"El hombre es un poema escrito con la niebla del amanecer, con el color de las flores, con el canto de los pájaros, con el aullido del lobo y el rugido del león."
Quiero empezar la columna de esta semana con una cita, hermosa cita, de una persona que marcó la historia de la gente a la que le gusta la naturaleza en este país. Realmente no sólo influyó a los que nos gusta la naturaleza, porque consiguió que aprendiésemos a admirar las bellezas naturales que nos rodean y llenan nuestros campos, sino que consiguió hacerlo extensible a la población en general.
Un hombre que, siendo médico, se dedicó en cuerpo y alma a la biología, de forma autodidacta, y a rodar reportajes de naturaleza en una época donde nadie le prestaba atención al mundo natural. Un hombre que consiguió el respeto de todo el mundo, incluido nuestro propio país, siempre tan reacio a reconocer los méritos de sus propios conciudadanos.
Oímos, todavía, la sintonía de su programa y nuestro cerebro nos evoca su cara inmediatamente, tal fue la impronta dejada. Cumplía 52 años el día del trágico accidente que le costó la vida. Unos momentos antes de montar en la avioneta que le conduciría a un viaje sin retorno, en Alaska, comentó "qué lugar más hermoso para morir", como si hubiera previsto su propio final.
De todas las especies filmadas en sus reportajes, tanto en España como por todo el mundo, hubo una que le marcó especialmente: el lobo ibérico. Su visión nos permitió dejar de demonizar a uno de los animales más bellos que existe en la tierra, y que habita en la Península Ibérica, pues nos mostró cómo se comportaban en libertad.
"Taytantos" años después de aquel trágico suceso, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, de la mano de Miguel Arias Cañete, se comprometió ante el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Antonio Silván, a impulsar en Europa, un cambio de estatus del lobo ibérico para que pueda ser considerada especie cinegética, al sur del Duero, para lo que habría que modificar la Directiva Hábitats.
Lo que tendrían que hacer estas lumbreras del Medio Ambiente no es pedir permisos para cazar especies protegidas sino agilizar las indemnizaciones que reciben los ganaderos por los ataques de cánidos, pagándolas rápida y adecuadamente, no como hasta ahora, que lo hacen tarde, mal y nunca.
No deja de resultar curioso que haya turistas que paguen, y mucho, por ir de safari fotográfico a África y nosotros no seamos capaces de atraerlos, ofertando especies de altísimo valor ecológico. Ejemplos, además del propio lobo ibérico, tenemos muchos, sean peludos o plumes.
Estoy plenamente convencido que el Doctor Félix Rodríguez de la Fuente estaría de acuerdo con este planteamiento y con la conservación y buen uso del paraíso natural en el que vivimos.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.