El poeta

Ufano el poeta con sus versos, derrama por doquier efluvios de amores y tristezas, canta a las aves, las flores y la brisa y toca suavemente las cuerdas de los tiernos corazones. Iluso, poeta, ¿no ves que te escribes a ti mismo? A lo sumo escuchan tus palinodias los colegas cuando os juntáis en un congreso o vais a leer y declamar versos en las salas de las palabras.

Un día, en la fiesta de San Juan de la Cruz unos poetas ofrecían a su santo patrono un ramo de azucenas ante la estatua que le ha hecho mi amigo el escultor Fernando Mayoral y está en el Arroyo del Carmen. Pasaron unos mozos mientras los poetas declamaban sus versos al Santo poeta. Todos les oyeron decir a voces: Pero.. ¿quiénes son esos? ¿qué hacen ahí? Nada, hombre, unos locos ¿no lo ves?

Pues claro, hombre, ¿qué hace un poeta declamando versos o estrujándose el cerebro o el corazón para que segregue dulzuras y bellezas o sentidas creaciones del alma? Nada, hombre, nada, ¿no ves que son "saberes inútiles"? Para qué pueden valer los poemas? Piensas acaso que pueden contribuir a terminar el Canal de Panamá. Ni mucho menos, para eso dicen que hacen falta todavía 500 mil millones. Anda, prueba a darle un poema a un parado; pónselo en un plato y ofréceselo.

Poeta, ¿cuánto dinero has ganado con tus sonetos? Más bien te ha costado un riñón editarlos a precio de oro. Bueno algún editor sí que habrá vendido no tanto algunos versos como el nombre famoso de un poeta.

Ahora dicen que el videoarte de Bill Viola que se expone en Grand Palais de París "tiene mucha poesía". Y esta poesía del videoarte ¿para que vale, qué utilidad tiene? Si hacemos perforaciones en las figuraciones supermodernas de agua y fuego, ¿saldrá petróleo?

¡Ay! poeta, crees que alguna vez tus poemas cotizarán en bolsa. Y, sin embargo, sigue, poeta, que la poesía "mueve" los corazones.