La implantación se produjo el pasado 16 de abril y a los dos días, el hombre pudo regresar a su casa sin cicatrices ni electrodos
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El pasado 16 de abril, el Servicio de Cardiología de del Hospital Clínico Universitario realizaba una implantación pionera en el mundo al colocarle a un paciente de 79 años, Isidro Manchado, un marcapasos sin cables.
Se trata de un dispositivo que cuenta con la tecnología NanoStim y que fue implantado por los cardiólogos Javier Jiménez Candil, Jesús Hernandez Hernandez y José Luis Moríñigo, miembros de la Unidad de Electrofisiología del Servicio de Cardiología que tuvieron que prepararse a conciencia para esta intervención pues se desplazaron a Ámsterdam para ensayar la estrategia con ovejas.
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Para los doctores Javier Jiménez Candil, Jesús Hernández Hernández, que no ha podido asistir a la rueda de prensa por trabajo, y José Luis Moríñigo "Nanostim constituye la tecnología en marcapasos menos invasiva existente hoy en día, ofreciendo la misma terapia que los marcapasos convencionales implantados en el ventrículo derecho".
El paciente, que ha estado presente en la rueda de prensa, padece desde hace dos años una fibrilación auricular con elevado grado de bloqueo aurícula-ventricular, es decir, "tenía unas pulsaciones muy bajas como de un futbolista, señalaba Isidro. Los cardiólogos han comentado que fue elegido para esta implantación por carecer del factor urgente que casi siempre va ligado a las cardiopatías.
La recuperación tan solo le llevó unas horas en las que Isidro tuvo que guardar reposo para que el dispositivo se asentase en su corazón; desde entonces "llevo una vida normal, como y bebo sin problema y todos los días paseo un rato", ha afirmado Manchado, natural de Martiago donde reside actualmente con su esposa.
El marcapasos está diseñado para ser totalmente recuperable, de manera que pueda recolocarse fácilmente durante el procedimiento de implante y extraerse más tarde, si fuera necesario. Su tamaño, diez veces menor que el marcapasos tradicional, supone un gran avance en la calidad de vida del paciente al reducir los inconvenientes de los marcapasos tradicionales, como la posibilidad de que se produzca una infección relacionada con el bolsillo del dispositivo o el fallo del cable. Además, con este nuevo marcapasos desaparece la cicatriz y el bulto que pueden verse en el lugar del implante de un marcapasos convencional.
La colocación de este implante forma parte de un estudio, todavía en fase experimental en todo el mundo, que se está realizando en 120 personas pero, tal y como, han asegurado los cadiólogos del Hospital salmantino se prevé que en los próximos cinco años un total de 50 centros llevarán a cabo esta técnica en un millar de pacientes. Jiménez Candil ha anunciado que antes de verano colocarán más marcapasos sin cables.