![[Img #11380]](https://imagenesnetytec.blob.core.windows.net/simg/imgf/2014/04/img_11380.jpg)
A cierta hora un crucificado surca el río y se hace coordenada y abscisa exacta de la vida, vertical meridiano su sangre cuajada de amor, y horizonte su inmenso abrazo que lo abarca todo. Suena la música y el paso de cien hombres como uno se acompasa; en realidad lo mueven los latidos del corazón que suple el corazón abierto y su reciente muerte. Blanco es el color de la luz, de la paz, del pan y de la nieve; y blanco me imagino el aleteo del vuelo del amor cuando se posa en el prójimo sin preguntar, con la respuesta sólo del que hoy dulce crucifijo busca la orilla de la ciudad que dora el sol cuando declina, y allí nos interpela en pos de la verdad en tantos ojos que le miran.
Junco tu cuerpo y brisa, hoy hecho eucaristía, alimento, y aliento en el cristal y espejo de tan calmado rio. Pies descalzos por el camino que encarnas, empedrado y frio y de subida hacia el templo, el mismo que tú levantarás al tercer día. Danos fraternalmente tu Paz, esa que no tolera la injusticia.
Andrés Alén
Pintor / Columnista de SALAMACNArtv AL DÍA