El conocido músico asegura que si le quitan esta actividad se vuelve loco porque, entre otras cosas, ahora es su 'modus vivendi' y el de su familia ya que se encuentra en paro
La ley impide que los acordes de guitarra española campen por sus respetos en el centro histórico de la ciudad. La Policía Local de Salamanca ha sancionado al guitarrista Rafael de Dios por tocar flamenco en la calle. El conocido músico, integrante asimismo de alguna agrupación y coro rociero, ha sido multado con 300 euros por "realizar una actividad de cante flamenco con guitarra y amplificadores en la vía pública sin autorización municipal, circunstancia acaecida y puesta de manifiesto por la Policía Local el día 30 de abril de 2014", según consta en el expediente sancionador al que ha tenido acceso SALAMANCArtv AL DÍA.
La Policía considera que ésta es una infracción administrativa de carácter muy grave contemplada en la Ordenanza Municipal de las actividades en la vía pública sin la correspondiente autorización municipal.
En declaraciones a este periódico, Rafael de Dios se muestra sorprendido ya que ningún músico callejero de los que toca habitualmente en este momento en otros puntos de la ciudad (y hay muchos) ha sido sancionado. Por ello, de extenderse esta medida, Salamanca podría quedarse sin sus músicos callejeros, que representan ya una escena típica y tradicional en la zona monumental y que son disfrutados por regla general por vecinos y turistas, según exponen los amigos del guitarrista.
El guitarrista, a veces acompañado de un 'cantaor' amigo suyo, ha acudido varias veces al Ayuntamiento para solicitar autorización pero siempre se le ha denegado aduciendo que no existe normativa municipal que regule la actividad de los músicos callejeros.
Rafael de Dios se muestra tremendamente dolido por la situación, especialmente a nivel personal, porque tocar música en la calle le sirve también de revulsivo y de aliciente en un momento duro, después de cinco años de paro.
El músico 'callejero' (por obligación) entiende que siempre ha tocado respetando a los ciudadanos y que dejaba libertad a los transeúntes a la hora de entregarle donativos, único modo de subsistencia.
En la actualidad hay músicos que interpretan el acordeón y otros instrumentos de viento o el violín, y según ha podido constatar después de hablar con ellos, no han sido sancionados.
Señala que el día en que visitó la ciudad el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, "por la zona se montó un revuelo y vino un policía a pedirme el carnet de identidad conminándome a que dejara de tocar". Es posible que ese fuera el origen de esta situación o alguna otra circunstancia que se le escapa.
Rafael de Dios tiene desde este lunes un mes para recurrir el expediente sancionador y ha pedido la colaboración de un abogado para que defienda ante la administración su postura. "Yo no me niego a pagar nada, pero quiero que me autoricen a tocar mi guitarra".