Los procesos burocráticos son demasiados lentos y sigue expandiéndose el problema, aunque hay solución y es conocida por las autoridades
Mientras las autoridades y responsables políticos continúan enzarzados en sus procesos burocráticos interminables, los encinares del Alto Tormes avanzan más hacia el abismo. Y es que la plaga de lagarta, tiña o seca, como vulgarmente se conoce a la oruga Lymantria Dispar, sigue cebándose con las encinas de esta parte de la provincia en un proceso imparable de degradación paisajística sin precedentes.
Desde hace más de un año el problema de la lagarta ha alcanzado unas proporciones devastadoras que pueden afectar seriamente a todo el ecosistema, incluido el económico, de la zona. Mientras PSOE y PP se han enfrascado en debates sobre su forma de erradicación, el tiempo ha ido pasando y lo que en su día fue un problema puntual y localizado se ha extendido por toda la comarca del Alto Tormes. Localidades como Cespedosa de Tormes, Bercimuelle y Santibáñez de Béjar (a las que pertenecen las fotografías) han visto cómo la oruga afectaba a extensos encinares centenarios.
Y aunque ya hay un remedio y las autoridades han decidido la manera de afrontar la crisis, el tiempo corre en contra de las encinas y son ahora los "trámites burocráticos" los que retrasan su aplicación. Tal y como informábamos en el mes de abril, será la Asociación Forestal Asfosa la encargada de realizar el tratamiento contra la lagarta en la comarca. Asfosa realizará una fumigación desde el aire mediante avioneta, pero para ello necesita la suma de al menos 50 hectáreas, por lo que los ayuntamientos afectados y la propia asociación están buscando y requiriendo los permisos a cada propietario.Se da el caso, además, de que algunos propietarios se niegan a la fumigación, por lo que los encinares del Alto Tormes se han convertido en un damero de ajedrez.
El alcalde de Bercimuelle, durante la última romería a la Virgen del Monte, aprovechó la ocasión para dirigirse a sus vecinos y manifestar su preocupación ante la invasión de la lagarta explicando que "los trámites para su fumigación con un costo de diez euros por hectárea requieren la firma de los propietarios y, aunque administrativamente los tienen, por la ley de protección de datos no se puede facilitar a la Administración sin su consentimiento".
Durante el próximo verano, y aprovechando la llegada de los veraneantes, se pretende tener finalizado este "censo aprobatorio" en Bercimuelle. El mismo caso se da en Cespedosa de Tormes, cuyo ayuntamiento también está informando y solicitando permisos a los propietarios afectados.
Raúl Mateos (Cuaderno de Entresierras - SALAMANCArtv AL DÍA)