Posteriormente, se procedió a colocar unas vallas y una cinta para evitar el tránsito de personas justo por delante del edificio (en los últimos tiempos desprendía un fuerte olor a humedad), para evitar riesgos.
En torno al edificio, hay que recordar que el pasado mes de noviembre el Ayuntamiento ordenó derribar el mismo por su estado. Según se dio cuenta en la Comisión de Obras del Consistorio del pasado 11 de febrero, los propietarios del edificio habían presentado un proyecto de derribo que se había mandado a Patrimonio para que emitiera su informe.