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La Rondalla triunfa también el Martes Mayor con su imagen más formal
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PREGÓN

La Rondalla triunfa también el Martes Mayor con su imagen más formal

Actualizado 04/08/2014
Redacción Ciudad Rodrigo

CIUDAD RODRIGO | Historias comerciales de los años 20 y 30 sacadas de los archivos de Joaquín Fiz 'Tato' centraron el pregón

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Ciudad Rodrigo abrió en la tarde-noche del lunes la celebración del Martes Mayor 2014 con el clásico pregón en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal, que en esta ocasión no corrió a cargo de una persona, sino de uno de los colectivos mirobrigenses más populares: la Rondalla Tres Columnas, que habló "en nombre de todas las murgas" que ha habido en Miróbriga.

Como la propia murga aseguró, en la voz de Nicolás de Elías ?quién dio lectura al pregón-, cuando la sacan de su ecosistema, el Carnaval, se vuelve "temerosa, dubitativa, pusilánime, medrosa e incluso irresoluta", porque los murguistas están acostumbrados "al Carnaval, al frío de febrero y a los toros".

Para solucionarlo, y poder ofrecer un pregón acorde a la celebración del Martes Mayor, recurrieron a los archivos del inolvidable Joaquín Fiz 'Tato', para ir recordando viejas historias del comercio mirobrigense y del tráfico comarcano en los martes de los años 20 y 30. Asimismo, también recordaron pinceladas de los años 40 de la mano de un extracto del pregón de hace dos años de José Luis Montero Vicente, a quién también se recordó con un sentido aplauso ?falleció hace unos meses-.

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Según explicó Nicolás de Elías, si cada Martes Mayor se homenajea al comercio, este año el homenaje debe ser doble, ya que el comercio colabora cada año con la Rondalla para poder editar el libro de coplas previo al Carnaval.

Previamente, la Rondalla había recordado el origen de los mercados francos de Ciudad Rodrigo, cuando la Reina Isabel La Católica concedió el privilegio de su celebración. La Rondalla se preguntó en el pregón qué pensaría la Reina si viera "el jolgorio que se organiza" cada año en el Martes Mayor.

Como ya se indicó al principio del pregón, la intervención no fue un pregón al uso, sino que la Rondalla usó "sus armas" para evocar recuerdos, historias y vivencias. Por ello, a lo largo del pregón fueron interpretando varias canciones, incluida una especial sobre el Martes Mayor escrita especialmente para la ocasión.

Dejando a un lado las canciones, el resto del pregón fue bastante 'formal' para lo que tiene acostumbrado la Rondalla al público mirobrigense. El único momento 'diferente' fue cuando, en el tramo inicial del pregón, hizo su entrada por el patio de butacas hacia el escenario Chago Cambronero vestido con el traje lleno de pesetas que popularizó Pesetos.

Durante el pregón, también hubo ovaciones especiales para las familias Moriche y Vasconcellos, homenajeadas por el Ayuntamiento durante los Martes Mayor 2013 y 2014, respectivamente, y que tienen representación en la Rondalla; así como para "los patrones de barco" del Almacén de Calzados Nicolás de Elías.

La Rondalla cerró su pregón con un consejo dirigido a todos los mirobrigenses: "cuando paseen por nuestras vetustas calles, acérquense a los visitantes y hagan lo posible para que el día les resulte agradable, (?) intenten que este Martes Mayor nadie se sienta extraño entre nosotros... porque en Ciudad Rodrigo, un martes, nadie debería ser forastero".

Concluido el pregón, el alcalde Javier Iglesias hizo entrega al presidente de la Rondalla, Julete Moriche, de un obsequio. El acto se cerró igual que cada invierno durante la presentación de las coplas en el Pre-Carnaval: con la clásica canción de Forastero.

PREGÓN ÍNTEGRO DEL MARTES MAYOR 2014

> Parte leída por Julete

Buenas noches:

Desde el primer momento en el que Dori me comunicó su intención de que fuera la Rondalla Las Tres Columnas la que se encargara del pregón del Martes Mayor de este año, no dudé en asegurarle, que una vez se lo comunicara a la Rondalla, aceptaríamos con sumo gusto.

Una agrupación como la nuestra no puede renunciar a formar parte de la historia de nuestra ciudad y a contar su particular punto de vista sobre este día tan señalado. Vaya pues nuestro agradecimiento al Excelentísimo Ayuntamiento por acordarse de nosotros.

No quiero extenderme demasiado en mi intervención, porque lo que nos espera es mucho más interesante, aunque no sería justo si en un momento como este, no tuviera sinceras palabras de recuerdo para insignes murguistas que nos dejaron y que hoy disfrutarían como el que más en este acto. Me refiero a Chus Segovia, Joaquín Fiz "Tato" y a los recientemente fallecidos Charli y David, en quienes recordamos a todos los murguistas que a lo largo de nuestra dilatada historia nos han dejado.

Muchas gracias.

> Parte leída por Nicolás de Elías

PAZ Y BIEN

Este sería el saludo del seráfico padre San Francisco de Asís, fúlgida estrella que brilla en el firmamento de la Iglesia Católica, a quien vuelven sus miradas de admiración aun aquellos que no creen, y a quien el Martes Mayor dedica con acierto su trigésima edición y del que les dejo esta reflexión:

"La verdadera enseñanza que trasmitimos es lo que vivimos; y somos buenos predicadores cuando ponemos en práctica lo que decimos."

Buenas noches.

Como de bien nacidos es el ser agradecidos, ahí quedan las palabras de nuestro presidente desde el sentimiento más sincero.

El que voy a leer ahora es el Pregón de la Rondalla Las Tres Columnas y espero no defraudar la confianza que han depositado en mí para que de viva voz lo pregone.

Como podrán imaginar este no va a ser un pregón al uso, como es habitual en la Rondalla nos saltaremos los estereotipos establecidos para contar a nuestra manera y con nuestras armas: recuerdos, historias y vivencias de un día, el martes mayor, que todos, mayores y jóvenes, hemos vivido, eso si, de manera bien distinta a lo largo de la historia, que como muy bien dice el escritor argentino Ernesto Sábato, "no es mecánica porque los hombres son libres para transformarla".

Todo ello recurriendo al magnífico archivo de nuestro querido y llorado amigo Joaquín Fiz "Tato".

Los martes de Ciudad Rodrigo, decía Jesús Hernández en su pregón del año 1999, fueron siempre, sencillamente martes, así, con minúscula, hasta que diversos motivos impulsaron a nuestra católica, y por lo visto casi santa, Reina Isabel a acordarse de nuestra ciudad, en el verano de 1475, haciendo de ellos, Martes con mayúscula y convirtiendo lo que era solo un día de la semana, en referencia obligada del ser y sentir de nuestra ciudad, en centro de gravedad de la vida comarcal. En el primero de los documentos de concesión, fechado en Medina del Campo el 24 de junio de 1475, la Reina proclama que "...es mi merced y voluntad que agora e de aquí adelante en cada un año para siempre jamás haya en la ciudad de Ciudad Rodrigo un día de mercado franco cada semana, el cual dicho día de mercado sea el martes de cada semana (...) e fáganlo así pregonar públicamente por las plazas e mercados e otros lugares acostumbrados de las dichas ciudades e villas e lugares porque venga a noticia de todos y no puedan pretender ignorancia".

Bendita reina, el festejo que nos organizó. Si llega a enterarse la más católica de las reinas del jolgorio, por definirlo con suma benevolencia, que se organiza en Miróbriga dicho día en su justa fecha, no encontraría santos en los que apoyarse para entregarle la corona a Juana la Beltraneja a quien su padrastro Enrique IV nombró como legítima y heredera del trono.

No obstante, lo que hoy es una evidencia, antaño lo imaginaron en sus mejores sueños, así que disfrutemos lo suyo y lo que nos corresponde, pero manteniendo la esencia de una fiesta que siempre rezumó aires comarcanos. Gente trabajadora, entregada al campo en el que se dejaron la vida exprimiendo cada centímetro de tierra, regada con el sudor de unos hombres y mujeres que cada martes enriquecían nuestra ciudad ofreciendo el fruto de un trabajo duro y en ocasiones ingrato pero que nunca pudo con el carácter sincero y de entrega abnegada a la madre naturaleza de la que hicieron su modo de vida.

Pero sobre todo no olvidemos lo que nos enseñaron: el respeto a la palabra dada sin mediar nada más que un apretón de manos, porque era sincera, honrada y cabal.

[En este momento entró Chago Cambronero vestido de Pesetos]

El abajo firmante, RONDALLA TRES COLUMNAS, de 70 años de edad, con Código de Identificación Fiscal por fortuna inexistente y domicilio en Ciudad Rodrigo, en cualquier calle y en cualquier rincón, de profesión carpintero, electricista, fontanero, pintor, albañil, funcionario, cristalero, hostelero, comerciante..., e incluso, ocasionalmente, vago y maleante. Actuando en nombre y representación de LAS MURGAS DE CIUDAD RODRIGO, con el mismo CIF, de aproximadamente 130 años de edad e igual profesión y domicilio,

EXPONE:

Expone... que así podría, perfectamente, comenzar cualquier pregón de esta Rondalla, pues cuando ella les habla, no lo hace sólo la Rondalla Tres Columnas, sino que ésta es la voz de todas las murgas que en Ciudad Rodrigo han sido, desde finales del XIX; es la voz de los Becuadros, del Doctorado, de los X y de tantas otras. A quien oyen no es a este pobre portavoz, sino a todos aquellos murguistas que quisieron dedicar parte de su tiempo a la noble tarea de ser "...clarín pregonador de los festejos", como dice la copla. Oirán a Caridad, a Custodio, a Etreros, a Sangalo, a Lemus, a Coletty, a Calditos, a Turiel... y, sobre todos, oirán a las cuatro grandes T´s : Trejo, Trucho, Triguito y Tato, nuestro particular Olimpo de los héroes. En fin... que éste hubiese sido un pregón de campanillas si no fuera por la engorrosa circunstancia de que todos ellos se ven obligados a hablarles a través de la escasa y simple voz de quien, hoy, les habla.

Decía Blas de Otero, en uno de sus poemas, "...si he perdido la voz, me queda la palabra...". Como ustedes bien saben, la murga pierde su voz (y no sólo en el sentido poético, se lo puedo prometer) una vez pasados nuestros Carnavales. Después de tantos ensayos, tantas rondas y tanto... de casi todo, la murga, como si de un documental de Rodríguez de la Fuente se tratase, pierde su "habitat" natural y queda aletargada, expectante, a la espera del nuevo antruejo, con ocasionales salidas nocturnas en busca de presas inocentes con las que saciar su sed de coplas. Este año, sin embargo, el Excmo. Ayuntamiento (pobrecito inconsciente) ha querido, después de que hayamos perdido la voz, concedernos la palabra. Y... ¡He aquí el problema...!. La verdad es que si a la murga la sacas de su "ecosistema", se vuelve temerosa, dubitativa, pusilánime, medrosa e incluso irresoluta. Porque, acostumbrados al Carnaval, al frío de febrero y a los toros, ¿Que podríamos contar nosotros del Martes Mayor, con los calores de agosto y el pueblo vacío de cornúpetas al menos aparentemente?...

Pero como nunca es tarde si la dicha es buena, y siempre hay un roto para cada descosido y quien madruga amanece más temprano... pues resulta que se nos ocurrió acudir al inagotable archivo de Joaquín Fiz, Tato para los amigos. Y, en esos archivos, en las viejas coplas, vemos que destacan, al mismo nivel que las críticas al "Ilustre Ayuntamiento", los comentarios sobre el comercio mirobrigense y sobre el tráfico comarcano. Y es que son ellos, y solamente ellos, los protagonistas de nuestros martes. Y no sólo del martes que, por decisión municipal, figura marcado en rojo en nuestro calendario, sino de todos los martes que, sin salir del rutinario negro de los días comunes, acercan a nuestra ciudad a tantos y tantos hermanos de las poblaciones cercanas que, aunque hoy en día vengan en furgonetas, nunca tuvieron temor alguno en desafiar a vientos y a soles, a truenos y tormentas para acercarse, aunque "la "llaná" de la Caridad mus mate" a Ciudad Rodrigo, para vender sus exquisitos géneros unos, y los otros para comprar en nuestra ciudad todas aquellas vituallas y utensilios imprescindibles para la vida cotidiana que solamente se podían adquirir en la cabecera de comarca..

Hace algunos años, un pregonero del Martes Mayor lo explicaba con esta exquisitez: "La luz del alba aún está desperezándose y en la Plaza Mayor solo se perciben los madrugadores cantos de los pájaros y un extraño y cercano murmullo. Si nos adentramos por la Calle Julián Sánchez pronto conoceremos su procedencia. Un ejército de furgonetas, sustitutos inevitables de aquellos carros de antaño, han rodeado la Plaza del Buen Alcalde, tomándola al asalto. Por las viejas y oxidadas puertas de los vehículos, la infantería, personificada en agricultores de toda la comarca, ocupa en unos instantes la Plaza, cargados de cajas y entrando por todas sus puertas, incluida la lejana y recóndita de la Plaza del Jazmín. De pronto, toda la quietud y silencio que se respiraba hace unos minutos, se torna bullicio y actividad desenfrenada. El hasta ahora desierto suelo de la Plazuela empieza a llenarse de todos aquellos elementos que son imprescindibles para configurar, durante una mañana solamente, la más perfecta exposición de nuestros productos comarcales."

Lejos de estas furgonetas quedan los tiempos de carros y caballerías, de alforjas abarrotadas y abarcas gastadas por caminos y veredas..., pero cualquier cosa valía con tal de poder llegar al martes de Ciudad Rodrigo y, por un día, escapar del celoso escrutinio de los consumeros, comandados por el insigne concejal Don Amós Belmonte, del cual decía la rima: "Es jovial, dicharachero / sé que también servicial / justiciero, caballero / y sé que no exagero / si le llamo colosal / pues infiero y considero / que no existe un hombre igual / por lo franco y lo sincero / lo castizo y lo leal...

> ALMENDRAS SALADAS

Pero temo que nos estamos desviando del meollo de la cuestión, se nos va el "quid" del asunto, estamos perdiendo el "oremus" y hay que retomar el "busilis" de la materia. Y es que, en esta fecha, el meollo, el quid, el oremus y el busilis ha de ser, necesariamente, el comercio mirobrigense, al que si cada martes Mayor se le rinde homenaje, en éste, siendo la murga la encargada del pregón, ha de ser homenajeado por partida doble, ya que esta Rondalla que les habla, y tantas cuantas murgas la precedieron, tiene una enorme deuda de gratitud con todos aquellos comerciantes que, incluso en tiempos de mala salud económica, no dudaron, ni dudan, en prestar su colaboración, a través de sus anuncios, para que el libro de coplas pueda ser, cada año, una realidad. Esos comerciantes de los que nos hablaba, desde su propia experiencia, hace dos años en su maravilloso pregón, José Luis Montero, fallecido hace unos meses y para quien me atrevo a pedirles un fuerte aplauso: "El martes es un día en el que hay que correr y andar ligero. Las tiendas se llenan de gente. A las doce de la mañana Ciudad Rodrigo es una olla a presión. Mi madre, a eso del mediodía nos trae la comida en una cazuela y la calentamos en un brasero. Algunos días no tenemos tiempo ni de comer. Llegan las cuatro de la tarde y aún no hemos comido. Pero todo se aguanta en el martes porque la caja de hoy dice mi padre que arregla la semana. El apretón del trabajo viene siempre a las cinco de la tarde. A esa hora a todo el mundo le entra la prisa por irse..."

Y así funcionaba el Martes. Era una especie de "quid pro quo" del que todos, comarcanos y mirobrigenses, salían beneficiados. Si bien, y así hay que decirlo en honor a la verdad, el principal favorecido por la jornada era, como antes nos contaba José Luis Montero, el comercio de Ciudad Rodrigo. Es lo lógico, por otro lado, puesto que esta era ya la intención del rey Enrique IV cuando, antes que la Católica Reina Dª Isabel, se planteó la concesión del privilegio; "Porque la dicha mi cibdat es pobre e mal poblada, e así sea algun tanto enriquecida e poblada...". E imagino que la misma era la intención de la Reina Isabel cuando, en 1475 finalmente, lo concedió y la misma sería la del Emperador Carlos, cuando, en 1537, lo confirmó; eso sí, a cambio de seis mil ducados de oro, pagaderos en dos plazos... por lo cual, de "graciosa concesión de su majestad", nada de nada... Comprado y pagado, como las mercancías en los martes... Lo cierto es que, dejando a un lado disquisiciones históricas, los martes, cualquier martes, eran sinónimo en aquellos tiempos de clientes... de muchos clientes... y, cuando la caja suena, al comerciante se le alegra la pajarilla y, por unos momentos, se olvida de ese terrible nudo gordiano del debe y el haber que atornilla su cuello durante todo el año... Y... ¿Cómo eran los martes de aquel entonces?... Pues, la verdad, eso me gustaría a mí saber, ya que, aunque la murga sea centenaria, eso no implica que lo sea quien les habla. Poniéndonos en la piel de uno cualquiera de los comarcanos que acudían a visitarnos, imagino que la primera tarea para los que vinieran en caballería sería el dejar ésta a buen recaudo. Y para eso, recurriendo a los anunciantes de nuestras coplas creo que lo mejor sería acudir a algún "establecimiento acreditado", como se decía entonces... Como, por ejemplo el negocio de Juan Manzano, en Calle Colada, 10. Que si primero se anunciaba como Parador del Arco, pasó después a ser "taller de construcción y reparación de toda clase de carros" y, más tarde, Pensión Manzano... conservando siempre, eso sí, la opción de dejar, a salvo y bien alimentadas, las caballerías de sus clientes... O quizás en el "Parador Casa Valero", frente a la estación de ferrocarril... "Inmejorables habitaciones, grandes comodidades y cuadras para encierro de ganados..." Y si alguno aun desconfiaba de estas prestigiosas casas, siempre les quedaba El Café Restaurant Moderno, de Marino Sánchez Villares, el cual, además de otras maravillas, ofrecía "seguro de robo de caballerías"...

Y, una vez a salvo el jumento, y con las alforjas al hombro para guardar el género que ha venido a comprar, sigo suponiendo que lo segundo sería apaciguar ese ruido de tripas insatisfechas que el ínclito comarcano lleva oyendo desde la Cuesta de la Jara, o desde la "llaná" de la Caridad, o desde San Giraldo o El Bodón, dependiendo de su procedencia. Y, como lo primero es quitar la sed y después el hambre, nada mejor para tal fin que acudir a la fábrica de gaseosas Baldomero Martín, único concesionario, en esta plaza, del verdadero Fruchampán, "refresco compuesto de extracto de frutas, que se puede tomar a todas horas sin temor a que haga daño, antes al contrario, ayuda a las funciones digestivas por lo que ha merecido llamarse por las autoridades médicas Saludable Tónico". Esto del "fruchampán" debió de ser, entonces, como las litronas de ahora, más o menos, un éxito arrollador... porque a los pocos años podemos ver en los anuncios reclamos como estos: "Juan Manzano, Antiguo Parador del Arco, elaboración del sin igual Fruchampán, propio de la casa. Colada, 10", o bien "Luciano Manzano, Plaza del Buen Alcalde, 4, Fábrica de Gaseosas y agua de seltz y del riquísimo Fruchampán"... O sea que la exclusiva del pobre Baldomero Martín, por esos años, se había ido ya al garete...

Y, saciada ya la sed, como Jesús en el pozo de Jacob, sería llegada la hora de tomar el "cacho", el aperitivo, o más finamente "tomar un refrigerio" o, como se diría en estos nuestros incomprensibles tiempos "tomar el brunch"... Y, en principio, que mejor sitio para hacerlo que en el mismo lugar donde has dejado al burro, mulo o caballo, según el poderío: en Parador Casa Valero, "comidas económicas". O si el hambre te atrapaba el estómago ya dentro de murallas, Café Restaurant y Bar Madrid, en Calle Madrid, 11, "bocadillos y aperitivos"; o donde Antonio Alonso "Toñique", en Correo Viejo, 13: "Vermout con aperitivo y ración de alubias con chorizo a 0,35". Sin embargo, y dada su vinculación con esta Rondalla que les habla, nos atreveríamos a recomendarles una posta de bacalao en casa de D. Juan José Sánchez Hoyos, alias "Barrigana", "Pescados y vinos finos de Valdepeñas, Calle Toro, 14" que en su publicidad decía: "Si estando en el mostrador / no consigue usted pescar / todo se puede arreglar / pues nadie sirve mejor / pesca fresca y superior / con notoria economía / como la ofrece hoy en día / el popular Barrigana / con su risa campechana / en su gran pescadería...". De nuevo, con ustedes... la Murga...

> BARRIGANA

Pero vamos a lo que vamos, que al Martes no se viene sólo a darle alegrías al cuerpo... (que también), sino a cumplir con los "mandaos" que, a falta de buena memoria, lleva nuestro paisano debidamente apuntados en la libreta de hule que guarda en el bolsillo de su chaqueta. Y en las coplas de la murga, otros generosos anunciantes ofrecían sus inmejorables servicios para estos menesteres. Lo primero, y que no se le olvide a nuestro buen protagonista, será ir a buscar el galápago de filigrana de la abuela, el que se pone los domingos para misa de once; que perdió el cierre y ya debe estar arreglado en Casa Vasconcellos, en Dámaso Ledesma. 5. Y ya que mencionamos este apellido, huelga decir que, desde la Rondalla Tres Columnas, nos sumamos, entusiasmados, al homenaje que este año y merecidamente, le tributa el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo a esta querida familia y, como anunciaban antes, "acreditada casa", tan vinculada a la murga. Si ya en los lejanos años ´20 Chanito Vasconcellos compuso algunas de las más celebradas letras de "Los X", hoy nos preciamos de seguir teniendo entre nosotros un "magnífico ejemplar de la especie" en la persona de Jacinto. También disponemos de otro magnífico ejemplar de los primeros premiados, la familia Moriche, nuestro querido presidente Julete, que si bien no compone letras, sí se las compone para que nosotros las cantemos siempre entre buenas viandas y excelentes caldos, no siempre al gusto de todos.

Y, como se decía en los antiguos escritos: Item más: La simiente para la patata. Visita obligada, por tanto, a Agustín San Ezequiel: "¿Labradores! ¿Queréis ver aumentar vuestras cosechas de patatas? Simientes seleccionadas de La Bañeza. Rúa del Sol, 14". Item más: el largo de tela de pana para la chaqueta del muchacho, que ya está empezando a "espigar": "El Luvre, Viuda de Bonifacio Zaera. Plaza de Bejar, 7. La casa que dispone del mayor surtido por la importancia de sus compras". Item más: los dos kilos de café... por supuesto de Cafés La Teresina, de Félix Bernaldo de Quirós: "por su calidad y tueste especial son inmejorables... Tueste diario". Item más: ¡Y que no se te olviden los cuatro pares de calcetines de invierno...!. Rumbo a Moreno, Calle Dámaso Ledesma, 16. "Que sigue regalando globos a los niños y vendiendo a precios increíbles los géneros de punto". El siguiente encargo no es un Item más cualquiera... La gripe está haciendo estragos y ya son muchos los muertos que en la comarca suma esta epidemia. Esa gripe, por cierto, que muchos llaman "española" y que en realidad han traído a Europa las primeras tropas norteamericanas que han llegado a la Gran Guerra... Aquella guerra que, según algunos ilusos, iba a acabar con todas las guerras... El caso es que, una vez llegado a Droguería Mirueña, Plaza Mayor, 24, nuestro solícito amigo no sabe si decidirse por la botella de 1,50 de Listerinne: "Para evitar el contagio de la grippe, porque a su enérgico poder bactericida une un gusto agradable y refrescante" o por el Rhodinne: "En vista de la extraordinaria demanda motivada por la epidemia reinante de Grippe (mal de moda) ha rebajado el tubo de 20 comprimidos a 1,50".

Y cuando ya nuestro pobre paisano, con las alforjas repletas, pensaba haber terminado con los "item mas" y creía llegada la hora del "ite missa est" pues hete aquí que, hablando de misa, se encuentra con D. Horacio, el cura de su pueblo, el cual, como cada segundo martes de cada mes, va a cortarse el pelo a la barbería de Francisco Manzano, Calle Colada, 6. "Servicio esmerado, lociones de todas las clases y lavado de cabeza. En este establecimiento hay también limpiabotas". Resulta que a Don Horacio le gusta, en concreto, esta peluquería porque, según dice, le dejan muy bien perfilada la tonsura... Que, digo yo, que como va a saber cómo se la dejan si la tiene en la coronilla y vérsela sería un milagro como el de los panes y los peces... El caso es que si va a la peluquería no le da tiempo para comprar el vino de misa que le hace falta, y "...ya que tú, querido feligrés, has terminado con tus asuntos, digo yo que..." Y como donde hay patrón no manda marinero y con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho... pues eso... que nuestro servicial paisano encamina sus pasos hacia el también acreditado establecimiento de Viuda e Hijos de Vicente Custodio, en Dámaso Ledesma 1 y 3 "¡Señores Sacerdotes... Vinos puros de uva para consagrar...!".

Y por fin llega la hora de que nuestro buen hombre pueda tomarse un vino sin prisas, sin item más y sin curas que interrumpan... pero las alforjas, llenas de encargos, pesan lo suyo y lo primero será dejarlas en algún sitio de confianza. Y él, que, antes de marchar al pueblo por circunstancias que no vienen al caso, se crió en la Calle Carámbana, como buen "arrabaleño" no se fía de los "chupines", así que, con toda la dignidad que otorga la pertenencia a un barrio, dirige sus pasos, para tomar el primero (o el segundo o el tercero, según se mire), al Bar Las Cubas, en San Cristóbal, 8. "Almacén de vino y camioneta de transportes...". La casa del Tío Felipe, para el mundo Felipe Martín Hernández...

> EN CASA DEL TIO FELIPE

Y así trascurrirá un rato largo... Con sus correspondientes vinos, sus consabidos "penúltimos" y las conversaciones de rigor: los precios, la política, el paro, el tiempo, etc... Temas que, en los años veinte, los treinta, los cuarenta y hasta ahora, han ocupado las elucubraciones de la clientela de todo buen bar que se precie de serlo. Temas que, en estos pseudo-parlamentos no sólo encuentran magistrales exposiciones, sino también, como no podía ser menos, brillantes soluciones jaleadas por la concurrencia entre los habituales "Esta es mía", "Tu ya pagaste la anterior" o "A ver si vamos a perder las amistades por dos puñeteras pesetas...".

Y en estas estábamos cuando, de pronto, algo resuena en la cabeza de nuestro protagonista... Decía el abuelo que el vino, en su justa medida, despierta el seso... y algo de razón ha de haber en ello, pues, tras el último "penúltimo", nuestro amigo acaba de recordar dos "item más" de última hora que, confiado a su memoria, prefirió no apuntar en la libreta. Aprovechando que caen cerca, primero la media docena de platos de loza "para los días de fiesta" que su mujer le ha encargado... Así que, atravesando calles y pasando por el camino frente a San Andrés, ante cuya puerta se presigna recordando el funeral del abuelo, se dirige al "Sol de Mayo", en Calle San Antón, 8. "Este acreditado comercio cuenta con artículos selectos a precios baratísimos...". El otro encargo es pagar la cuota del seguro de cosechas que tiene contratado con "La Patria Hispana", con que andando a casa de su representante en Ciudad Rodrigo, D. Aristóteles... Cada vez que le toca pasar por este trance nunca sabe que le impone más, si el desprenderse del dinero o el muy filosófico nombre del Sr. Martín Riesco.

Y ahora si... Una vez depositados los platos junto con las alforjas, en casa de Felipe, irá a rendir visita a Victoriano Alcalá, al Bar Pozaco, en la Calle Santa Clara 5, "Vinos y licores de las mejores marcas...". Allí se repetirán las rondas, los comentarios, las soluciones a los problemas del mundo, las discusiones para determinar a quién le cabe el honor de pagar y, posiblemente se repetirán, los parroquianos. El postrer homenaje lo reserva para Casa Valero, donde, de todas todas, tiene que volver a recoger el caballo. Un vino más no le va a hacer parecerse a San Pablo y caerse del caballo y, además, su jumento, sin ser un prodigio de sabiduría si que se sabe de memoria el camino de regreso al pueblo. Si en casa preguntan, les dirá que ha estado alternando el vino con el agua... lo cual, según las malas lenguas, no parece que sea totalmente mentira, ya que aunque el exquisito zumo de la uva se anuncie en todas partes como "puro de la Sierra...", parece que el vino, como la leche, viene en algunos sitios algo "terciado"... o al menos eso dice la copla:

> LOS CAÑITOS

Y si así eran, o imaginamos, los Martes de los años ´20 y ´30, pocas variaciones habría en aquellos de los últimos ´40 que recordábamos antes leyendo a José Luis Montero. Pero como el progreso es el progreso y, quieras que no, o te amoldas o te pasa por encima, algunos cambios si que hubo... principalmente en la forma en la que los comarcanos llegaban a nuestra ciudad. Arrinconadas las caballerías, el signo de los tiempos cedió el paso al autobús de línea. Y es ese, precisamente, "El autobús", el título del libro de Enrique García Guerreira del que voy a leerles un párrafo, para que sea él quien nos cuente como acababan los martes en tales fechas:

"A medida que se acercan las cinco, que es la hora en la que salen, no sólo el autobús de Aldea, sino los autobuses de los otros pueblos de la comarca, la Plaza, que durante un largo rato ha estado poco concurrida (el largo rato que la gente ha empleado en hacer el viacrucis del vino o en comer en "Casa Calditos") empieza a llenarse otra vez, poco a poco, pero empieza a llenarse (...) Señores curas que han terminado la reunión en el Obispado y desembocan en la Plaza por la Calle Cardenal Pacheco, arremangadas las sotanas, las tejas en la coronilla, yendo cada uno a su autobús. Si. La plaza está llena de bultos, de somieres, de sillas debajo de los brazos, atadas de dos en dos; de cristales para el retrato de la boda, que está roto desde hace mil años, de innumerables herramientas, de Corazones de Jesús para la sala, alambrada para el gallinero, de fuelles, de encargos que han hecho los vecinos, de trajes de marinero y como de novias para primeras comuniones, de cántaros, de una mesa camilla, de todo, en fin, lo que viene a comprar la gente a Ciudad Rodrigo (...) Y el autobús se va llenando. No tanto como a la venida, porque hay alguno, ya lo hemos dicho, que no volverá, pero se va llenando..."

Y al fin, tal como nos cuenta García Guerreira, se iban llenado los autobuses, al tiempo que se vaciaban los bares y comercios de nuestra Ciudad, cumplido ya, una vez más, el secular ritual de los martes...

Y como no, recordar los momentos inolvidables, aunque la documentación recopilada no llegara hasta esta fecha, pero me van a permitir que de manera particular y muy somera, haga mención al negocio familiar de la calle toro que siempre cumplió religiosamente con su anuncio en las coplas, Almacén de Calzados Nicolás de Elías, donde toda la comarca se calzó unas alpargatas de las de verdad, confeccionadas con el esmero y el cuidado de verdaderos artesanos que ya quedaron en el olvido como los materiales que se empleaban. Nunca olvidaré el ajetreo de los martes, las idas y venidas y subidas y bajadas de la calle Toro a Julián Sánchez, pero por dentro, sin salir a la calle, o las carreras al almacén para buscar el género que se agotaba, era el día en que se unían al trabajo, mis hermanas, mis primas? en fin cualquier allegado, que una mano siempre venía bien para aliviar el trabajo? y todo ello bajo la batuta del patrón del barco, Nicolás de Elías, primero Arroyo y posteriormente Hernández, a quienes Dios tenga en su gloria.

Ya expresó nuestro Presidente, Julete, al principio de este acto, el honor que para la Rondalla Tres Columnas supone el que se nos haya confiado la tarea de ser Pregoneros en este Martes Mayor, y como los sentimientos de la murga se expresan mediante nuestras canciones, les dejo con unas coplas, escritas especialmente para la ocasión por nuestro compañero Andrés, sobre una música popular que será, sin duda, conocida por todos ustedes...

> EL MARTES MAYOR

Dice el refrán que "del viejo... el consejo" y como les dije antes, la murga atesora 130 años de existencia. Y digo atesora porque, para nosotros, todas las murgas, todas las coplas, todas las vivencias y todos los murguistas que ese siglo y pico ha visto pasar, constituyen nuestro mayor capital y nuestro mayor tesoro; tesoro que estamos obligados a conservar, cuidar y transmitir, tal y como nos enseñó a hacer Joaquín Fiz. Por ello, y haciendo caso al refrán, permítannos que, desde esa ancianidad les dejemos, como conclusión, un consejo: Mañana, cuando paseen por nuestras vetustas calles, acérquense a los visitantes y hagan lo posible para que el día les resulte agradable. A unos, los de localidades más remotas, háganles sentir como si estuvieran en su casa. A los otros, los de nuestros pueblos más cercanos no hará falta, ya que, de hecho, mañana estarán en su casa. Ellos han sido, desde siempre, quienes con su presencia han construido el martes y, todos los martes, la vieja Miróbriga es tan suya como nuestra. Así pues, ya para terminar, intenten que este Martes Mayor nadie se sienta extraño entre nosotros... porque en Ciudad Rodrigo, un martes, nadie debería ser forastero...

> FORASTERO

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