Pregón de Arturo Ronco en las fiestas del Valle de San Martín

Reina de las fiestas 2014, damas de honor, directiva y miembros de la Asociación de Vecinos, vecinos del barrio y demás personas que con vuestra presencia engrandecéis este acto.

En primer lugar quiero dar las gracias a los organizadores de este acto por darme la oportunidad de ser el pregonero de las fiestas de mi barrio: el Valle San Martín o como también se conoce: "El Caño el Moro", cosa que para mi es un gran honor.

Antes de comenzar a escribir estas modestas letras que conforman mi pregón, me pregunté desde qué punto de vista iba a articular mis palabras, cuál debería de ser el contenido de las mismas y a quién debería dedicar esta disertación. He de confesaros que tardé pocos minutos en decidirme: lo dedicaré a mi niñez vivida en este barrio y a las personas que compartieron conmigo aquellos inolvidables años.

Por eso, me gustaría que este acto fuese un homenaje a todos los amigos del barrio, es decir, a los amigos de mi infancia a los cuales siempre recuerdo con gran nostalgia y estaréis de acuerdo conmigo que, cuando recordamos a estos amigos se nos pone esa media sonrisilla y la vista perdida, ya que se trata siempre de buenos recuerdo o incluso anécdotas. Pero no voy a contaros ninguna anécdota porque, como hoy en día se dice en el argot futbolístico: "lo que pasa dentro del campo de fútbol, que se quede dentro de él".

Y hablando de fútbol, voy a contaros para los más jóvenes una historia, no un cuento, que para eso hay otros, la cual me permitirá explicaros porqué tienen estos chavales puestas estas camisetas:

Hubo un tiempo en el que en mi barrio, "El Caño el Moro" había un equipo de fútbol el cual llegó a ser tan importante o, incluso más, que el mismísimo Ciudad Rodrigo CF, y se llamaba Atenas 78, equipo en el cual todos los jóvenes de Miróbriga querían jugar y al cual tenían mucho respeto. Contaba con un entrenador-padre, con eso lo digo todo, al cual todos conocéis, Juanito o como yo siempre lo he llamado: Bon Jovi. La unión, el compañerismo y el respeto hacia los demás eran las señas de identidad de ese Atenas 78. Fijaros si fue importante ese equipo, que llegó a decidir quién era válido para jugar al fútbol y quién no en Ciudad Rodrigo.

Pero eso para los chicos del barrio no era importante, lo importante era que ya teníamos un equipo de futbol en el barrio y sobre todo sobre todo, ¡¡¡ya teníamos unas camisetas!!!, cosa que en aquella época era casi impensable, aunque a algunos os parezca mentira.

Nosotros no teníamos campo de hierba, no señor, era campo de tierra con buenos cardos en las bandas, y estaba justo detrás de lo de los Foros (donde hoy en día hay edificios de viviendas y el Hostal La Bodega) o el campo de los fosos aunque este lo usábamos menos porque lo teníamos que compartir con los "Peruchos" que eran los del centro de la ciudad, (los de "parriba").

Os preguntaréis qué es eso de "Peruchos", pues muy sencillo, los pijos de hoy en día. El resto de la historia del Atenas vino por añadidura y la mayoría de vosotros ya la conocéis, una historia llena de grandes momentos y grandes sentimientos de unión y amistad que a día de hoy, aún permanecen vivos.

Fijaros si las amistades de nuestra niñez son fuertes e importantes para nuestras vidas, que, pasada la friolera de 35 años, más o menos, a tres de esos chavales de mi barrio se les ocurrió las bendita idea de juntar a la mayor cantidad de componentes de ese mítico equipo, Atenas 78 y por extensión, a los amigos del barrio.

Y cuál fue nuestra sorpresa que, a parte de juntarnos varias generaciones del Atenas 78, vino gente de Palma de Mallorca (como Víctor-Trucho); de Andorra (como Paquito El Alemán); de Sevilla (como Abdón o Josu Moríñigo-Morococo) o de Pamplona (como el inigualable José Víctor-Truchín, el cual, era descendiente de la realeza porque era de sangre azul, sí sí, de sangre azul lo que oís, ya que había oído que los reyes tenían la sangre azul y una buena mañana se levantó, se miró las venas las vio de color azul y por lo tanto ¡¡¡ya estaba liada la cosa!!!: descendiente real, ¡¡¡qué crack!!!, y mejor persona ¡¡¡huy perdón dije que no cantaría anécdotas!!!.

Después de tanto tiempo, a mi personalmente me alegró muchísimo poder abrazar a esos amigos de mi barrio, de mi infancia. Me sentía, como bien dijo uno de esos amigos del barrio en esa jornada de convivencia, como los días en que nacieron mis hijas (Raquel y Andrea) o como cuando esperábamos la noche de Reyes a que estos llegaran con los regalos y que nunca los veíamos porque siempre nos quedábamos dormidos, pues igual.

Es por eso que también tengo que dar las gracias a Gabi, Javi Ventosa y mi compadre Fran (Huesos) ya que fueron los encargados de llevar a cabo ese día y medio de convivencia, eso sí, espero que no tarden otros 35 años en volver a juntarnos, porque en lugar de juntarnos aquí, nos juntaríamos bien en un viaje del Inserso, o bien en alguna residencia de la tercera edad.

Mi barrio, el Valle San Martín, hoy en día, es un barrio con buenas instalaciones a nivel general, sobre todo a nivel deportivo y recreativo, donde aún se guarda en él ese olor a lo añejo, a tierra mojada. Es un barrio en el que el progreso y el campo van unidos, donde aún te puedes manchar de barro, ¡¡¡¡y hablando de barro!!!!, eso me recuerda a otro crack del barrio, a Colás (el rey de los charcos), charco que veía, charco que se tiraba de cabeza, tanto en el campo de fútbol como fuera de él, le daba igual. No hacía distinciones.

O a Chemi-Tomé que se erigió en héroe del barrio cuando paró con su cabeza una rueda de camión que bajaba directa desde La Báscula, a los escaparates de Muebles Cuadrado. Para que os hagáis una idea, La Báscula era lo que hoy en día es la escuela de música, pues desde ahí toda la cuesta para abajo, hasta Muebles Cuadrado. A día de hoy aún le siguen dando las gracias los escaparates.

O a Toñín-Toño, el rey de los "rinches", para él un zarzal o unos arbustos eran un tesoro, de inmediato se ponía a pensar en cómo hacer allí su "rinche" o lo que es lo mismo, su escondite o caseta, ¡¡¡huy perdón, otra vez se me escapó, lo de las anécdotas!!!

Quiero también tener un recuerdo para las chicas de mi barrio porque también las había: Begoña, Maricruz, Rocío, Nines, Marinieves, Arantxa, Pili, Maricarmen, Bienve, Charo etc, etc. todas ellas bien guapas y que compartían muchas de las aventuras en las que nos embarcábamos por aquella época. Eso si, sentimentalmente no querían saber nada de nosotros, aunque alguno lo intentase en más de una ocasión y algún guantazo le costó, pero ellas sólo querían ser nuestras compis de aventuras. ¡¡¡Buena gente todas ellas también!!!

Quiero hacer mención de manera especial a Manolín Foro, o como se hace llamar en el mundo de las nuevas tecnologías "foro libre", ya que bajo mi modesta opinión es la persona que mejor representa los valores de amistad y compañerismo que nos fueron inculcados, y que a su vez ha sabido transmitirlos de manera excepcional a sus hijos y un fiel reflejo de ello es su hijo Iván, el cual, es uno de los artífices de este evento y de todos los que ocurren en el barrio ya que su preocupación por este es constante y al cual debemos de apoyar de manera unánime lo mismo que al resto de los componentes de la directiva de la Asociación de Vecinos.

Por último, también me gustaría dar las gracias a nuestras madres y padres, en primer lugar por la paciencia que han tenido siempre con nosotros y en segundo lugar, por hacer que nuestro barrio fuese en aquella época una gran familia, lo cual, creo que es el gran secreto que lo hace muy especial. Por favor, no dejemos que eso que nuestros padres nos inculcaron, se pierda y que este barrio continúe siendo una gran familia porque estoy seguro que a día de hoy también se puede conseguir. Espero que todos disfrutéis de estas fiestas del barrio de manera sana y dentro de un ambiente de hermandad y buena vecindad.

Muchas gracias y ¡¡¡viva el Valle San Martín!!! Y?

¡¡¡ Viva el Atenas 78!!!

Viva el Atenas 78.

Muchas gracias.