso con las cuestiones sociales, acaso ese tipo de cuestiones debe quedar en manos de gobiernos fuertes que deben mantener la seguridad, el orden, la disciplina y el principio de autoridad? Pues lo siento, no estoy de acuerdo, yo prefiero confiar en Sociedades fuertes, es decir formadas, comprometidas, organizadas, libres y capaces de ejercer el derecho a la disidencia y una auditoría política permanente, sociedades apta para diseñas propuestas viales y que velen por el respeto de los derechos humanos de TODOS sus integrantes.

Mi admirado Joaquín Sabina, dice en una canción titulada "Tan joven y tan viejo": Así crecí volando y volé tan deprisa que hasta mi propia sombra de vista me perdió, para borrar mis huellas destrocé mi camisa, confundí con estrellas las luces de neón. Espero y deseo, no pierdan de vista su sombra y desde luego que no lleguen a confundir las estrellas con luces de neón.