Los hermanos de la Cofradía madre de Salamanca portan a La Dolorosa después de la meditación de las siete estaciones
Una de las tallas más señeras de la Semana Santa salmantina, la Virgen de los Dolores (1718), del escultor valenciano Felipe del Corral, salió en la anochecida de este viernes al encuentro de la ciudad.
El paso de la Vera Cruz abrió los desfiles de la semana de Pasión en el mejor escenario para una procesión de primavera, las calles del casco histórico de Salamanca.
LOS DETALLES
Según la leyenda la imagen se llevó a Salamanca en procesión desde Madrid, haciendo parada en cada pueblo del camino para esperar a que la capilla que se le estaba preparando estuviese concluida. Se tiene conocimiento de que, por orden de un Obispo de la ciudad, se cortó una pierna de la Dolorosa que mostraba el pie descalzo, por considerarse impúdico para una imagen mariana. De hecho la talla presenta diferencias de textura y policromía en las partes de la túnica que cubren los dos pies.
Fue restaurada en el año 2000, estudiándose entonces la conveniencia de eliminar las espadas del pecho de la imagen, decantándose por su permanencia.Así el Viernes Santo de 2000 la imagen desfiló sin las tradicionales espadas, que fueron colocadas posteriormente con un nuevo anclaje que cambió su disposición tradicional con el asesoramiento y proyecto de colocación del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, tras la pertinente aprobación de la Comisión Provincial de Patrimonio de Salamanca.
Históricamente es una de las imágenes de mayor devoción en Salamanca. En la actualidad sigue celebrándose la novena en su honor que finaliza el Viernes de Dolores con la procesión de la imagen rezándose el Via Matris, además de tomar parte, el Viernes Santo, en la Procesión del Santo Entierro.
La imagen desfila sobre una carroza tallada en madera con angelotes y cartelas con el emblema de la Dolorosa y atributos de la Pasión, alumbrada por candelabros de guardabrisa en plata, donación de Gonzala Santana, camarera de la Virgen, en 1926.